Las redes son el mejor escenario de personas que buscan mostrar lo mejor de sí, pero desconocemos lo que en realidad son. Los comentarios en ellas - muchos de personas anónimas o con identidades falsas- dejan al descubierto la maldad humana y la poca capacidad de tolerar a los demás, muchas veces por ser diferentes a nosotros.
El mejor ejemplo ha sido el reciente ataque a tres iglesias católicas, donde desconocidos arrojaron panfletos que reflejan su clara oposición a la visita del Papa Francisco, el máximo líder de la iglesia Católica.
Esto refleja la incapacidad que estamos teniendo para aceptarnos, entendernos, comprender a otros, y no actuar por fanatismos, individualismo y como si nosotros solamente tuviéramos la verdad.
La búsqueda universal del hombre debiera ir en la dirección de ser un mejor humano o una persona buena, independiente de la religión, creencias o preceptos que comulguen alguna idea u opinión.
En nuestra sociedad avanza peligrosamente el "germen" de no creer en nada y nadie, y de a poco vamos perdiendo cualidades innatas del ser humano que son clave para la buena convivencia y una armonía entre todos, sin importar nuestra diferencias.
Estamos errando el camino como sociedad, y desde algunos sectores más radicales se está cimentando una vía de intolerancia y de fanatismos que sólo logran dividirnos aún más, sin ser capaces de escuchar a otros, y repudiar a los que son diferentes.
Y mientras en Chile crece aceleradamente el número de personas que niegan la existencia de Dios, es precisamente en el cristianismo donde encontramos el mayor número de valores como la unidad, el amor al prójimo, el perdonar todas las veces que sea necesario, el dar sin esperar nada a cambio, el no actuar por venganza; pero ni los propios seguidores parecen recordarlo con claridad.
Debemos buscar la manera de dejar atrás el odio, la intolerancia, la falta de respeto, la agresividad, la discriminación, la violencia, la intimidación, que vemos a diario en nuestra vida cotidiana. Sólo así podremos mejorar nuestra convivencia como país.