Pasta base
Quiero manifestar mi horror y preocupación ante un problema de sanidad mental y de comportamiento que afecta a la ciudad de Calama y que parece ser tratado como tabú o las autoridades no se han dado cuenta que el problema es más grave de lo que parece.
La droga a base de hoja de coca, residuo que queda de la producción de la cocaína la "Pasta Base" abunda en las calles de la ciudad y lo que es peor, siendo esta una droga de carácter marginal está inserta y se transa en pleno centro, donde día y noche deambulan adictos a la sustancia bajo los efectos de ésta, dando sensación de inseguridad a los transeúntes, familias, adultos mayores, niños y jóvenes que deben cumplir con tramites asediados por la petición de una moneda para costear un vicio al que por quinientos pesos ya pueden acceder.
Los semáforos son uno de los puntos estratégicos, donde si bien es cierto algunas veces son malabaristas, en muchos de los casos son adictos provistos de uno que otro artículo de limpieza de parabrisas pidiendo a cambio dinero por un servicio que muchas veces uno como conductor no consiente para que se lleve a cabo, pero ante la mala reacción de estas personas, uno termina cediendo.
Otro punto estratégico son las botillerías donde grupos de adictos a esta sustancia nefasta piden dinero para poder costear su vicio. Y el otro punto estratégico son los servicentros que por estar abiertos hasta altas horas de la noche convocan la presencia de los drogadictos que esperan por sus futuras víctimas para acosarlas y obtener un poco de dinero muchas veces con malas reacciones y de manera violenta.
A las autoridades que leen este medio de comunicación, por favor les pido que se preocupen por esta problemática que esta afectando de manera drástica a la ciudad y genera sensación de inseguridad ante personas enfermas que solo viven para consumir pasta base y tener periodos cortos de evasión, pero a costa de ciudadanos, que lo único que queremos es vivir tranquilos, en paz en la ciudad que nos vio nacer.
Es necesario más fiscalización y de una manera terminar con el "macheteo" al que tenemos que estar expuestos solo por el hecho de salir de nuestras casas.
F. Vásquez
Cambio de hora
Me pregunto si habrá otro país que da comienzo a su horario de verano en pleno invierno.
Rodolfo Gutiérrez Álvarez
Ministro de las Culturas
Después del golpe de Estado de 1973, el recién nombrado ministro de Cultura, Mauricio Rojas, viajó a Suecia como miembro del MIR y años más tarde regresó a Chile convertido con ideas de derecha. Sobre el Museo de la Memoria, el señor Rojas, en entrevista con CNN, año 2016, señaló: "Más que un museo se trata de un montaje, cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar (...) para contar una versión falsa de la historia de Chile".
Las frases del que hasta el 9 de agosto fuera director de contenidos de la Presidencia, merece nuestro rechazo por ser una ofensa a las víctimas y sus familiares. El Decreto del 25-4-1990 que crea la Comisión de Verdad y Reconciliación dice que: "La conciencia moral de la nación requiere el esclarecimiento de la verdad sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el país".
Por tanto, el Museo de la Memoria y otros, nacen de las recomendaciones del informe, buscando el respeto y la promoción de los derechos humanos. El ministro olvidó los dos informes Valech sobre prisión y torturas, a los fusilados y el drama de los detenidos-desaparecidos. En memoria de las víctimas y de sus familiares.
Derico Cofré Catril
Ministerio de Educación
El Ministerio de Educación y sus respectivos ministros no pueden pretender mejorar la educación en Chile, pues prácticamente en las últimas décadas es un cuerpo sin identidad, carente de ideas, generadora de burocracia, planes y programas inorgánicos y gastadora de recursos.
Se dedica con ahínco a implementar políticas de corto plazo con nulo contenido y objetivos claros. Cuando se declara que "la prioridad es y debe ser la educación", no puede tratarse de un discurso para ganar votos y luego puntos para mejorar una encuesta. La educación debe ser una política de Estado y en manos de profesionales competentes con una mirada de largo plazo. La institución que rija la educación debe ser igual o mejor que la Contraloría de la República, es decir, una institución autónoma compuesta por los mejores de los mejores y con directa participación de educadores, apoderados y estudiantes. La situación actual sólo provoca desencanto, frustración y un nivel educacional deplorable.
Pedro Osses González