"Como construir y planificar una ciudad más amigable" fue la última de las charlas desarrolladas este año, en el ciclo de exposiciones realizadas por distintos profesionales en torno a la actividad "Calama en transformación" organizada por El Mercurio de Calama.
La iniciativa contó con el respaldo de Codelco, Recimat, Hotel MDS de Calama, Minera El Abra y la Universidad Tecnológica de Chile, Inacap, donde tanto los expositores como asistentes interactuaron en torno a la temática que apunta al desarrollo de las denominadas ciudades inteligentes, "smart-city".
Pero, qué impide que Calama no cuente con las características para transformarse en una ciudad amigable. Tal vez la excesiva burocracia y la falta de dialogo y participación de las autoridades con los propios pobladores, algo que se concreta asumiendo compromisos y acuerdos entre todas las partes involucradas.
El seremi del Minvu, Julio Santander, señaló que para avanzar a las ciudades integradas y amigables, se debe contar con aspectos tales como desarrollo económico, equilibrio ambiental, identidad y patrimonio, institucionalidad y gobernanza, e integración social.
Para concretar estas iniciativas colocó énfasis en lo que dieron a llamar "5+2", que tiene directa relación con la recuperación de barrios vulnerables, regeneración de barrios históricos para vivir, parques para su uso, obras que impactan en la ciudad y estrategias del uso del suelo; promoviendo en el aspecto de la vivienda la movilidad social y la atención a los sectores medios.
Servicios e identidad
Pero todo esto va de la mano con aquello que tiene relación con los servicios -conectividad de transportes, áreas recreativas, centros educativos y de salud, y acceso a la tecnología por nombrar algunos requerimientos-, al igual con la identidad de la ciudad, en este caso planteó que se debe proteger el oasis, como también las tradiciones y costumbres ancestrales, considerando a la minería como un valor agregado en la empleabilidad.
"El rol de la ciudad y de la integración social, como los vinculamos, no es la mezcla de clases sociales, es la integración de distintos grupos económicos que es distinto, y que todos tengan accesos a los bienes de la ciudad, a las potencialidades de la ciudad, y eso finalmente va a generar romper la cadena de inequidades y segregación, y ese es el corazón del proyecto, y también la identidad, ya que vas construyendo con arraigo en los barrios, y vinculándose entre sí".
"Cuando conversamos de Calama que tiene tremendos atributos naturales, cuidemos el oasis, porque lo hemos ido degradando al no establecer normativas más claras, la ciudad es un todo, pero una ciudad urbana y rural, y también vayamos haciendo proyectos de viviendas con energías renovables no convencionales, con energía solar, reutilizando el agua, y vas construyendo un tejido que te va dando cuenta de una ciudad integrada, una ciudad amigable, que camina a paso firme a desarrollo y proyección, vinculada a su foco productivo que es la minería. No todo tiene que ser un lugar de alojamiento
Identifican necesidades
La experiencia internacional muestra que las ciudades que logran desarrollarse y atraer capital humano son aquellas que no solo identifican las necesidades relevantes para su funcionamiento, sino que trazan planes de acción a largo plazo entre todos sus actores, que proyectan de manera adecuada demandas y oportunidades de desarrollo.
Así partió la exposición Daniel Serey de la gerencia de estudio de la Cámara Chilena de la Construcción, quien consideró diferentes aspectos que ubican a Calama como la sexta en la estadística general, detrás de Santiago, Viña del Mar, Antofagasta, Concepción e Iquique entre las que cuenta con buena perspectiva laboral. Pero que contracta en torno a bonitas construcciones y lugares públicos, además de medioambiente sano y seguridad ciudadana.
"Al final lo que hace una ciudad amigable es utilizar los espacios, y el acceso a servicios es algo que resulta fundamental no tener que desplazarse demasiado para ir perdiendo su calidad de vida. Y eso es prioritario a la hora del desarrollo, esas ciudades que tienen alta demanda, uno lo que observa es la calidad de espacios públicos y la calidad de servicios que hace que la gente se quede".
"Creo que uno de los desafíos gigante que tiene Calama, dado que tiene un pilar que es el empleo en la actividad económica de la minería", explicó que resulta fundamental a la hora de evaluar el aspecto positivo.
Asimismo reconoció que deben mejorar algunos servicios, como la educación, salud y desarrollo en el espacio público que son fundamentales para transformar a Calama en un espacio amigable, que permitan que las personas se queden en la ciudad, y no opten por emigrar a otras localidades.
Además destacó que para desarrollar una ciudad amigable, "lo principal es tener un plan bien desarrollado con las brechas que tiene la ciudad, a mediano y a largo plazo, a la vez que incorpore proyecciones tanto de la gente como de las actividades económicas, que se puedan potenciar", puntualizó.
"Todo esto tiene que estar en un plan bien trazado, bien consensuado entre los distintos actores, ese es el primer paso para que una ciudad pueda pasar desde una ciudad con problema a una ciudad amigable. Hay que planificar las cosas en función de la realidad que se esta viviendo y que es lo que se quiere, sino hay planificación es muy difícil llegar a concretar los objetivos", concluyó.
Cabe destacar que en estas exposiciones se plantearon diferentes tópicos, que tienen relación con aquellos sectores residenciales que han sido intervenido en el último tiempo, al igual como otros que simplemente continúan sin proyectos claros -exfinca San Juan-, y también la concentración de las áreas verdes y espacios recreativos en determinados sectores de la capital de la provincia El Loa.
Un gran desafío
A estas charlas desarrolladas por El Mercurio de Calama, se dieron cita diferentes autoridades de la comuna, al igual que líderes vecinales y políticos, quienes fueron actores preponderantes de la iniciativa "Calama en Transformación".
En la oportunidad, el Obispo de Calama, Óscar Oscar Blanco, rescató que era un tremendo desafío que se tiene por delante primero que nada. "El tema es muy interesante y muy complejo, pero creo que muchas cosas se pueden llegar a través del dialogo y con la participación, y creo que la ciudadanía tiene que participar, tiene que haber escucha, tiene que haber dialogo, tiene que haber participación de los distintos estamentos".
"La ciudad abarca muchas realidades, culturas, tradiciones, ideas políticas y religiosas, todo eso hace que una ciudad sea amigable en la medida que se piense también en esa variedad de manifestaciones. Pero cuando las cosas se imponen es difícil, pero yo creo que esto nos hace bien, porque nos hace mirar a una ciudad a futuro desde la perspectiva de los responsables de gobierno y también de los especialistas", remató.
"Todo esto tiene que estar en un plan bien trazado, bien consensuado entre los distintos actores, ese es el primer paso para que una ciudad pueda pasar desde una ciudad con problema a una ciudad amigable".
Daniel Serey Cámara Chilena Construcción"
"... y vas construyendo un tejido, que te vas dando cuenta de una ciudad integrada, una ciudad amigable, que camina a paso firme al desarrollo y proyección, vinculada a su foco productivo que es la minería".
Julio Santander Seremi Minvu"