A más de una semana del inicio de un proceso complejo e inédito, como lo es el pago de la compensación del papel higiénico, podemos dar cuenta que este se ha desarrollado con normalidad, especialmente considerando que es la mayor compensación de la historia del país en términos de cantidad de beneficiados.

Si bien al inicio del proceso de inscripción un grupo se adjudicó el hackeo de la página, ello nunca ocurrió y se trató de un montaje que fue recogido como cierto por algunos medios y redes sociales. Por ello reiteramos que las medidas de seguridad han sido efectivas.

El tratamiento de los datos personales se efectúa en plena conformidad a la Ley, respaldado por convenios con las distintas instituciones públicas y privadas que los proporcionan, y adicionalmente se realiza en virtud del cumplimiento de una sentencia judicial, y de conformidad a sus facultades legales de representar colectivamente a los consumidores.

Lo anterior para la tranquilidad de los beneficiarios, ya que se ha cumplido con todas las expectativas de funcionamiento y estándares de seguridad.

En cuanto a las cifras, hasta ahora, un total de 5.640.204 personas recibieron el depósito automáticamente en su cuenta de Banco Estado, y casi 660 mil tienen su pago disponible en CajaVecina. Por su parte, se han realizado 300 mil transferencias a cuentas de otros bancos. En total, se trata de montos por un total cercano a los 46 mil millones de pesos.

Además, se han inscrito más de 1 millón 200 mil consumidores en la página micompensacion.cl y se han recibido más de 100 millones de visitas a más de un mes desde su lanzamiento, lo que prueba que la plataforma cuenta con los más altos y estrictos estándares de seguridad y protección de los datos personales.

En ese sentido, quienes se inscribieron a partir del 1 de agosto y opten por CajaVecina, podrán retirar el dinero 10 días hábiles después del trámite; mientras que las personas que escojan transferencia bancaria, el pago será realizado después de 15 días hábiles. Es importante recordar la necesidad de presentar el carnet de identidad vigente para cumplir con este trámite.

Lo importante es que los consumidores ejerzan su derecho a recibir su pago, pues no podemos olvidar que se está reivindicando su derecho a cobros justos y transparentes, después de un grave atentado a la libre competencia.

Hace un par de años se puso fin a la exclusión arbitraria en los colegios municipalizados y subvencionados, la que había predominado por décadas y según sus defensores era un método correcto para enfocar la enseñanza en grupos definidos.

Quienes tenían los promedios más altos e informes de conductas positivos, tenían la posibilidad de matricularse en los establecimientos más prestigiosos, mientras que el resto debía ubicarse en aquellos con menos preferencia y que por ende tenían más dificultades en el proceso de enseñanza.

Esos criterios hoy no existen. Se termina con ese tipo de selección y se abren las puertas para que los apoderados y estudiantes postulen a los colegios de su preferencia y puedan optar a una educación que anteriormente consideraron vedada.

Lamentablemente la realidad indica que se continuará con algunos criterios de selección, como el sector si algún hermano o hermana ya está matriculado en ese establecimientos o si son del grupo prioritario. A ellos se les otorgará un cupo de preferencia y el resto deberá ir llenado las vacantes.

Que postulen nadie asegura que contarán con una matrícula, porque como es conocido hay casos que la demanda sobrepasa largamente a la oferta. Y es allí que se recurrirá un sistema de selección, el que estará definido por un algoritmo y que muchos lo califican como una "tómbola virtual".

Por ello se les reitera a los apoderados que dentro del proceso de admisión pongan en orden decreciente los colegios de su preferencia. Eso asegura que si en el primero no logran cupo si lo puedan hacer en los siguientes.

El sistema se ha probado con éxito pero subsisten dudas que parece no resueltas, más allá de las explicaciones provenientes del Mineduc.

Especial rechazo llega de los colegios subvencionados, que tienen educación básica y media, porque los separa y obliga a abrir sus matrículas. Lo mismo con los de concepción religiosa que deberán acomodar sus programas. Lo cierto es que el sistema llegó para quedarse.