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Minera Santa Julia responde a agricultores

DECLARACIÓN. Por inserción publicada ayer por la Asociación en Calama.
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En la edición del domingo 16 de septiembre de El Mercurio de Calama se publicó un inserto de la Asociación de Agricultores de Calama (ASAC) el cual se refiere a trabajos que realiza Minera Santa Julia en un predio ubicado en la provincia del Loa. Al respecto desde la minera enviaron un comunicado para responder a los agricultores, la que se detalla a continuación.

"Minera Santa Julia trabajó en el ensanchamiento y mejoramiento de un tramo de 200 metros de un camino público, para lo cual cuenta con el permiso de servidumbre correspondiente, obtenido en 2017. Desde antes de comenzar a realizar estas obras de mejora, que duraron cerca de 20 días, ha mantenido una comunicación abierta con las comunidades locales".

Agrega que "por el sitio de la servidumbre pasa un canal de regadío, cuyas aguas son intermitentes, para el cual se debió construir un bypass de 80 metros de largo aproximadamente".

Manifestaron también que "queremos relevar que en ningún momento la empresa ha afectado el suministro de agua del canal, cuyas compuertas no se manejan en el terreno donde se realizaron los trabajos. Debido a la construcción de este bypass, la empresa entregará los antecedentes correspondientes a la DGA.

Finalmente dijeron que "Minera Santa Julia reitera que ha trabajado en todo momento con respeto a las comunidades y el medio ambiente".

Hoy a las 21 horas parte el feriado irrenunciable para el comercio loíno

HORARIOS. Los supermercados cerrarán entre las 18.30 y 19 horas.
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Hoy comienza el feriado obligatorio e irrenunciable de los trabajadores del sector comercio para estas Fiestas Patrias, desde las 21.00 horas y se extenderá hasta las 06.00 horas del jueves 20 de septiembre.

Los supermercados de Calama cerrarán sus puertas con varias horas de anticipación. Los primeros en hacerlo serán los Unimarc, que dejará de atender a las 18.00 horas; le seguirán los Lider, a las 19.00 horas; y los supermercados Jumbo, Santa Isabel y Tottus, que bajarán sus cortinas a las 19.30 horas.

Mall Plaza Calama, por su parte, cerrará sus puertas a las 20.45 horas, mientras que su patio de comidas permanecerá abierto hasta las 21.15 horas. Excepciones

Se exceptúan del feriado obligatorio e irrenunciable los trabajadores del comercio que se desempeñan en clubes y restaurantes; establecimientos de entretenimiento, tales como cines, espectáculos en vivo, discotecas, pub, cabaret; locales comerciales en los aeródromos civiles públicos y aeropuertos.

También quienes realizan labores en casinos de juegos y otros lugares de juegos legalmente autorizados; expendio de combustibles, farmacias de urgencia y farmacias que deban cumplir turnos fijados por la autoridad sanitaria.

También deben trabajar los dependientes de las llamadas "tiendas de conveniencia" adosadas a los servicentros si venden alimentos preparados allí mismo.

Toma Frei Bonn: cinco años de polémicas, ocupación ilegal y pobreza

HISTORIA. El incendio que afectó a casi la totalidad del terreno ubicado a un costado del Polideportivo Alemania es un cúmulo de situaciones extremas que partieron con 90 familias que demandaban soluciones habitacionales y que dieron paso a otras tantas precariedades.
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Pasado el mediodía del sábado 16 de marzo de 2013, un grupo de personas instalaban en un terreno eriazo ubicado entre las calles Frei Bonn (al oriente), y Colonia (al poniente); una docena de carpas llamando la atención de los residentes del sector Alemania, justo a un costado del Polideportivo que se encontraba a uno de los extremos del sitio baldío.

En primera instancia eran sólo carpas, luego aparecieron las demarcaciones y con ello también un grupo de personas que entraban y salían, instalando banderas y maderos en alusión a demandas por soluciones habitacionales. Era el inicio de unos de los períodos más complejos para los residentes de sectores aledaños y que veían cómo comenzaba a poblarse lo que a futuro se transformaría en la toma de Frei Bonn.

"Era todo como un poco adrenalínico, porque las autoridades de ese entonces no comprendían muy bien las demandas, y en ese gran terreno por fin nos sentíamos dueños de algo, a la mala, pero con argumentos para enfrentar a las autoridades y enseñarles cómo vivían los allegados, los pobres y que no tenían nada y que demandaban cosas como vivir en una casa propia", explicó una de las personas que lideró y acompañó el proceso hasta mediados del año 2015. "Luego la cosa cambió totalmente", dijo quien prefiere entregar su relato sin dar su identidad ante posibles represalias.

Poco a poco, y en la previa a las celebraciones de la anexión de Calama a territorio nacional, los pobladores en toma comenzaron a captar la atención de las autoridades, las que con distancia analizaban el fenómeno que impactó a la sociedad loína ante todo, porque si bien sectores como Quetena, Ojo de Opache, Puerto Seco, calle Aconcagua y el Vergel ya presentaban ocupaciones ilegales, "estábamos metidos en la ciudad, y por ende nos veían. Nuestros casos eran evidentes, no había cómo esconderlos", explicó la misma residente de la toma de terreno.

Demandas

Ocurrida la ocupación comenzaron a aparecer construcciones sólidas, emergían también demandas por parte de los representantes de los pobladores en toma y comenzó una relación llena de obstáculos tanto para quienes se habían apostado en la calle Frei Bonn como para las autoridades que debieron lidiar con un fenómeno que, si bien era conocido, no era abordado por el municipio de Calama y el gobierno provincial de turno.

"Fue una época compleja, porque lo primero que intentamos atender fueron las precariedades, y los problemas básicos que tenían esas personas. Ante todo debíamos tratar de dar dignidad a quienes incurrieron en una medida tan extrema como es la de tomarse un terreno", rememoró Cindi Trigo, quien en época era profesional a cargo de la Dirección de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Calama, y que debió establecer un trabajo con quienes demandaban soluciones habitacionales.

Las polémicas también fueron parte extensa en la triste bitácora que se fue forjando al interior de latas, cholguán, e improvisados muros de masisa que iban levantándose y cercando la toma.

Había bastante efervescencia por parte de los ocupantes, "porque teníamos fe de que todo resultaría, que nuestros casos de verdad conmoverían a las autoridades" confesó quien recuerda con un dejo de nostalgia aquellos primeros meses de tomado el terreno.

Problemas

Así como crecía la ocupación, también comenzaban a proliferar los problemas para éstos.

"Primero porque para postular a soluciones habitacionales las personas debían presentar documentación válida incluyendo el registro de un domicilio, el cual no tenían la mayoría de las personas en toma. Efectuamos catastros y de hecho esto develó la falta de soluciones habitacionales que había para Calama, y que estaban comprometidas con la reconstrucción de Tocopilla. Aún así logramos reactivar una oficina de patrocinio y que en el tiempo ayudó a postular a proyectos", agregó Cindi Trigo.

Marta Maldonado, presidenta de la junta de vecinos Sol de Cobre también expresó los problemas que le trajo este campamento. "Yo había recibido mi casa -ubicada en calle Colonia- sólo un año antes, y con la toma comenzaron también mis problemas. En tres oportunidades fui víctima de robo, tuve que colocar latas. Mis hijos no podían salir y se perdieron una parte importante de sus vida recluidos en mi casa por temor a que fueran asaltados. Fueron cinco años muy terribles", comentó la dirigenta que sufrió el impacto directo de estar a un costado de la toma.

La residente del sector ocupó una analogía para analizar su caso y el de otras tantas familias afectadas por la irrupción de esta toma. "Durante cinco años tuvimos problemas serios tanto de convivencia como de seguridad, pero lo ocurrido con el incendio lo tomo como justicia divina".

Tensión política

Durante cinco años la ocupación ilegal tensionó el ambiente político de la comuna. Fueron muchos los episodios de problemas entre el alcalde Esteban Velásquez con la gobernadora Lorenza Muñoz, y luego con Claudio Lagos.

Todo por el desalojo que demandaban vecinos y también enfrentaban al entonces jefe comunal con los dirigentes en toma, quienes expresaban no sólo disconformidad con las medidas paliativas ofrecidas sino que también con cualquier posibilidad de evacuarlos de ese punto.

Las tensiones también se dieron en el seno de la toma. Por una parte hubo distintos desacuerdos, e incluso peleas, las que fueron debilitando sus relaciones, las que finalmente sufrieron un duro golpe luego que un grupo organizado de 200 personas abandonó la toma y se trasladaron hasta la quebrada de Quetena, y donde hasta hoy trabajan por soluciones habitacionales en un marco de cooperación con las autoridades.

Por el contrario, quienes prefirieron quedarse allí, apostaron a continuar en el terreno, de 45 % de propiedad municipal y otro 55 % de Bienes Nacionales, pero con en una especie de metamorfosis, luego que empezaran a evidenciarse problemas con el uso del espacio para el tráfico de drogas, para ser utilizado en evasión a la acción policial, para ocultar a personas que mantenían pendientes con la Justicia y con la inmigración, ocultándose y aprovechándose de las precariedades allí instaladas.

En cinco años se han efectuado una serie de catastros, los que según datos de la gobernación provincial de El Loa llegan a las 315 familias que previo al incendio ocupaban el lugar y que habían sido censadas por el Servicio de Vivienda y Urbanismo de la región.

El lunes 10 de septiembre un incendio se llevó lo poco, en algunos casos, y las pertenencias de quienes allí aún se cobijaban del frío, la noche y también de la polvorienta realidad del sector.

En cosa de minutos, las llamas crecieron y destruyeron todo a su paso, también las últimas esperanzas de un grupo de personas que apostaban por aferrarse al campamento y continuar con sus vidas.

"No entiendo por qué pasó una cosa así. Jamas estuvo en nuestras mentes una posibilidad como esa. Y pese a las precariedades, a los empalmes irregulares y otras medidas desesperadas que algunos cometieron, nunca pensamos que sería un incendio el que terminó con todo", comentó una de las protagonistas de esta historia que comenzó hace cinco años.

La paradoja de esta historia es que finalizó tal y como comenzó, en plena miseria.

"Fue una época compleja, porque lo primero que intentamos atender fueron las precariedades, y los problemas básicos que tenían esas personas".

"Cindi Trigo Funcionaria de Dideco en la época de inicio de la toma"

"En tres oportunidades fui víctima de robo, tuve que colocar latas. Mis hijos no podían salir y se perdieron una parte importante de sus vida recluidos en mi casa por temor a que fueran asaltados.". Marta Maldonado Vecina de la toma"

200 personas abandonaron la Toma de Frei Bonn en 2016 para radicarse en el sector de Quetena a la espera de una solución habitacional.

2013 comenzó a levantarse la toma en el sector del Frei Bonn, sector poniente de Calama. En esa oportunidad fueron 90 las familias que ocuparon el lugar.

65% de las viviendas que estaban actualmente en la toma de Frei Bonn fueron destruidas por el incendio del pasado 10 de septiembre. En total hubo 400 damnificados.