"Se nota que el semestre estuvo movido porque acá se suele celebrar los cumpleaños de los que cumplen en el mes y ahora les tocó a los que venían de agosto en adelante. Nos anduvimos atrasando un poco", dice entre risas.
¿Sirvieron estos días de descanso para recargar energías?
Mucho, se nota en el ánimo y en la forma de trabajar con que volvió el grupo. Estos tres días de entrenamientos fueron bien duros y el plantel se ve motivado, alegre, muy ilusionado con lo que pueda venir.
Pero tú ya estabas en el gimnasio un día antes de retornar a los entrenamientos...
Sí, pero eso, más que ansiedad, tiene que ver con que el cuerpo de un deportista se resiente si lo dejas muchos días sin actividad. Lo que hice y algunos compañeros también hacen es ir a hacer cosas distintas a lo que haces acá, en las prácticas, que es más intenso.
¿Viste las llaves de la liguilla? ¿Algún favorito?
Reconozco que está esa ansiedad por saber con quién nos va a tocar pero uno sabe que en esto, más allá de la ventaja que le sacó Cobresal al Chago -Santiago Morning-, todo está parejo. Wanderers tiene que ir a Valdivia, a una cancha que no les acomoda y la diferencia es mínima. El que llegue a esa final lo hará por merecimientos y nosotros tenemos que pensar en ganarla, al que sea.
¿Está asumido que más allá del repunte del segundo semestre, el balance del año va a pasar por el resultado de la final?
Lo sabemos y además, es lo que corresponde. Desde que yo llegué a Calama siempre dije que el único objetivo es conseguir el ascenso. Por ejemplo, cuando hicimos ese gran segundo semestre del año pasado y no subimos, dije lo mismo, que era fracaso porque no se había conseguido el objetivo. Este año es igual. Sabemos que el balance del año va a depender de si ganamos esa final.
Pero igual asumen que tuvieron una repuntada extraordinaria...
Yo puedo hacer balance incluso mayor, que es desde que llegué al club y jugué ya casi dos años. Y ese es muy positivo y no se puede desconocer. Cuando llegué a Calama, la gente tenía desconfianza de ir a jugar fuera de casa porque te podían ganar. Hoy no existe ese miedo, el hincha retomó confianza en lo que puede hacer el equipo en cualquier cancha. Además, el lo institucional el tema está más ordenado y uno lo ve en los viajes, en la comodidad de los hoteles donde se queda en comparación a los que nos llevaban antes. Todo eso suma.
Personal
El jugador trasandino -ad portas de nacionalizarse- está detrás de Esteban Paredes en el porcentaje de futbolistas con mejor porcentaje de goles en el fútbol chileno, pensando en su gran cantidad de tantos que anotó vistiendo las camisetas de Palestino, Unión La Calera, Huachipato -donde se lesionó gravemente. y Cobreloa. Por eso, no esconde su satisfacción por la cosecha en dos años vistiendo la camiseta loína.
"He sido muy feliz acá. Desde que llegué la gente me ha tratado muy bien, mi familia está cómoda, el club es importante y en todos lados te lo hacen sentir. Venir a Calama y a Cobreloa fue definitivamente una gran decisión", reconoce.
Sinceramente, ¿se te pasó por la cabeza que ibas a convertirte en ídolo de un club grande cuando saliste de Perú con el "fantasma" de la lesión a cuestas?
No, la verdad. Pero como todo el mundo sabe, yo soy muy cristiano y esa vez le dije a Dios que iba a ir donde él decidiera. Y la verdad es que estoy agradecido de que me diera esta oportunidad, de que me entregara los compañeros que tengo, que me permitiera estar bien con mi familia y en un lugar donde me siento querido. Lo demás es lo que siempre hice en todos lados donde fui. Llegar temprano a entrenar, ser disciplinado, correr hasta que no se pueda más y aportar con lo que tengo. He tenido mucha suerte y ojalá Dios me tenga deparado un ascenso con esta camiseta.
Lucas Simón salió con una torta del entrenamiento sabatino. Pese a estar de cumpleaños el 1 de agosto, el plantel le celebró a él y cinco compañeros más el nuevo año de vida en el camarín tras la práctica.
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