Actos de civilidad y de humanidad
Nos desconcierta cuando vemos golpizas en un hospital o agresiones salvajes dentro de un colegio. La falta de ideas y de planteamientos genera en muchos casos frustraciones que desencadenan en la violencia. Por eso hoy se requiere personas racionales y analíticas para resolver los conflictos.
Días atrás, se originó un primer incidente en el Servicio de Urgencia del nuevo Hospital "Carlos Cisternas" cuando un grupo de familiares de un paciente que era reanimado, comenzó a golpear al personal de salud.
En Santiago, esta semana, el alcalde de Santiago filtró un video donde un funcionario de Carabineros era agredido con violencia por un grupo de liceanos.
Y así, diariamente nos encontramos con diversos actos que reflejan el actuar irracional de la ciudadanía para resolver sus problemas.
Cuando estamos en el siglo XXI nos imaginamos que nuestra sociedad debiera estar no solo desarrollada en modernidad, sino que también en cultura y humanidad, pero por el contrario, la animosidad de originar pendencias, pleitos, guerras, discusiones, parece estar lejos de ir en retirada.
El buen comportamiento de las personas, cumplir con nuestros deberes, respetar las leyes y contribuir para que la sociedad funcione correctamente, resulta una tares difícil para que se convierta en una realidad permanente.
Pensar en el bienestar de los demás miembros de la comunidad, o sentir afecto, comprensión y solidaridad por las personas que nos rodean, parece ser una batalla compleja.
De allí la importancia de luchar por lograr una mejor convivencia entre personas, entidades, países, para poder mostrar rasgos de humanidad y civilidad entre los seres humanos.
Incluso, pareciera que el reino animal nos da más lecciones que nosotros mismos, respecto a la buena relación que debiéramos tener como seres vivos.
No podemos dar pie a que la violencia sea el mecanismo para resolver nuestros problemas, y para ello es necesario que aprendamos a resolver más rápido nuestros conflictos, porque a veces la paciencia se agota.
Tenemos todas las herramientas para buscar las soluciones a los grandes temas que nos aquejan, pero para ello es necesario tener disposición, empatía para mostrar nuestras ideas y buscar acuerdos. El camino de la violencia ya está obsoleto.