Por una ciudad más limpia
A través de este escrito quiero darle a conocer la situación de la limpieza en nuestra ciudad.
Es lamentable observar que los vecinos no cumplen con su responsabilidad de sacar la basura de manera oportuna. En los días que se le indica de domingo a viernes, en un adecuado horario. Nuestra ciudad es visitada por turistas y la vista apreciada por ello no es la mejor.
Debido a esta acumulación de basura la cual emite olores desagradables que atentan contra la salud. Yo como alumna de cuarto medio considero que deberíamos tomar conciencia y también al estacionar sus vehículos en lugares inapropiados que evitan el paso del camión recolector.
Con este medio hago un llamado a los habitantes y a los inspectores para solucionar este grave problema. De esta forma mejoraremos los riesgos de contraer enfermedades infecciosas en lo cual los más perjudicados son los niños y adultos mayores. Me despedido atentamente.
María Paz Ramírez Canales
Sistema previsional de FF.AA.
El gasto fiscal en pensiones en Capredena es cerca de US$ 1.580 millones anuales -que pagan alrededor de 106 mil pensiones- y menos del 15% de dicho monto se recauda de cotizaciones de los uniformados activos.
Como comparación, el gasto fiscal en el pilar solidario es de US$ 2.294 y beneficia a 1,4 millones de pensionados.
Si bien el ejecutivo piensa en alargar la vida de uniformados activos en 5 años para lograr pensión completa, lo cierto es que son esfuerzos menores que no cambian en nada el abismante gasto previsional de las FF.AA.
Es imperioso que las nuevas generaciones de las FF.AA entren al sistema privado de pensiones, borrando con ello las posibilidades de fraudes, como las actuales pensiones de invalidez, pensiones a hijas solteras, etc. Los uniformados no tendrían problemas de pensión, pues tienen regularidad de cotizaciones por décadas, y donde los fondos previsionales no consumidos como pensión sean entregados a sus herederos.
Eduardo Jerez Sanhueza
Caminos de la Iglesia
Los últimos días hemos asistido con estupor, decepción y enojo, a la triste realidad presentada por la prensa chilena en torno al comportamiento y forma de vida de miembros consagrados de la Iglesia Católica, hombres y mujeres.
Si bien la Iglesia constituye una asociación formada por personas, dotada, como todo grupo, de un orden interno, ello no supone una condición servil y de obediencia ciega hacia los superiores. En efecto, y como quedó en claro luego de la visita de los legados pontificios, el abuso de poder, el verticalismo y el clericalismo constituyen algunos de los peores males que atañen a la Iglesia.
No es de extrañar, por tanto, que los escándalos de abusos sexuales hayan quedado tanto tiempo en las sombras, toda vez que, al ser cometidas por personas con autoridad, la estructura y dinámica misma de la organización impidió su revelación.
Así las cosas, hoy la Iglesia chilena se encuentra en una encrucijada única, de la cual podrá salir renovada y orientada al real cumplimiento del Evangelio, dejando de lado los abusos de poder, pasando sus pastores a ser verdaderos servidores del rebaño, o, por el contrario, seguir ensimismada en sí misma, encerrada en lógicas y prácticas que, a los ojos de la ciudadanía, sólo sirven para aumentar su desprestigio.
Diego Andrés Molina Conzué
Delitos
Cuándo se acabará tanta delincuencia en Calama. Es de todos los días.
Beatriz Figueroa
Promesas
Con el cambio de mando en La Moneda aun en nuestra retina, una de las tantas razones por las cuales las familias votaron por el presidente Sebastián Piñera fue porque las reformas estructurales impulsadas por la administración saliente afectaron la inversión y el trabajo.
Esta situación sembró de desesperanza en miles de hogares, ya que el trabajo es catalogado por muchos economistas el mejor programa de gobierno que puede existir, el trabajo es directamente proporcional al Producto Interno Bruto (PIB) de un país, aumenta la recaudación fiscal por medio de los impuestos a las personas y a las empresas, es un mecanismos de movilidad social y, en definitiva, logra que las familias dejen de depender del Estado y puedan depender de sus propias habilidades.
De esta forma, los recursos financieros estatales aumentan las arcas fiscales y se destinan a la población económicamente pasiva, constituida por los niños, adultos mayores y personas impedidas de trabajar, de esta forma la redistribución se logra desde los que trabajan a los que no pueden trabajar y no quitar a los ricos para dárselo a los pobres como mecanismo de redistribución de la riqueza.
Gonzalo Valdés Lufi