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Infecciones Asociadas a la Atención en Salud: su vigilancia y control son un desafío permanente

REALIDAD. En Chile mueren cada año unas seis mil personas como resultado de las denominadas enfermedades intrahospitalarias, que además generan elevados costos extras al sistema sanitario.
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Cada año en el mundo millones de personas contraen algún tipo de bacteria, virus u hongo al interior de hospitales y clínicas mientras son sometidas a un procedimiento quirúrgico, examen o permanecen internadas recuperándose. De ellas, entre el tres y el seis por ciento morirá irremediablemente como consecuencia directa de enfermedades provocadas por esos agentes patógenos. De hecho, diversas investigaciones advierten que las muertes por esta causa superan anualmente a las que ocasionan males como el SIDA o la tuberculosis.

Para la Organización Mundial de la Salud las denominadas Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud (IAAS), también conocidas como "intrahospitalarias" o "nosocomiales", representan una importante amenaza para la población y elevados gastos extras para los sistemas de atención sanitaria, en especial en países que evidencian niveles medios y bajos de desarrollo, ya que en estos últimos -dadas sus deficientes medidas de higiene- el riesgo de contraerlas puede llegar a ser hasta veinte veces superior al que registran las naciones más avanzadas.

Complejidad

Las IAAS corresponden a todos aquellos cuadros infecciosos generales o localizados (en la piel, vías respiratorias, urinarias e intestinales) que ocurren durante o como resultado de una prestación y que no estaban presentes ni incubándose en el paciente al momento de hacerse efectivo su ingreso a un determinado centro de salud.

El médico microbiólogo y epidemiólogo Patricio Nercelles Muñoz, profesor del Departamento de Preclínicas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, afirma que las IAAS no sólo se refieren a infecciones que aparecen durante la hospitalización sino que también a aquellas que ocurren como resultado de atenciones ambulatorias o posteriores al alta.

"Las IAAS son un complejo problema de salud pública, y no sólo en términos de morbilidad y mortalidad, ya que su aparición contribuye a aumentar el uso de antibióticos e insumos médicos, prolonga los períodos de hospitalización, incrementan los costos de la atención y los riesgos para el personal de salud. Incluso, deteriora la imagen de las instituciones involucradas", precisa el especialista, quien además es director del programa de magíster en Ciencias Médicas con mención en infecciones y epidemiología hospitalarias que imparte dicha unidad académica.

Nuestra realidad

En Chile, las cifras oficiales revelan que las IAAS afectan a entre el cinco y el diez por ciento de los pacientes hospitalizados, es decir, a unas 50 mil personas por año de las cuales 2 mil fallecen. En promedio se ven obligadas a prolongar su internación entre uno y 25 días adicionales y someterse a una serie de exámenes, tratamientos y desgastantes procedimientos terapéuticos cuyos costos extras pueden fluctuar entre los 400 mil y los 27 millones de pesos, dependiendo de cada caso.

Las infecciones de este tipo más frecuentes son las de sitio quirúrgico, las neumonías, las urinarias y las bacteriemias primarias, en adultos, y las del aparato digestivo (diarreas agudas) y cuadros respiratorios virales en niños.

"Estos agentes crecen y se multiplican en el propio paciente o en el personal de la salud encargado de la atención y en equipos, superficies o soluciones. En el 95% de los casos se trata de infecciones endémicas (habituales en hospitales y clínicas). Algunos de los patógenos son muy resistentes a las condiciones del ambiente y a los antimicrobianos. Su virulencia dependerá del tipo de agente y del estado en que en ese momento se encuentre la persona afectada. Los servicios que más IAAS registran suelen ser las unidades de pacientes críticos y quirúrgicos", afirma el doctor Nercelles.

Normativa

Por lo anterior, la prevención y el seguimiento son las principales herramientas de que disponen las autoridades y los equipos de salud para combatir las infecciones intrahospitalarias.

En nuestro país, desde 1982 existe un programa cuyo objetivo es disminuir las IAAS, en especial las asociadas a procedimientos invasivos y las que tienen potencial de producir epidemias.

Según explica Pola Brenner Friedmann, enfermera epidemióloga y reconocida especialista en esta materia, este programa -actualizado en 2011- es obligatorio para los hospitales y clínicas, sean del sector privado o público, y se basa en la norma técnica 124, que considera una serie de disposiciones y regulaciones que forman parte de un sistema permanente de vigilancia epidemiológica y procesos de supervisión de las prácticas de atención destinadas a evitar su aparición.

"Chile, junto con Estados Unidos, ha sido pionero en lo concerniente a control y vigilancia de este tipo de infecciones. Lo más importante de esta realidad es que refiere a situaciones prevenibles por medio de estrategias que implican realizar diagnósticos, intervenciones y evaluaciones de manera constante. Es decir, aplicar un sistema de seguimiento eficaz, para lo cual contamos con protocolos confiables y prácticos que deben aplicarse de manera correcta", asegura la también docente del Departamento de Preclínicas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso.

Tema pendiente en este ámbito de acción es el control de IAAS en casos de hospitalización domiciliaria, que son cada vez más frecuentes y que, a su juicio, deberían regirse por los mismos principios que las internaciones clínicas.

"Lo mismo pasa con los centros de atención primaria, ambulatoria, de internación prolongada, asilos y centros de diálisis, que por lo general no cuentan con un sistema de vigilancia y control para estas infecciones. Puede que algunos tengan normas, pero su personal tiene escasa capacitación y menos supervisión. Esto sucede porque este tipo de recintos no están incorporados al programa nacional, lo que sin duda representa un desafío que tenemos que enfrentar y superar", sostiene Pola Brenner.

Para mejorar

La norma en Chile indica que para que la prevención de IAAS sea efectiva debe haber una enfermera experta en vigilancia por cada 250 pacientes, siendo que para la OMS lo ideal es una por cada cien. Además, todo paciente debe contar con una ficha que debe ser revisada mientras éste se encuentre hospitalizado y hasta el primer control postoperatorio, que por lo general ocurre unos quince días después de la intervención. Pero esto último no se concreta en la mayoría de los casos, ya que el paciente suele no acudir al mismo lugar donde se operó. Al respecto, la enfermera Pola Brenner plantea que para mejorar el seguimiento es clave poder implementar la ficha universal electrónica.

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