Ricardo Pinto Neira

Fue una semana movida que puede terminar con un verdadero terremoto o con el primer paso para la reivindicación. Tras el cinco a cero en contra en Chillán, la pérdida de confianza de la directiva en el cuerpo técnico, la fallida opción de propiciar la renuncia de Rodrigo Pérez y su staff y la decisión de sostener el proceso por tres partidos más, la mirada apuntaba ahora al plantel de jugadores.

Y allí, varios de los que asumen la carga del equipo salieron a dar la cara, a "ponerle el pecho a las balas" y afirmar abiertamente que como grupo saben que la mayor responsabilidad por el actual rendimiento les corresponde a ellos.

Uno de los que enfrentó las críticas fue el zaguero Miguel Sanhueza quien puso sobre la mesa un tema más que decidor. "Pero si hemos hecho apenas un gol como visita, en el partido que para variar perdimos en Arica. Nadie puede decir que no entiende la molestia de los hinchas. Tienen razón, si los números no mienten".

Y sobre qué pasa jugando fuera de casa, el zaguero afirma que "nos venimos abajo muy fácil y ese es un tema que tenemos que corregir. Ya está bueno de decir que acá somos Cobreloa y es necesario demostrarlo. Lo que pasó en Chillán tampoco es la tónica, pero afuera no hemos andado bien y este club se merece otra cosa, por la expectativa que genera y por la calidad de plantel que se conformó. Tenemos que ganar los dos partidos que quedan porque creemos que eso nos pude dejar muy bien parados para empezar el próximo torneo con todo y asumiendo el protagonismo" dijo.

Una mirada que comparte el mediocampista Guillermo Firpo. "Por una cuestión de dignidad, de amor propio tenemos que salir a ganar los dos partidos que quedan mostrando algo más. No podemos negociar la actitud a esta altura del torneo, menos después de que al cuerpo técnico se le está responsabilizando de todo".

Y el charrúa respalda a Pérez. "No era justo que se fuera cuando faltan dos partidos porque las evaluaciones se deben hacer a todos y cuando termine el semestre".

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Si bien es de los que nunca rehuye de los micrófonos, Lucas Simón no es de salir a lanzar declaraciones "de buena crianza" para soslayar los malos momentos del equipo.

Como en la cancha, el goleador va de frente y critica cuando hay que hacerlo. Por eso, se esperaba que fuese duro en el peor momento de la presente campaña, cuando el equipo viene de ser goleado y el entrenador está cuestionado y sin la confianza del directorio.

Pero Simón sorprende otra vez, más cuando sale a reconocer que la semana pasada lo llamaron de un club de la Primera División -no quiere transparentar cuál aunque era Deportes Iquique quien estaba tras sus pasos- y que decidió no irse por un especial motivo.

"Les dije que me iba a quedar hasta final de año y no acepté la oferta porque estoy seguro que ascenderemos a Cobreloa a primera este año. Y lo sigo creyendo firmemente. Si por un minuto pensara en que esto no va a resultar y que este plantel no va a pelear esa opción, habría aceptado irme a otro lado", dice el trasandino.

Lucas Simón pone las manos al fuego por el actual plantel y remarca que "hemos cometido errores, nos hemos dicho las cosas a la cara, hemos jugado mal pero acá estamos comprometidos y seguros que a final de año nos vamos a estar abrazando. Si no creyéramos en eso, puedo asegurar que muchos ya nos habríamos ido porque opciones no nos faltan".

El referente del equipo loíno muestra su lado creyente y admite que "tengo la seguridad de que Dios nos va a permitir conseguir ese objetivo a fin de año, que todo lo que está pasando es un obstáculo en el camino y que vamos a saber pasarlo bien. Ganando estos dos partidos que quedan podemos terminar arriba y de ahí en adelante va a depender de nosotros mismos", dijo.

Y sobre el 4-4-2 de Pérez que utilizará este fin de semana, el "9" naranja expone que "Parra llega como un puntero, Romero encara y desequilibra, son dos jugadores abiertos que me permiten quedarme en el área, donde me siento más cómodo y aporto más".

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