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"La realidad es heterogénea y los poemas también"

A 25 años de su debut, el poeta y editor Adán Méndez publica una antología poética que Raúl Zurita llamó "Hija ilegítima de la antipoesía". Acá la tesis del autor sobre una gallina, un chancho y los huevos con jamón.
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El silencio no implicó en caso alguno el abandono de la escritura. "Cazador recolector" (Bastante) compila poemas de 5 proyectos poéticos. Como explica Méndez: "No he conservado los libros completos y me voy quedando con lo que más me gusta de cada uno. De manera más o menos inconsciente, he preferido pasar directamente a la antología y ahorrarme las publicaciones previas".

Así, nos enfrentamos con un cuerpo de poemas filtrados, macerados con el tiempo. Es la recolección tras el tiempo de caza que es la escritura. "Fragmentos completos", "Visión de Penco", "Posibles canciones", "Asuntos literarios" y "Código abierto" son los capítulos que refieren a libros ya imposibles, que guardan intereses distintos, pero la impronta de un lenguaje lleno de picardía, capaz de generar dolor y sonrisas. El conjunto recuerda la frase que ocupó Zurita para "Antología precipitada": "Hija ilegítima de la antipoesía".

-Guardaste estos poemas 26 años. ¿Cuál fue tu relación con ellos? ¿Se los mostrabas a los amigos? ¿Los leías, revisabas?

-No es que tengan 26 años, aunque solo unos pocos tienen menos de 10 años. "Visión de Penco" por ejemplo, estaba terminado el 96, creo que es de lo más antiguo. Pasaron por varios amigos y editores anteriores, en proyectos de edición que finalmente no se concretaron. Hay varios publicados en revistas y antologías. La selección debe mucho a las opiniones de amigos y editores anteriores. Por ejemplo con Ernesto Pfeiffer, de Valparaíso, estuvimos a punto de sacar un libro anterior. Él objetó un par de poemas y esos ya no figuran en este libro. O sea, recogí muchas opiniones. Él iba a publicar el primer libro, "Fragmentos Completos", pero al final me acobardé. Otras veces yo estuve aleonado, y los editores no se entusiasmaron. Pero la mayor parte del tiempo no pensaba en publicar, no lograba fijar la idea en mi cabeza el tiempo suficiente como para concretar.

-¿Nunca consideraste la autoedición en Tácitas cuando estabas aleonado?

-No lo consideré. No me gusta mucho la idea de la autoedición. Prefiero que exista un interés declarado por parte de la realidad en lo que uno hace. Aunque medio en broma, pensé una vez hacerlo y titularlo "Autoedición".

-¿Qué significa Concepción para ti? Parafraseándote, ¿te ha perdonado no volver la ciudad?

-Me fascina Concepción, voy cada vez que puedo, tengo familia allá. La verdad es que soy un penquista amateur, solo viví unos periodos de mi infancia allá. No sé si tengo derecho a decir que me fui, por tanto probablemente no tenga derecho a volver. Es una pena, pero es así.

-¿Cuál es tu relación con la rima?

-La uso limitadamente. Me parece que en general más estorba que ayuda. Una cueca tiene que ser rimada, un soneto también, pero por esa falta de fe que te digo, prefiero en general las rimas fáciles, para que no llamen mucho la atención. Con solo unas pocas rimas difíciles por aquí y por allá.

-¿Qué vale en un poema?

-La realidad es heterogénea y los poemas también, hay muchos tipos de poemas, y tienen valor por distintos motivos. No hay una sola medida. Por ejemplo, pese a lo que acabo de decir, sí hay poemas que tienen valor exclusivamente por la excelencia de su métrica y su rima. Muchos poemas de Rubén Darío son así. Otros valen por sus imágenes, otros por la personalidad del poeta. Hay poemas que tiene valor por motivos históricos, en fin, la lista quizá no se pueda acotar. De una manera u otra, el lenguaje se concentra y enriquece y se produce el fenómeno, un poema. A veces hay un poco o mucho de misterio también.

-¿Existe, crees tú, una extensión de tu propia obra en el catálogo de la editorial Tácitas?

-No, para nada. Son cosas muy distintas ser autor y ser editor. Una matrona no es la mamá de las guaguas. Es como en los huevos con jamón: en los huevos con jamón la gallina colabora, pero el chancho se involucra. El editor es la gallina, no el chancho.

-Tomas voces de otros poetas. ¿Crees que la poesía tiene derechos de autor?

-Bueno, desde el punto de vista legal, los tiene por cierto. Pero también las versiones y las traducciones hasta las selecciones tienen derechos de autor. Desde el punto de vista del arte, lo mejor es que exista la máxima libertad y que la noción de autoría esté más bien licuada. La inteligencia colectiva generalmente puede más que la personal, los poemas son un tipo de mnemes, la verdadera vida de ellos se inicia cuando pasan al patrimonio común de la humanidad. Mnemes es un concepto que inventó un biólogo gringo, un evolucionista. Los mnemes equivalen a los genes, pero en un sentido cultural. Son genes culturales, que se trasmiten o perecen. De ahí debe venir la idea popular de meme.

-Matemáticamente te queda uno o dos libro más a este ritmo, con la esperanza de vida nacional. ¿Cuál es la importancia del tiempo en la poesía? ¿Te interesa apurar tu producción como escritor?

-Encuentro que el tiempo es muy importante, porque uno tiende a entusiasmarse consigo mismo. Con el tiempo, ese entusiasmo desaparece y uno puede decidir mejor. Aunque debe haber buenos argumentos para apurarse también, en el fondo es algo de carácter. Esté bien o mal, para mí en casi cualquier asunto, los primeros diez años no cuentan.

-Bajo esa óptica se pueden entender tus burlas hacia los escritores profesionales en "Asuntos literarios". ¿Nunca pensaste en ese camino?

-Hay burla y homenaje. Como te digo, es una cosa de carácter. Algunos de mis poetas preferidos publicaron mucho, João Cabral, por ejemplo. Publicar mucho o publicar poco no es criterio de valor. Maquieira publica muy poco, Zurita publica mucho, y ambos son grandes poetas. Uribe hasta los 90 había publicado poquísimo, de ahí en adelante empezó a publicar muchísimo, y en una época y la otra es un gran poeta. Yo escribo poco, así que es difícil que publique mucho, pero si tuviera mucho que publicar supongo que lo haría. Es un tema que hay que dejarlo al carácter, no a la decisión. Sobre todo en los poetas, cuando la publicación periódica es una decisión, se nota y no para bien.

-¿Tiene que ver algo la muerte de Nicanor Parra, con quien eras muy cercano, con publicar?

-La editora me preguntó el año pasado si tenía algún apuro con el libro, le dije que me gustaría dárselo a Parra, que ya estaba bastante mal, ese era el único apuro, pero entonces murió, y se extinguió el apuro.

Adán Méndez también es un destacado editor.


"Cazador recolector"

Adán Méndez Ediciones Bastante

111 páginas

$ 14.000

Por Cristóbal Gaete

Un ojo entrenado en la lectura de poesía es el de Adán Méndez (50). Conocido por su labor editorial en Tácitas, varios habían olvidado que en él mismo descansaba un poeta con un libro debut alabado por Nicanor Parra, Raúl Zurita e Ignacio Valente: "Antología precipitada" (1992, Premio Revista de Libros de El Mercurio).

alfonso gonzalez ramirez