Que entre aplausos y loas se anuncie una ruta que unirá Peine y Baquedano y se define ésta como estratégica para el Corredor Bioceánico, nos preocupa. Y esto porque nuestra Calama queda excluida de todo el desarrollo que pudiera significar esta Zona Especial Logística y activación económica que conlleva.
Pero nos preocupa aún más que esta definición sólo se base en supuestos y, por qué no decirlo, intereses particulares. Nos preguntamos… ¿en qué se basa esa definición? Nos gustaría saber cuáles fueron las evaluaciones cualitativas y cuantitativas realizadas, conocer aportes al VAN, al TIR, al índice de progreso y a la rentabilidad social regional.
Y esto porque hablar de corredor bioceánico es mucho más que hablar de caminos, puertos o ferrocarriles. Se trata de la definición de una plataforma logística en la que confluyan incentivos atractivos para que los empresarios de países vecinos prefieran utilizar nuestros puertos de salida y entrada de sus cargas.
Por eso creemos que es necesario un estudio técnico de la realidad de la región, con las fortalezas y debilidades de cada zona de estos 126.049 km2 de superficie, de estos casi 500 kilómetros de costa, de la realidad de los 4 puertos que existen, de las demandas de los potenciales clientes de Brasil, Paraguay, Argentina, Bolivia y de las coordinaciones logísticas que requieren los productos que entren o salgan del país.
Así, luego de analizar los resultados de ese estudio se debería definir la Zona Especial Logística y sólo a partir de ello destinarse los recursos para la implementación del Corredor. Es decir, para construcción de las mejores vías y caminos de acceso, fortalecimiento y/o inversiones (públicas o privadas) en puertos o ferrocarriles, y demás infraestructura.
Y talvez lo más importante, a partir de ese estudio revisar y comprometer el aporte a nivel ejecutivo y legislativo para adecuar las herramientas de control necesarias para resguardar nuestras fronteras pero, al mismo tiempo, reducir los tiempos de gestión de internación y salida de los productos del país.
Como Cámara Chilena de la Construcción Calama, destacamos que el tema se revise y se considere, pero nada nos llevará a buen destino si nos quedamos en ideas, supuestos y tincadas.
Carlos Ramírez Leaño,
presidente de la CChC Calama