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La irrupción de los inmigrantes en el comercio y los servicios

CARACTERÍSTICAS. Pese a que no existe un catastro oficial, basta con recorrer el centro para darse cuenta que los extranjeros dominan en servicios de alimentación y estética.
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Mario Covarrubias Pereira

Actualmente, según indicó la Cámara de Comercio de Calama, no existe un catastro que determine cuántos negocios del centro de la ciudad son propiedad de extranjeros. Más allá de aquello, basta con observar para darse cuenta qué tantos lugares de venta de alimentos y abarrotes, así como recintos de estética están -en su mayoría- en manos de inmigrantes.

"Ellos -particularmente- están realizando algunas actividades comerciales específicas que podrían clasificarse con relativa facilidad. Por ejemplo, los colombianos desarrollan oficios relacionados con estética y servicios de peluquería; los bolivianos con servicios de alimentación; venezolanos e incluso dominicanos, con negocios de alimentos también. En definitiva, no se puede negar que están desarrollando un comercio en magnitudes importantes", manifestó el presidente de la Cámara de Comercio de Calama, Rodrigo Barrera.

El representante de los comerciantes locales agregó que no había antecedentes como para pensar que los negocios de los inmigrantes en el centro de la comuna estuvieran funcionando bajo alguna irregularidad, pero "si es que hay alguna, deberemos poner atención a cómo se está ejerciendo este tipo de actividad, donde si se hace vista gorda a algún elemento, obviamente llamaría la atención de todos, aunque creo que están cumpliendo con todo lo que indica la ley".

Atención

En lo que sí Barrera dijo que había que poner bastante atención es en la existencia de algunas actividades comerciales establecidas desarrolladas por extranjeros que podrían estar provocando que algunos sectores pierdan competitividad y que podrían requerir de una orientación.

"El ideal es que los sectores del centro de Calama sean equitativos y simétricos respecto del desarrollo de sus actividades, porque en algunos lugares ocurre que hay un aumento de la oferta, una oferta muy igualitaria, lo que hace perder competitividad. Debemos ver la forma de potenciar el centro, para que en él se desarrollen distintas actividades y no una sola", argumentó Rodrigo Barrera.

No existe una claridad respecto de si Chile y, en lo particular Calama, tienen las condiciones para absorber las expectativas de los inmigrantes, ni tampoco el nivel de estudios de las personas que están realizando actividades comerciales.

"Me ha tocado conocer profesionales, personas con estudios superiores, que en el país desarrollan actividades completamente distintas a su profesión, porque en definitiva llegan a nuestro país a hacer lo que se les ofrezca. Estamos hablando de personas que no tuvieron la oportunidad de desarrollarse profesionalmente en sus países de origen, por eso el comercio es la puerta de entrada para que muchos puedan abrirse al mercado, llenarse de expectativas", expresó el representante del comercio.

Análisis

Las razones del porqué la cantidad de inmigrantes que se dedican a este rubro están igualando -e incluso sobrepasando- a los chilenos en Calama también fue analizado por Rodrigo Barrera, quien explicó que por un tema de educación, "no somos un país de muchos emprendedores. Muchas veces las actividades comerciales no se relacionan con el desarrollo de la persona, de sus talentos, sino que muchos se ven forzados a desarrollar estas actividades por falta de oportunidades", dijo.

Ahora, el desafío es cambiar esa mirada, manifestó, porque el desarrollo del emprendimiento permite a quienes se dedican a estas labores ser mucho más proactivos y creativos. "Son elementos muy positivos para el desarrollo de un país. El desarrollo del emprendimiento debiera ser una premisa desde la educación, porque inventar, innovar, crear, cada vez adquiere más valor, pero nos estamos quedando atrás y tiene que ver con esa mirada temprana que no se abre. Debemos dar el salto", asumió Barrera.

Perfiles

Una de las características más evidente es que los inmigrantes -especialmente aquellos cuyo origen está en países que viven del turismo, como colombianos y caribeños- tienen una orientación basada en el servicio que los chilenos -en general- no poseemos, según reconoció el presidente del gremio comercial de la comuna.

"En eso, tenemos que hacer un trabajo país, respecto de cómo nos orientamos hacia el cliente y un buen servicio. Es muy distinto, porque en su inmensa mayoría los extranjeros son muy cordiales y respetuosos, lo que a la larga son perfiles que se van valorando. Eso nos cuesta encontrar en chilenos y no sólo en el ámbito del comercio. Mientras ellos son muy buenos anfitriones, acá estamos pensando en la minería, en cómo explotar bien nuestros recursos. Hay que aprender de ellos, complementarnos y mejorar", dijo Rodrigo Barrera.

En tanto, el seremi del Trabajo, Álvaro Le Blanc, dijo que todo inmigrante que se dedicaba al comercio representaba una contribución para la comuna.

"Todos aquellos extranjeros que vengan a trabajar, a aportar a nuestro país, van a ser bienvenidos. Estamos dispuestos a darles las condiciones para que puedan realizar sus labores productivas, tal como cualquier trabajador más. Hay que nutrirse de esta diversidad cultural que proporcionan los inmigrantes, porque significa un enriquecimiento para el país", aseguró Le Blanc.

Ana Sofía Prado, dominicana

Ana Sofía Prado llegó a Chile con la idea de turistear, conocer el país y se terminó quedando junto a su esposo, Eduardo Juma. Ambos tienen en Abaroa un negocio de comida llamado "Delicias dominicanas", el que aseguran no tiene símil, pues es el único de ese país en la ciudad. "Claramente, eso es una ventaja comparativa, porque no tenemos competencia. Acá hay muchos negocios colombianos de venta de jugo, asímismo tantos otros peruanos, pero no existe ninguno más dominicano y tenemos una gastronomía singular", analizó. Respecto de la vocación de servicio que tienen los caribeños con sus clientes, esta comerciante analizó que "uno va acá a comprar acá y en muchas ocasiones es atendido por chilenos que no tienen ese carisma, esa simpatía para atender al cliente. Aparte de que quizás nuestra idiosincrasia es distinta, uno tiene que sentir amor por lo que hace. Si yo atiendo a una persona, voy a querer que vuelva, esa es nuestra misión", dijo.

Mónica Castillo, colombiana

Mónica Castillo es dueña del local de estética llamado "Uñas Mágicas", ubicado en calle Vargas, y reconoce que estos negocios son manejados por colombianos debido a que "nosotros vivimos mucho de la vanidad. En mi país, eso es un boom. Vinimos acá, emigramos, vimos esta oportunidad de salir adelante honradamente y generando empleo a nuestros compatriotas". Respecto de la contribución que este tipo de negocios representa en el país, ella es categórica: "creo que nosotros -los colombianos- hemos sido un aporte positivo para las mujeres chilenas, porque ellas mismas lo reflejan, viniendo a nuestro negocio y pidiendo nuestros servicios. Nos dicen que desde que nosotras llegamos, ellas aprendieron a quererse y cuidarse un poquito más, a ser un poco más vanidosas".

Roberto González, boliviano

Roberto González es dueño de la panadería y pastelería "Belén", ubicada en calle Latorre. Él es boliviano y lleva veinte años en Chile. Comenzó trabajando en distintas cosas hasta que derivó en este rubro. En la explicación del porqué los bolivianos que son comerciantes en el país se desarrollan mayormente en este tipo de negocios, manifestó que "cuando converso con mis compatriotas, siempre nos llama la atención el hecho de que el chileno consume mucho pan. Da la impresión que no pueden vivir sin este alimento y esa es la razón, imagino, de que haya tantas panaderías de bolivianos en Calama". En cuanto a la vocación en la atención al cliente por parte del boliviano, dijo que prefería responder por él solamente. "El ideal es que desde mi negocio las personas se vayan contentas. Debemos intentar como comerciantes que los clientes que entran acá se vayan encantados y retornen. Y no es algo para valorar, sino que pasa por hacer bien el trabajo, así como cualquier otra labor".