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Esenciales para robots más humanos: La imitación y un centro de operaciones

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La provisión de un centro de operaciones a modo de "cerebro" y el desarrollo de las capacidades mediante la imitación serían esenciales en el proceso de hacer a los robots humanoides más parecidos a los humanos, según una serie de investigaciones que publicó ayer la revista Science Robotics.

Ambas vías emergentes fueron escogidas para el progreso de estas máquinas en la adaptación al entorno, ya que los prototipos suelen ser testeados en contextos controlados y experimentales.

Junto con el aprendizaje por imitación, los modelos de simulación de robots tipo humanos fueron otros de los elementos escogidos como componentes "clave" para la creación de humanoides más humanos por Jun Morimoto, científico del Instituto de Investigación Internacional de Telecomunicaciones Avanzadas de Kyoto, en Japón.

Materiales de robot

Morimoto sugirió en su estudio la incorporación de materiales flexibles en algunas zonas con el objetivo de imitar los músculos humanos, lo que podría generar un nuevo espectro de movimientos en estos robots. Sin embargo, la elaboración de técnicas de imitación necesita de métodos de aprendizaje en profundidad que consisten en el almacenamiento de diversos datos, en este caso, de interacciones con el entorno, lo que resultaría en un gran consumo de tiempo para fabricarlos.

El experto japonés en robótica explicó que la mejor opción sería probar a los humanoides en contextos complicados aleatorios para ajustar su comportamiento y reacción. Morimoto también propuso combinar esa vía con la incorporación de estudios ya existentes sobre movimiento humano y el empleo de los músculos, de forma que los robots puedan reconocer la tensión y rigidez.

Cómo humanizarlos

Sobre el aprendizaje por imitación del aparato motor como mantener el equilibrio mediante la utilización de las distintas partes del cuerpo de la propia máquina, es uno de los principales fundamentos de esta investigación, algo que ha sido estudiado por la investigadora Júlia Borrás del Instituto de Tecnología Karlsruhe, en Alemania.

Con el objetivo de recolectar posiciones que permitan los apoyos necesarios para mantenerse en pie, el equipo de Borrás analizó un total de 388 posturas realizadas por cuatro personas sanas en 17 escenarios, en los que adoptaron múltiples poses de diferentes dificultades y movimientos tales como caminar con ayuda, subir y bajar escaleras con barandas o arrodillarse y ponerse de pie.

Con éstos datos, el grupo de expertos quiere crear un algoritmo para programar a los humanoides en su aparato locomotor.

Exceso de ingesta de comidas calóricas cambiaría zona del cerebro vinculada a las adicciones

INVESTIGACIÓN. Científicos de la Universidad Pompeu Fabra, en España, estudian nuevos métodos para atender la obesidad.
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Stephanie Ríos/EFE

Una ingesta excesiva de comida alta en calorías provocaría cambios en una región del cerebro vinculada a las adicciones, indicó ayer un estudio liderado por científicos de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), de Barcelona, España, el cual abriría nuevas vías para tratar la obesidad, enfermedad crónica que afecta a millones de personas en el mundo.

Durante la investigación, hecha con ratones, los científicos españoles comprobaron que el consumo prolongado de alimentos altamente calóricos y apetitosos como los chocolates, dulces y papas fritas, entre otros, provocó diversas alteraciones en la plasticidad y el funcionamiento del núcleo accumbens del cerebro. Este último es un grupo de neuronas del encéfalo al que se le atribuye una función importante en el placer, incluyendo la risa y la recompensa, así como el miedo, la agresión y la adicción.

La investigación

El estudio de la UPF demostró que las alteraciones en el núcleo accumbens del cerebro tienen un fuerte efecto sobre las conductas alimentarias y son consecuencia de la activación de células inmunitarias y de otro tipo de procesos inflamatorios que ocurren en esta región cerebral.

Para llevar a cabo el estudio, que fue publicado esta semana en la prestigiosa revista estadounidense Addiction Biology, un grupo de ratones fue expuesto a lo que los expertos llamaron una "dieta de cafetería", la cual consistió en el acceso ilimitado a comida estándar y a otra excesivamente calórica como los chocolates.

Los científicos españoles, liderados por Miquel Martín y Rafael Maldonado, ambos investigadores del Laboratorio de Neurofarmacología de la Universidad Pompeu Fabra, lograron comprobar durante el experimento que la dieta que se les administró a los roedores provocó la activación de la microglía, células inflamatorias del cerebro ubicadas en una región importante del sistema de recompensa, el cual tiene un papel crucial en el desarrollo de diversas conductas adictivas como el alcoholismo, la drogadicción o las ganas excesivas de comer, entre otras.

Activación de la microglía

"En un cerebro sano, la microglía se encarga de eliminar sinapsis no deseadas para ayudar en la maduración de los circuitos neuronales. Pero si esta especie de 'poda sináptica' no funciona correctamente, puede resultar en una pérdida excesiva de sinapsis como sucede, por ejemplo, en la enfermedad neurodegenerativa Alzheimer", explicó el científico Martín, de la UPF.

Según el investigador español, la inflamación crónica inducida por la microglía afecta las conexiones neuronales del núcleo accumbens y favorece la adicción a la comida y, en consecuencia, el aumento de peso excesivo, al menos eso ocurrió con los ratones.

Para comprobar el impacto que la microglía y la neuroinflamación ejercen en el funcionamiento del núcleo accumbens, ambos investigadores trataron a los ratones que seguían la "dieta de cafetería" con un inhibidor de la microglía. Éstos respondieron al tratamiento con la disminución de la ingesta de alimentos y la reducción del aumento de su peso inicial.

"La identificación de este proceso neuroinflamatorio pone de manifiesto la importancia de los circuitos de recompensa en las alteraciones del comportamiento que conducen a la obesidad", indicó Martín, quien apuntó el interés por la respuesta neuroinflamatoria como posible método para tratar la obesidad.

Enfermedad crónica

La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas en el mundo, sobretodo en las últimas dos décadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La misma institución indica que al menos 2,8 millones de personas mueren cada año como consecuencia del padecimiento de esta enfermedad crónica.

"Antes esta enfermedad se asociaba únicamente a los países de altos ingresos. La obesidad se ha convertido en una enfermedad prevalente también en países de ingresos bajos y medios", advirtió Martín, que manifestó que "tratar la adicción a la comida podría ser una actividad complementaria para tratar la obesidad".

"Tratar la adicción a la comida podría ser una actividad complementaria para superar la obesidad".

Miquel Martín, Líder de la investigación de la UPF"

millones de personas mueren cada año en el mundo a causa de la obesidad, según la Organización Mundial de la Salud. 2,8