En las últimas semanas, una de las discusiones públicas que se tomó la agenda fue la rebaja a la dieta parlamentaria y la reducción del número de congresistas en la Cámara y en el Senado. Lo primero, a través de un proyecto de acuerdo, impulsado por parlamentarios de centro izquierda, que busca que el Presidente de la República ponga urgencia en la discusión del proyecto de reforma constitucional que modificaría el artículo 62 de la Constitución Política, que hoy dice que la dieta parlamentaria es igual a la de los ministros.
Además de una moción que propone establecer diferencias éticas entre el sueldo mínimo nacional y la dieta parlamentaria y sueldos de los cargos ejecutivos más altos; iniciativas que apoyé desde el principio sin duda, ya que considero que es necesario discutir al respecto.
Mis diferencias están en la forma de la baja del número de parlamentarios en ambas cámaras, proyecto que proponen desde Chile Vamos, y que se quiere utilizar como moneda de cambio por parte de la derecha, ante el Gobierno de Sebastián Piñera, para discutir la rebaja de las dietas parlamentarias, lo que me parece una nueva contradicción de parte del oficialismo, considerando que fueron ellos, siendo oposición en el Gobierno de Michelle Bachelet, quienes apoyaron el fin del Sistema Binominal, siempre y cuando, se realizara un redistritaje con un aumento de parlamentarios, lo que se cumplió.
La nueva conformación del parlamento aún no cumple 120 días, de una elección que se realizó en noviembre de 2017, me parece que es muy apresurado aventurar juicios para cambiar este sistema. No obstante ello apoyo un cambio que comprometa una modificación profunda, como tener un "Sistema Unicameral": al no existir senadores y diputados sino sólo un tipo de parlamentarios permitiría una tramitación más ágil de los proyectos de ley y no se requeriría tantos representantes.
En ése contexto se podría adicionar el aumento del periodo presidencial y parlamentario a seis años. Eso sería un cambio profundo, que nos permitiría tener un Congreso más moderno, sin tanta traba legislativa, que hacen que las iniciativas parlamentarias en su mayoría descansen en las comisiones sin tener mayor tramitación que su ingreso y que luego duermen el sueño de los justos.
Marcela Hernando
Diputada Región de Antofagasta