Cada cierto tiempo nos enteramos de que los adolescentes comienzan a experimentar y consumir diversas drogas o alucinógenos que se ponen de moda.
En la década de los 60, 70 irrumpió el LSD y la heroína, en los 80 era habitual ver a jóvenes y niños vulnerables aspirando neoprén o jarabes para la tos, ya en la década de los 90 y los 2000 comenzaron a masificarse las drogas sintéticas como el éxtasis o las metanfetaminas y en la actualidad, hay una nueva tendencia de consumo que pone en alerta y que se trata de los fármacos ansiolíticos como el clonazepam.
Esto quedó en evidencia durante este año cuando, a través de las redes sociales, se viralizó un desafío, conocido como el "reto de Clonazepam", el que consiste en que un joven debe tomar una dosis de este ansiolítico y no quedarse dormido.
Este reto además demostró la alta venta de este fármaco, no sólo de forma legal a través de prescripciones médicas, sobre todo a adultos, sino que también su comercialización en el mercado negro, donde cada pastilla se vende sin ningún tipo de control de recetas o edad de los compradores en las ferias libres, a un precio promedio de $1 mil la unidad y Calama no es la excepción.
La circulación de este fármaco, según datos del Instituto de Salud Pública (ISP), se han incrementado en los últimos años en Chile las ventas de medicamentos utilizados para aliviar contracturas musculares como la ciclobenzaprina y los ansiolíticos como las benzodiacepinas.
Se estima que al año se venden cerca de 4 millones de cajas, siendo el alprazolam, clonazepam y diazepam los más solicitados. Somos el cuarto país de Latinoamérica que más consume este tipo de fármacos.
En tanto en Calama y según los datos proporcionados por Liliana Flores Pastén, gestor clínico (S) y psicóloga del Centro de Salud Mental Comunitaria (Cosam) del hospital Carlos Cisternas de Calama, mensualmente en promedio se entregan por prescripción médica 8 mil 600 unidades de clonazepam.
¿Qué es el clonazepam?
El clonazepam es un fármaco perteneciente al grupo de las benzodiazepinas que actúa sobre el sistema nervioso central, con propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, miorrelajantes, sedantes, hipnóticas y estabilizadoras del estado de ánimo.
El doctor José Acosta García, médico psiquiatra y siquiatra infanto juvenil del Cosam de Calama, comenta que este es un medicamento que no es habitual que se prescriba para menores de edad, sólo en casos excepcionales y con una dosis muy reducida.
En el caso de los adultos, Acosta dice que este medicamento se receta para combatir cuadros de ansiedad, para las crisis de pánico, trastornos del sueño y en algunas ocasiones, para la depresión.
Respecto a los efectos en el cuerpo humano que provoca su consumo, el siquiatra explica que hay cansancio, somnolencia e inhibe las funciones del sistema nervioso central.
En tanto, Valeria Jorquera, académica de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello comenta que otros síntomas son la confusión, ataxia -es decir la falta de control muscular o coordinación de los movimientos voluntarios, como caminar o levantar objeto- y la falta de coordinación motora que le impide, por ejemplo, la conducción de vehículos motorizados.
El doctor Acosta señala que el consumo sin supervisión y en dosis altas puede provocar peligrosas alteraciones que pueden ir desde convulsiones, caer en un estado de coma e incluso un paro cardiorrespiratorio, el que puede provocar incluso la muerte.
Además su consumo habitual también puede provocar efectos en el organismo como "dependencia física y psicológica, después del uso continuo y prolongado (especialmente en dosis altas), también potencian el efecto depresor del sistema nervioso central con alcohol y otros fármacos", explicó Valeria Jorquera.
Ahora, los componentes de este fármaco tal como lo indica Jorquera y lo ratifica el doctor José Acosta, generan dependencia y adicción. Esto último desencadena síntomas de abstinencia que se manifiestan tras dejar de consumirlas.
Durante la abstinencia el consumidor puede tener síntomas graves que van "desde vómitos, diarreas, sudoración confusión e inclusive, entre los más fuertes hay convulsiones", explicó el psiquiatra del Cosam.
Estar atentos
El famoso "reto del clonazepam", ha provocado que decenas de jóvenes, a nivel nacional, terminen gravemente intoxicados. Muchos de ellos aceptan el desafío como una forma de validarse ante sus pares, de sentirse integrando en su grupo de amigos.
En este sentido y para evitar que aumente el número de adolescentes consumidores de este fármaco, los padres deben estar atentos a los cambios de sus hijos, con el fin de prevenir que estén consumiendo este tipo de drogas.
Elizabeth Duamante, psicóloga del Cosam de Calama y con experiencia en infanto-adolescencia explica que el clonazepam es un fármaco que se prescribe principalmente a pacientes adultos. "Por lo tanto, la principal pregunta apunta a por qué este fármaco está llegando a la población infanto juvenil, incluso niños de 12 y 13 años, entonces yo creo que ahí hay que apuntar a un plan preventivo y fiscalizador".
Dice que el clonazepam es un fármaco de fácil adquisición, que se encuentra fácilmente en el mercado negro. "Es una droga más manejable, que la pueden ocultar porque no sólo estamos hablando del reto, sino que hay un consumo predominante de clonazepam en términos complementarios a lo que es la marihuana u otras drogas y que los jóvenes usan y eso es de alto riesgo".
Respecto a cómo prevenir o estar atentos a las señales, tanto la sicóloga como el siquiatra de Cosam, concuerdan en que la fiscalización se debe iniciar primero en la familia.
Explican que son los padres los que deben estar atentos a los cambios de comportamiento de los hijos y si en el caso de que algún adulto de la casa tenga prescrito este medicamento, guardarlos fuera del alcance de los hijos ojalá en cajones con llaves.
Elizabeth Duamante dice que aquí es importante trabajar con los jóvenes y trabajar con su familia en los "factores protectores".
"Todos somos padres que salimos a trabajar, si a eso le sumamos que estamos careciendo de espacios de comunicación, de visualizar a nuestros hijos de cómo están llegando desde el colegio, cómo están, cómo se sienten, más que preguntarle qué nota te sacaste, sino que cómo estás, yo creo que por ahí parte el tema de fortalecer esos vínculos", dijo Duamante.
Agregó que esta preocupación, "de alguna manera va a ser preventiva y vamos a conocer mejor a nuestros hijos y cuando notemos un cambio en nuestros hijos, seremos capaces de darnos cuenta de que algo está pasando", dijo.
También explicó que no se debe juzgar a los jóvenes consumidores. "Tenemos que preguntarnos por qué ese joven llegó al consumo, que pasó en él, qué factores de riesgos, de vulnerabilidad, le hicieron consumir, fue exploración, fue una conducta social, es para caer bien frente al grupo, fue porque estoy triste, porque estoy deprimido, porque tengo problemas familiares, porque mis papás pelean todo el día o porque le está yendo mal en el colegio", detalló Duamante.
Jenny González Rodríguez, coordinadora del programa Senda - Previene en Calama, dijo que muchas veces los padres no se dan cuenta o no saben cómo detectar si su hijo es consumidor, no sólo de fármacos sino que de cualquier tipo de droga.
Dijo que son varias las señales que pueden dar indicios como la baja en el rendimiento escolar, la asistencia a clases, el cambio de comportamientos desde la agresividad, el cambio del grupo de amigos, de pares por ejemplo, si la personas era buena para realizar deportes y sin motivo alguno deja de practicarlos.
Agrega la irritabilidad cuando se habla del tema de drogas. "En la etapa de la adolescencia son casi todos irritables, tienen mucho sueño y hay cosas que se pueden confundir , pero cuando se toca particularmente ese tema presentan una irritabilidad", comenta Jenny González.
Trabajo de prevención
La coordinadora de Senda- Previene dijo que ellos trabajan mucho con los jóvenes estudiantes en esta materia y se enfocan en tres aspectos.
El primero, es trabajar directamente con algunos estudiantes en establecimientos específicos respecto al consumo de esta sustancia, traspasándole la experiencia, por ejemplo, de personas que han pasado por procesos de rehabilitación y lo complejo que es salir de eso.
En segundo lugar y de forma paralela, se trabaja con la comunidad educativa, entregando la información que ellos requieran y elaborando información respecto a este tipo de consumo. "En ese sentido lo que nosotros hacemos es llamar al compromiso de la comunidad educativa", dijo González.
El tercer pilar de trabajo es con los padres y apoderados. "Ahí trabajamos importantes temas que tienen que ver con parentalidad positiva, o como se llama también, mapa de orientalidad, porque sentimos que si la comunidad educativa se comunica de una forma adecuada con los padres, hay un mayor factor protector para el chico que llega a caer en esto".
Finalmente Jenny González anunció que este jueves 22 de noviembre, desde las 9:30 horas en la municipalidad de Calama se realizará una jornada de reflexión sobre esta temática y en la que participarán todos los actores relacionados.
"La principal pregunta apunta a por qué este fármaco está llegando a la población infanto juvenil, incluso niños de 12 y 13 años".
Elizabeth Duamante, Psicóloga Cosam Calama"
"En la etapa de la adolescencia son casi todos irritables, tienen mucho sueño y hay cosas que se pueden confundir , pero cuando se toca particularmente ese tema presentan una irritabilidad".
Jenny González, Senda- Previene"