Secciones

ENTREVISTA. andrés varas, presidente de la Asociación de Empresas de Investigación de Mercado (AIM), y los cambios sociales en Chile:

"Mucha gente no es de clase media, pero adscribe a esta idea de pertenencia"

E-mail Compartir

Los cambios profundos que ha vivido el país en las últimas décadas, como la baja de la pobreza, el aumento de la participación laboral de mujeres, la mayor escolaridad y el descenso de la fecundidad, entre otros factores, redundaron en un consenso respecto de la necesidad de modificar el mapa de la segmentación socioeconómica.

Para esa labor, la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) y la Asociación de Investigadores de Mercado (AIM) presentaron una nueva metodología que contempla siete categorías: AB, C1a, C1b, C2, C3, D y E, de acuerdo al ingreso per cápita.

En este sentido, el AB incluye a quienes perciben desde $ 6 millones 452 mil; C1a, desde $ 2 millones 739 mil; C1b, desde 1 millón 986 mil; C2, desde $ 1 millón 360 mil; C3, desde $ 899 mil; D, desde $ 562 mil) y E, desde $ 324 mil).

Los grupos C1a y C1b son dos nuevas categorías. La primera representa a la clase media acomodada, mientras que la segunda refleja la clase media emergente. El director de Criteria y presidente de AIM, Andrés Varas, se refiere en esta entrevista a las diversas características que engloba esta caracterización.

- ¿En qué factores se sustenta este cambio en la metodología de segmentación socioeconómica?

- Los principales motivadores del cambio tienen que ver con que vivimos en un país que ha evolucionado, con sus rasgos propios en crecimiento, masificación de la educación, acceso al crédito e incorporación de las mujeres al mundo del trabajo. Esto es visible, por ejemplo, en la estabilidad económica de las capas medias o en la sustentabilidad de los avances que ha tenido la evolución socioeconómica de las familias chilenas. Por otro lado, convivíamos con un modelo que era más bien un consenso de estratos fijos, inamovibles, independientemente de las variables que menciono.

- ¿Cuáles son las principales novedades que aparecen en esta nueva metodología?

- Hoy nos encontramos con poderosos y sistemáticos instrumentos públicos, respetados a nivel local e internacional, como la Encuesta Casen, que detalla y pormenoriza los ingresos de la familia chilena. Y por otro lado, la Encuesta de Presupuestos Familiares, que detalla en qué gastan los hogares chilenos. Son instrumentos muy poderosos en términos muestrales. Antes, los investigadores construíamos muestras muy pequeñas y hoy estamos viviendo un pequeño lujo, con data pública seria y respaldada. Lo que cambió fue el instrumental con el que comenzamos a trabajar. Se trata de un modelo que se ajusta a las variaciones de la sociedad.

- ¿En qué nivel está la movilidad social en Chile?

- Hay indicadores técnicos para poder decir que Chile es parte de los países en condición de riesgo respecto de la poca distribución de los ingresos. Tenemos una brecha muy grande respecto de cómo se distribuye. No está en cuestión la evolución, porque todos los segmentos han crecido respecto de sus familias de origen. El problema tiene que ver con la distribución de esos ingresos. Es probable que un examen a una familia del grupo D muestre una evolución en sus factores respecto de sus antepasados. Pero en términos relativos, al comparar la distancia con ese bienestar relativo respecto de otros grupos socioeconómicos, esa brecha se mantiene o empeora. Si chorrea o no, lo hace poco.

- ¿Es Chile un país de clase media?

- Chile es un país de clase media por dos motivos: uno, porque hoy los números empiezan a construir esa realidad de manera significativa, pues sobre el 40% está en el segmento medio. Como director de Criteria puedo referirme a la subjetividad que subyace sobre esto. Y esta identidad de clase media ha sido siempre muy poderosa en Chile, independientemente de que los números hayan o no acompañado esto. Hoy, cerca de 80% de la población del país se siente de clase media. Y esto significa que hay mucha gente que no es de clase media pero adscribe a esta idea de pertenencia. Y ocurre porque la clase media representa un mundo de valores de esfuerzo, trabajo y planificación que identifica a mucha gente. Chile es un país de clase media y los números lo avalan.