"Las cifras están bien hechas y el que crea que no dan, que presente las alternativas"
José Ramón Valente es uno de los cinco coordinadores económicos del comando de Sebastián Piñera. Valente, que también es director ejecutivo de la empresa de gestión y asesorías Econsult, cuenta que "por amor a la patria" le ha quitado un poco de tiempo a la familia y otro poco a la oficina para ayudar a construir el programa económico que presentó hace una semana el candidato de Chile Vamos.
Algunos candidatos dijeron que los números no calzan, que eran "titulares populistas", otros plantearon que era un ofertón, mientras que en el oficialismo lo tildaron de "engañoso" y pidieron más claridad y consistencia. Otro poco de ruido lo hicieron los 21 proyectos en Obras Públicas que ya están aprobados o en marcha, lo mismo en Educación.
Valente se acaba de bajar de un avión, pero antes de embarcar ya estaba respondiendo a las críticas en Twitter. En la sala de reuniones de su oficina explica que "el corazón del programa de Sebastián Piñera es que hay que devolver a Chile a un rumbo de progreso que permita mejorar la calidad de vida de todos los chilenos. Cuando uno toma hoy día a Chile, es una sociedad conformada principalmente por una clase media y tenemos todavía un grupo de gente pobre -menos del 10%-, el cual debemos priorizar, porque tenemos el diagnóstico que el Gobierno de la Nueva Mayoría se olvidó totalmente de los pobres y hay que volver a poner foco en ellos (…) El crecimiento económico es un insumo para tener progreso, pero a nivel del país que tenemos, para la gente, sobre todo para los jóvenes, los millennials, la calidad de vida significa una cosa distinta: ciudades que funcionen bien, seguridad, medios de transporte, áreas verdes, flexibilidad en términos de ellos poder tomar decisiones, poder cambiar de trabajo más fácilmente, poder emplearse y poder emprender".
-¿Por qué priorizaron las áreas de crecimiento, salud, educación, seguridad, infancia y pensiones para destinar los 14 mil millones de dólares que cuesta el programa?
- El Gobierno tiene un presupuesto que ya está funcionando. El presupuesto de la nación no son 14 mil millones de dólares, es de más de 60 mil millones de dólares, y tienes muchas partidas presupuestarias. Entonces, cuando se analizan los 14 mil millones, que es como el adicional, lo que tú estás diciendo es dónde priorizas este adicional de los 60 mil millones que ya hay (...) Son cientos de medidas, lo que pasa es que algunas necesitan un financiamiento extra, otras se pueden hacer por vía de lo que tiene el Estado y otras, a lo mejor, no necesitan financiamiento, sino mejoras en gestión, de tal manera de llegar a tasas de crecimiento el orden del 4% hacia el final del Gobierno.
-¿Consideran ustedes un plan B por si ocurre alguna emergencia?
-Los gobiernos tienen que estar preparados para la eventualidad de que llegue una crisis. Chile cuenta hoy lamentablemente con menos holgura para enfrentar una crisis que hace cuatro años. Eso tiene que ver con que se aumentó el gasto público en forma muy importante en un período de paz, sin recesión ni crisis internacional. El crecimiento mundial estuvo del orden del 3%, era un período de recuperación de la economía y aun así nos endeudamos en forma importante. Eso nos restó flexibilidad y nos resta capacidad para enfrentar una crisis. Pero bueno, si llega, habrá que enfrentarla, están los fondos soberanos ahí y todavía Chile, a pesar del aumento, tiene holguras de endeudamiento adicional.
-Algunas propuestas del programa están proyectadas a ocho años o más. ¿Cómo se explica eso desde la economía? Porque son cuatro años de Gobierno solamente.
-Al final, los países son un continuo. Ha habido polémica porque hay obras del programa que son del Gobierno anterior, pero hay obras de este Gobierno que son del anterior o incluso que se pensaron en el período anterior de Michelle Bachelet. Una de las peores cosas que nos pueden pasar en Chile es que el país se trate de reinventar cada cuatro años, porque no vamos allegar nunca a ninguna parte. Las cosas que están bien hay que continuarlas. Se está planteando una hoja de ruta que ojalá tenga consensos para que el país tenga una línea, una columna vertebral, para su estrategia de desarrollo.
-Difícil pedir consensos cuando hay propuestas que implican echar pie atrás en reformas que están en marcha.
-Es que si tú te fijas ha habido reconocimiento explícito dentro de la misma coalición de Gobierno de que varias de las reformas que ellos impulsaron estaban bien inspiradas, pero mal implementadas. Si hay encuestas que dicen que el 70% de los chilenos piensa que efectivamente esas reformas estuvieron mal implementadas, tendrás que modificarlas. La licitación del aeropuerto, las líneas de Metro, hay que mantenerlas, pero sin duda mucha de las cosas en que hay consenso amplio en que no andan bien, como, por ejemplo, haberles quitado la libertad a los padres de escoger dónde poder educar a sus hijos.
-¿Qué le parecen las críticas realizadas al programa económico?
- Encuentro que aquí hay un programa para que la gente lo lea, lo discuta. Es el mejor ejercicio democrático que uno puede hacer. Decirle a la ciudadanía "esto es lo que pienso, lo que creo, ahí tiene usted para que lo analice". Encuentro fantástico que se hable del programa. Sería un error decir "este es el programa, esto vamos a hacer y está oleado y sacramentado".
-Cuatro de siete candidatos dijeron que los 14 mil millones no calzan.
-Lo analizamos bien, creemos que las cifras dan y ahí están para el escrutinio. Quien crea que no dan, que presente las cifras alternativas y las analizaremos. Pero las hemos estudiado bien y están bien calculadas y bien hechas.
-¿Se va a reducir el aparato fiscal?
-El Gobierno no se va a reducir, de hecho está creciendo, pero sí vamos a ver que la gente que esté trabajando en el Gobierno tenga una función clara, sea productiva y no sean operadores políticos. Salieron hace poco las cifras. Pensar que se necesitan 80 mil nuevos funcionarios públicos… cuesta creer que tengan una función muy productiva. Todo el que tenga una labor productiva es súper bienvenido, pero todo aquel que esté ahí para servirse del Estado, para hacer política desde el interior del Estado, la verdad es que sobra.
- Han dicho que es un programa economicista, cosista, que carece de tacto social y político. ¿Cómo responde?
-Esta es una visión bastante más integral que solamente crecimiento; por lo tanto, la crítica no corresponde. Aquí hay una preocupación énfasis en calidad de vida, desarrollo y clase media. No es un programa economicista.
-¿Cómo quieren atraer inversión extranjera y propiciar la inversión chilena?
-Los inversionistas están decidiendo a cada rato si sus pesos adicionales los invierten en Chile, Brasil, Perú, Colombia. Bienvenida la competencia, pero tenemos que mirar bien y decir: "ojo, éramos la estrellita de Latinoamérica hasta hace poco, pero ahora otros países nos están amagando". Pongámonos a tono con ellos. ¿Cómo? Ofreciendo un país con instituciones estables, que la burocracia asociada a los negocios sea menor y en la cual la discrecionalidad de los funcionarios del Estado sea reducida, de manera que la gente sepa a qué atenerse. No se trata de dar certezas o riesgo, sino de eliminar discreción.
-¿Qué va a pasar con los tributos, de acuerdo a su programa?
- Está muy claro: se va a reintegrar el sistema del impuesto a las empresas con el impuesto a las personas, de tal manera que lo que haya pagado a nivel de empresa sea un crédito para las tasas que después pagan los accionistas finales y lo que se va a hacer es ir bajando. Está claro que se va a bajar el impuesto de primera categoría de las empresas, que el próximo año sube a 27%: reducirlo a un promedio como el de la OCDE, que es cercano al 25%. El mundo entero está yendo hacia impuestos a las empresas mucho más bajos. Chile tiene que tener tasas de impuestos a sus empresas que sean competitivas con el resto del mundo.
-Una medida así es bastante impopular para el común de la gente.
-Mira, al final lo que estás haciendo es promover la inversión, no puede haber nada más beneficioso para los trabajadores que se invierta mucho. Cuando hay inversión suben los salarios y los trabajadores están en una mejor condición. No tienen que rebajarse para aceptar las condiciones que les impone la única empresa que está operando. Claro, parece impopular, porque la izquierda lo vende como que "ah, les están regalando plata a los ricos". No es así. Se está incentivando la inversión.
-Haber incluido en el programa al menos 21 proyectos en marcha, algunos terminados, ¿se pueden asumir como error?
-Obviamente que un proyecto terminado y andando, es evidente que no es parte de un programa de futuro.
-Hay varios licitados.
-Pero licitados está bien. Michelle Bachelet va a inaugurar líneas del Metro licitadas en el Gobierno pasado. No tiene nada de malo.
-¿No sería bueno depurarlos?
-No creo, es bueno que la gente sepa "estas son todas las obras que hay, algunas están en marcha, otras en proceso". Es importante que haya continuidad. Uno de los errores graves de este Gobierno es que le hicieron la cruz, le pegaron una sticker con una calavera a cualquier cosa que viniera del Gobierno anterior. Eso significó grandes problemas para la gente, carreteras y hospitales que no se hicieron.
-¿Qué le responde a los que preguntan cómo creerle a alguien que propone de nuevo lo que no hizo hace ocho años?
-Las circunstancias cambian, las necesidades ahora son distintas. La gente aprende de sus errores y eso obviamente también hay que reconocerlo humildemente.
-En desempleo, las cifras de este Gobierno y el anterior son similares. No hay pleno empleo, pero casi. ¿Por qué se insiste en lo contrario?
-Es que no se insiste en lo contrario. Lo importante es el empleo y se han creado la mitad de los empleos que durante el Gobierno pasado. El empleo asalariado con contrato ha crecido cero. Los únicos que se han creado son empleos en el sector público y empleos sin contrato, muchos de ellos son de vendedor ambulante y, por la forma en que medimos la tasa de desempleo hoy en día, esa gente aparece empleada.
-Otra frase recurrente: "El país está estancado, no progresa". Pero el país crece.
-Pero ¿cómo mides el progreso? El país crece muy poco...
-Pero crece.
- La población también crece y por lo tanto el ingreso per cápita prácticamente no está creciendo. Si la población crece al 1% más los inmigrantes y tú estás creciendo al 1,5%, quiere decir que el ingreso per cápita como una medida de bienestar de las personas, efectivamente está estancado. En ese sentido el país sí está estancado.
-¿Qué opina sobre el resto de los programas?
-He estado en varios foros con gente de Beatriz Sánchez y con Osvaldo Rosales y tenemos diferencias importantes. Con Rosales no hay un programa y la mayor crítica que le he hecho al vocero económico de la candidatura de Guillier es que él dice una cosa y su candidato otra. Eso probablemente explique por qué no hay programa, porque él se planta delante del os empresarios y dice "vamos a aumentar el crecimiento, la inversión y vamos a invertir en tecnología, pero después va su candidato y dice "no, vamos a eliminar la AFP". Rosales se plantea como un continuador de la Concertación y Guillier como un continuador de la NM. Hay una diferencia enorme. No se puede ser ambos. Tiene que definirse.
Federico Grünewald
redaccion@mediosregionales.cl
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"El Gobierno tiene un presupuesto que ya está funcionando. El presupuesto de la nación no son 14 mil millones de dólares, es de más de 60 mil millones de dólares. Cuando se analizan los 14 mil millones de dólares, que es como el adicional, estás diciendo es dónde priorizas este adicional".
valente explica que el empleo asalariado se vería favorecido con una mayor inversión.
"Se han creado la mitad de los empleos que durante el Gobierno pasado. El empleo asalariado con contrato ha tenido un crecimiento cero. Los únicos que se han creado son empleos en el sector público y empleos sin contrato".