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"Siempre hay algo en lo que se puede ayudar"

PASIÓN. A su edad ya tiene a su haber una larga lista de actividades comunitarias, pues él decidió no reclamar sino que generar un cambio. ARTISTA. Su amor por el malabarismo, la música y el teatro lo llevaron a vivir una de las experiencias más gratificantes de su vida.
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Actuar más que reclamar, buscar soluciones en vez de criticar, generar cambios y no esperar a que otros lo hagan, marcar la diferencia son solo algunas de las motivaciones que a Joaquín Olivares lo impulsan a trabajar día a día con quienes más lo necesitan.

A sus 23 años ya tiene a su haber una larga lista de actividades comunitarias, todas de manera desinteresada.

Fue en 2012 cuando una invitación a formar parte del grupo de jóvenes voluntarios que amenizan las escuelas de verano del municipio de Calama, lo acercó por primera vez al trabajo social, de ahí comenta cambió su visión de vida y decidió trabajar y entregar todo su potencial para poder ayudar a generar un cambio.

"Desde ahí nace el interés de aportar en la sociedad donde se vive, en nuestro entorno más directo", comenta.

Es así como fue un activo miembro voluntario de la Oficina Comunal de la Juventud, labor que le dio la oportunidad de trabajar no sólo con niños, sino que también con jóvenes y adultos mayores.

Recalca que, a diferencia de lo que la comunidad pueda creer, son muchos los jóvenes que en la ciudad trabajan en el área social, de forma voluntaria y desinteresada y dice que en este tipo de actividades se generan grandes lazos de amistad y unión.

Joaquín también trabaja codo a codo en su junta de vecinos. Allí puede conjugar sus ganas de ayudar con la cultura, ayudando a formular proyectos comunitarios, así como también enseñando a niños y jóvenes vulnerables y también a adultos, varias disciplinas artísticas y manuales.

Motivación

"La gente siempre se queja de que las cosas están malas y , a veces, no se detienen a hacer algo al respecto. Uno es el que tiene que partir haciendo algo", comenta el joven Joaquín quien señala que él decidió moverse y generar el cambio o al menos intentarlo.

"Es súper aburrido quedarse quieto esperando que las cosas pasen", enfatiza Olivares.

Agrega que colaborar en las diversas iniciativas de ayuda social, le genera una gratificación impagable.

"Es gratificante ver cuando la gente en los talleres hacen algo con sus propias manos y aunque primero le cueste (...) por lo general los logros no son personales, sino que son colectivos, la satisfacción grupal", manifiesta.

Joaquín hace un llamado a los jóvenes de Calama a que se comprometan con las distintas labores sociales que hay en la ciudad.

Dice que basta con buscar por las redes sociales y encontrar los diferentes trabajos que se llevan a cabo. "Todos los días se puede hacer algo que genere un cambio y que sea positivo".


"Inclusión no es sólo ayudar a alguien a cruzar la calle"

Un encuentro artístico que se realizó en San Pedro de Atacama cuando tenía 14 años, cambió completamente la vida de Matías Reyes , quien en la actualidad tiene 20 años.

Ahí descubrió la pasión por el malabarismo, el teatro y la música y también, conoció a su amigo Rodrigo Rivera, con quien, años después, impulsaron una destacada labor con un grupo de jóvenes con capacidades diferentes.

En agosto de 2017, el director encargado de Corcaldem en Calama, Carlos Castillo, los contactó para trabajar con los alumnos en un número artístico que se presentaría en el Encuentro Regional de la Discapacidad.

Fue allí que nació la idea de crear una batucada, la que en la actualidad es la primera y única en la región conformada íntegramente con personas discapacitadas.

"Todo este proceso ha sido muy bueno y muy bonito y es gratificante ver el avance que hemos obtenido con los chiquillos", comenta Matías quien además releva la importancia de que la comunidad logre entender lo que es la inclusión, "que las personas entiendan que la inclusión no es solo ayudar a alguien a cruzar la calle".

Este trabajo le ha permitido a desarrollar su empatía, tolerancia y paciencia, pero más que todo tomar consciencia de lo que es la discapacidad.

Enseñanza mutua

Para Matías el tener la oportunidad de conocer a los jóvenes y adultos de Corcaldem, no sólo le sirve para entregarles a ellos algún conocimiento sino que dice que estas personas también le han enseñado muchas cosas. "Siento que lo que más me enseñan es a ser más natural, sentirme de nuevo como un niño, volver a jugar a reír y que no hay ninguna limitación", detalla Reyes.

Agrega que otra de las enseñanzas que recibe de estos "chiquillos", como él los llama, es a no rendirse fácilmente, superar los obstáculos y salir adelante. "Han sido la mejor motivación para poder superar todo tipo de barreras. Es una gran inspiración de vida, el no rendirme y no buscar excusas para nada".

Matías Reyes actualmente le dedica gran parte de su tiempo a los jóvenes de Corcaldem, sin embargo ello no significa que no proyecte otro tipo de labores.

Es así como se encuentra desarrollando un proyecto artístico, esta vez en el área del teatro donde, junto a su amigo Rodrigo, quieren entregar a los niños y jóvenes de las escuelas y liceos de Calama el mensaje de la inclusión y la integración,

Este mensaje está orientado al trato hacia los migrantes que llegan al país y por supuesto a la ciudad. "Creo que en Calama hay mucho racismo y quiero crear conciencia de lo difícil que es dejar su país.".

Joaquín Olivares Barraza (23)

Matías Reyes Oróstica (20)