Karen Cereceda Ramos
A mediados de septiembre se dio a conocer el informe "Education at a Glance 2018", elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el que arrojó que los estudiantes chilenos, que cursan de primero a sexto año básico, están entre los que más horas pasan en las salas de clases.
El informe también determinó que el tiempo de estudio de los estudiantes chilenos, no se condice con los resultados académicos, ejemplificando que en la última PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes), se situaron por debajo de la media de las naciones desarrolladas y con una brecha de aprendizajes de tres años, en comparación a Singapur.
Resultados que hacen repensar si, en materia educacional, se están haciendo bien las cosas o el sistema ya está obsoleto y debe reformularse.
Actualmente en la educación chilena se aplica la Jornada Escolar Completa (JEC), un sistema que fue creado hace 21 años y cuya principal característica fue el aumento de las horas lectivas.
Recordemos que antes de la JEC, los estudiantes de enseñanza básica acudían a clases en una sola jornada. Los alumnos de 5° a 8° básico tenían clases en la jornada de la mañana y los de 1° a 4° básico, durante la tarde.
Tras la jornada completa, todos los alumnos empezaron a tener clases desde las 8 horas de la mañana y hasta las 16 horas.
Reformular
"Llegó la hora de evaluar la Jornada Escolar Completa (JEC) y, en general, repensar el uso del tiempo escolar", comenta el doctor en Ciencias de la Educación y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Jaime Retamal.
Para el experto este informe es decidor y obliga al Congreso a una urgente discusión sobre el uso del tiempo escolar en los establecimientos de educación primaria del país.
"Debiera discutirse y evaluarse en el Congreso, teniendo a la mano indicadores para medir el verdadero impacto de esta y reformularla, así como la normativa que regula las seis horas de libre disposición y la ley de aseguramiento de la calidad, a fin de pensar sistémicamente el uso del tiempo escolar", manifestó al respecto Retamal.
El presidente nacional del Colegio de Profesores, Mario Aguilar manifiesta que los resultados del estudio de la OCDE, "refleja varios aspectos que son preocupantes de la educación chilena que nosotros, como colegio de profesores, lo hemos alertado y señalado", dijo.
Aquí detalla que uno de estos cambios tiene relación con la cantidad de horas de estudio de los alumnos chilenos, "y que es muy por sobre el promedio OCDE y muy por sobre el promedio de colegios que tienen reconocidamente una buena educación a nivel internacional" y agrega que "la pregunta es ¿si la mayor cantidad de horas lectivas, horas de clase lo que hace una buena educación?".
Respecto a la Jornada Escolar Completa, Aguilar dice que durante los 21 años en la que se ha aplicado en Chile, jamás se ha hecho una evaluación formal por parte del gobierno para ver su efectividad y si mejoró cualitativamente la educación chilena.
"No me estoy refiriendo únicamente a los resultados Simce, que es una forma de medir que ha sido usado en Chile y que por nuestra parte, como Colegio de Profesores es bastante cuestionable, me estoy refiriendo a la educación en términos de logros, en términos de cumplir con su finalidad mas amplia", critica el dirigente nacional docente.
En este sentido añade que esta Jornada tampoco ha sido positiva en aspectos como lo afectivo y social y lo ejemplifica con el agobio que, a su juicio, viven tanto los estudiantes como los docentes. Estos últimos, al igual que los alumnos, son los que más horas trabajan entre los países de la OCDE.
Este informe determinó que los docentes chilenos pasan 1 mil 39 horas en la sala de clases, mientras que sus colegas de los otros países, son de hasta 700 horas.
"Usted tiene un sistema altamente agobiado, con muchísima presión por los resultados en pruebas cuantitativas, pero que no necesariamente se traduce en lo que se espera de la educación", puntualizó Mario Aguilar.
Propuestas
Los educadores coinciden en que la JEC debiera modificarse y que una de estas modificaciones debiera ser la reducción de las horas lectivas y el mejor uso de estas horas en otras materias.
Por ejemplo cambiar las últimas horas de clases por asignaturas que impliquen hacer actividades como arte, música o educación física.
Elena Astudillo, es profesora de enseñanza básica, con postítulo en Orientación Educacional, dice que una propuesta es cambiar las estrategias educativas ya sea a través de más talleres, actividades al aire libre, aprendizaje con más experiencias, es decir aplicar los conceptos a situaciones de la vida diaria.
"Un niño o niña que gusta de bailar estos nuevos ritmos, como los coreanos, pudiera aprender a través de esta música, por ejemplo cómo se mueven los músculos del cuerpo humano", ejemplifica al respecto la orientadora.
Jaime Retamal. de la universidad de Santiago quien además es especialista en clima y convivencia escolar dice al respecto que el problema es, "cómo usamos el tiempo para favorecer los aprendizajes de los estudiantes y cómo hacemos para que el tiempo escolar sea efectivamente significativo para ellos", dice.
Agrega que en países como Estados Unidos, España, Francia han impulsado reformas para intervenir el tiempo y el ritmo de los estudiantes, a fin de favorecer sus aprendizajes,. "Las escuelas deben replantearse el uso del tiempo y cómo se usa: si para reforzar una asignatura determinada o para producir otros aprendizajes; si utilizamos ese tiempo para producir resultados, prepararnos para la PSU o descubrir otras realidades y hacer acciones, como visitas guiadas", concluye.
Por su parte el presidente nacional del Colegio de Profesores, Mario Aguilar propone que "nos parece importante que dentro de esa evaluación se considere la posibilidad de disminuir la posibilidad de disminuir las horas de clases y entregar más posibilidades complementarias a los mismos estudiantes en talleres y actividades de otro tipo, educativas pero no necesariamente horas de clases convencionales".
Añade que también esta reducción permitirá a los profesores tener más horas para hacer horas no lectivas y así reducir el agobio que en la actualidad viven los docentes.
Resultados del informe
De acuerdo al informe de la OCDE, los estudiantes chilenos están 1.039 horas en clases al año y 6.233 horas en seis, en contraste con el promedio anual de la OCDE, de 799 y en un sexenio, de 4.620. Es decir, los connacionales están 67 días más que sus pares en el colegio
21 años cumplió la Jornada Escolar Completa, sistema educativo implementado en el gobierno de Ricardo Lagos y en el que se aumentaron las horas de clases.
1.039 horas al año estudian los estudiantes chilenos, según el último informe de la OCDE, en países como Finlandia las horas de clases no superan las 700.
67 horas más al año son los que estudian los alumnos chilenos según la OCDE y que los ubica en el primer lugar junto con Dinamarca, pero que no se condice con los resultados académicos.