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Roscosmos revela detalles del cohete accidentado que viajaba a la Estación Espacial Internacional y anuncia próxima misión

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Una investigación que, a pesar de no haber concluido aún, ya dio luces sobre la situación que afectó al cohete. De acuerdo a lo informado por las autoridades rusas, se trató de una "deformación" ocurrida durante el montaje de un captor durante el montaje del cohete.

La disfunción que provocó el fallo se debió a una "deformación de la varilla del sensor" durante su "ensamblaje en el cosmódromo de Baikonur", anunció en una rueda de prensa Oleg Skorobatov, uno de los encargados de esta comisión formada tras el despegue fallido que obligó a los dos tripulantes de la nave a efectuar un aterrizaje de emergencia.

Roscosmos agregó que el problema generó que el sensor que debía detectar la separación de los propulsores y abrir la válvula para generar esta reacción en cadena no operó de la manera correcta, generando un choque con la segunda etapa de la nave.

Al inicio de este proceso de investigación, la agencia rusa aseguró que ningún cosmonauta o astronauta se subiría a un cohete Soyuz hasta que se determinara la causa del accidente. Al ser esta nave la única forma en que llegan a la EEI, la base científica se encontraba en un problema de tripulantes.

Sin embargo, las autoridades en Moscú detallaron que el próximo vuelo se podría realizar el próximo 3 de diciembre, ya que la situación parece estar controlada.

Roscomos está a cargo de los viajes a la EEI desde 2011 cuando Estados Unidos decidió cancelar su programa del transbordador espacial, un acuerdo que se extenderá sólo hasta fines de 2019, cuando la NASA comience a operar con vuelos comerciales de Boeing y SpaceX.

Fue el pasado 11 de octubre cuando el cosmonauta Alexei Ovchinin y el astronauta de la NASA Nick Hague experimentaron un aterrizaje de emergencia en la Tierra luego de que el cohete Soyuz experimentara una emergencia en su viaje hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). Si bien los científicos no sufrieron complicaciones de salud, la agencia espacial rusa, Roscosmos, inició una investigación para determinar el origen del problema.

Un agujero negro supermasivo se oculta en nuestra galaxia

DESCUBRIMIENTO. Hasta ahora era conocido sólo como un objeto masivo llamado Sagitario A*.
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Este agujero negro tiene una masa 1,3 billones de veces superior a la de la Tierra y se ubica a 25.000 años luz de distancia de nuestro planeta. Se trata de la conocida Sagitario A*, descubierta en 2002 e identificada hasta ahora como un objeto masivo situado en el centro de la Vía Láctea y como una fuente de radio muy compacta y brillante.

La confirmación de que Sagitario A* es en realidad un agujero negro supermasivo se ha logrado observando aglomeraciones de gas girando a aproximadamente a un 30% de la velocidad de la luz en una órbita circular, justo a las afueras del horizonte de sucesos o punto de no retorno de este agujero negro.

El origen de esas aglomeraciones de gas son unos destellos de radiación infrarroja procedentes de Sagitario A*. Según han podido apreciar los astrónomos, los destellos observados se originan del material que órbita muy cerca del horizonte de sucesos del agujero negro.

El punto más cercano a un agujero negro que puede orbitar ese material sin ser inevitablemente atraído hacia dentro por la inmensa masa se conoce como la órbita estable más cercana, y es desde aquí donde se originan los destellos observados.

"Es alucinante ver efectivamente material orbitando un agujero negro masivo a un 30% de la velocidad de la luz", explica Oliver Pfuhl, científico en el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre (MPE), en un comunicado.

Estas mediciones sólo fueron posibles gracias a la colaboración internacional y a instrumentos dotados de la tecnología más avanzada. A principios de este año, el mismo equipo de astrónomos pudo medir con exactitud el sobrevuelo cercano de la estrella S2 a medida que pasaba por el intenso campo gravitatorio que hay cerca de Sagitario A*.

Por primera vez esto reveló los efectos previstos por la relatividad general de Einstein en un ambiente así de extremo. Durante el sobrevuelo cercano de S2, se observó también una fuerte emisión infrarroja.

Afortunada coincidencia

"Seguimos de cerca S2, y por supuesto siempre supervisamos Sagitario A*", añade Pfuhl. "Durante nuestras observaciones, tuvimos la suerte de apreciar tres destellos brillantes alrededor del agujero negro, ¡lo que fue una afortunada coincidencia!".

Esta emisión, proveniente de electrones altamente energéticos muy cercanos al ahora reconocido como agujero negro, fue observada como tres prominentes destellos brillantes, y coincide exactamente con las predicciones teóricas sobre zonas calientes orbitando cerca de un agujero negro con una masa de cuatro millones de veces la del Sol.

Reinhard Genzel, director de esta investigación, explica: "Este siempre fue uno de nuestros proyectos soñados, pero nunca pensamos que pudiese hacerse realidad tan pronto". Refiriéndose a la antigua suposición de que Sagitario A* es un agujero negro supermasivo, Genzel concluyó que "el resultado es una rotunda confirmación del paradigma sobre el agujero negro masivo".

Nuevas observaciones confirman que un agujero negro supermasivo se esconde en el centro de la Vía Láctea. Un agujero negro supermasivo es un agujero negro con una masa del orden de millones o decenas de miles de millones de masas solares.