Banderas
Primer acto: Cuando el presidente Piñera dice que Chile está en el corazón de Estados Unidos, mostrando una imagen de la publicidad de roaming internacional de telefónica, donde la bandera chilena aparece inscrita en la bandera de Estados Unidos, (de mal modo de todas formas), no hace más que ridiculizarse y mostrar una imagen impropia de la investidura presidencial en medio de una visita oficial. ¿Por qué lo hace? ¿Quién le dice que lo haga? A todas luces un error, pero que pone a nuestra bandera y su simbolismo soberano de nación en entredicho y por qué no decirlo, humillada.
Segundo acto: En Chile se azuzan los ánimos frente al fallo de la Corte Internacional de Justicia, en la Haya. Donde majaderamente hay que insistir, no está en juego la soberanía nacional, ni nada que se aproxime en lo más mínimo, a la pérdida de territorio. Pero que se utiliza mañosamente, para levantar nacionalismos xenófobos, y un discurso patriótico basado en las guerras decimonónicas de la oligarquía salitrera. Es en este cuadro que la bandera aparece como el símbolo de unidad frente a la amenaza potencial que la sentencia de corte traería para nuestro país. Por lo tanto, ¡hay que embanderar la ciudad!.
Tercer acto: En los primeros actos, no hay en la práctica pérdida de soberanía, pero si un juego con su símbolo, sentido y significado. Pero sepa usted señor director, ¿dónde está la real pérdida de soberanía de la cual nada se vocifera como real amenaza? Ocurrirá a vista y paciencia de todos, cuando la empresa Tianqi Lithium, de capitales Chinos, domine el mercado mundial del litio a través del control de la empresa Soquimich, tras su anunciada compra de los papeles canadienses de la empresa. El Salar de Atacama se verá intervenido, la poca agua que queda en las cuencas se utilizará en su producción, los flamencos se verán afectados en su ciclo biológico, la riqueza del patrimonio del litio será entregada a capitales foráneos a cambio del aumento de unos cuantos puntos del PIB, un royalty exiguo y la hipoteca del desarrollo de la industria nacional, por varias décadas. Y ni siquiera habrá banderas a media asta.
Corolario: No se mostrarán papelitos con la bandera inserta en el imperio, no se embanderara la ciudad, como señal de unidad, ni banderas a media asta, en señal de rechazo. Flameará, eso sí, sin que nadie la ice ni lo note, la bandera negra de la pérdida de soberanía con la frase sub-terra ayer, sub-sole hoy, sub-litium mañana.
Luis Olivares Gómez, profesor calameño
Estafas
En la estafa piramidal de AC Inversions los montos estafados sumaron
$ 65.000 millones; las penas solicitadas por el Ministerio Público: 5 años de cárcel efectiva y una multa de 30 UTM que resultan ser $ 1.437.600.
Dato de la causa: A la fecha solo se han recuperado aproximadamente $400.000.000.
¡Caso cerrado!, perdón mejor dicho ¡negocio redondo!
Luis Soler Milla
Piñera y Trump
Nuevamente Piñera nos hace pensar si realmente se deja asesorar, comprende las dignidad del cargo electo o simplemente su ego es más grande.
Quizás solo trato de ser simpático, a mi modesto entender recordando la enseñanza de mis padres y leyes vigentes, con los sagrados emblemas de nuestra patria no se debe jugar, menos "en casas ajenas".
Francisco Sánchez
Maduro en la ONU
Escuchando a Nicolás Maduro en su discurso en la Asamblea General de la ONU, no me pude imaginar otra cosa que un niño jugando un videojuego sentado frente a un televisor. Ese niño puede estar horas, días, meses, años jugando al mismo juego sin dejar que alguien más lo haga, lo único que hará será ir a comer, por ejemplo a Turquía, y volverá a jugar sin pensarlo dos veces. El juego puede ser de lo peor que existe en el mundo, como una dictadura, pero al niño no le importará y adivine qué, seguirá jugando sin darse cuenta de los hechos que suceden a su alrededor.
La democracia no es un juego, simplemente es o no es y claramente en Venezuela, no existe tal.
Tomás Hennigs Díaz
Los discursos
En tiempos remotos, un político inventó la expresión "desafíos pendientes" y poco después empezó a ser muy común en los discursos. El significado de esa potente combinación no es lo que parece; según el contexto, quiere decir: a) voy a la reelección (si no se puede, léase "volveré"); b) no digan que no se me ocurrió ( al menos quedaré como autor de la idea porque el que viene igual lo hará); c) no quise hacerlo porque la única solución a ese problema es impopular; d) aquello no tiene solución.
Es un gran comodín para los discursos de despedida, pero jamás debe usarse en los primeros seis meses en un cargo... me acabo de sacar de encima un "desafío pendiente".
José Luis Hernández Vidal