María Constanza Orellana

La región de Antofagasta, y sobre todo la comuna de San Pedro de Atacama, es una de las más reconocidas por los extranjeros y se ha convertido en uno de los destinos turísticos con más demanda a nivel nacional.

Miles de turistas, de todas partes del mundo, llegan al desierto de Atacama para disfrutar de los panoramas que les permite observar la flora y fauna del lugar de forma directa en un cien por ciento.

Sin embargo, las rutas guiadas por algunas de las empresas tradicionales ligadas al rubro del turismo han comenzado a quedar atrás, debido a la nueva forma de turismo que ha surgido y que se refiere a los novedosos recorridos ancestrales, lo que consiste en recorrer trayectos, que son guiados por personas de las diferentes comunidades indígenas, algo que enriquece mucho más la experiencia del viaje dado el tiempo y las costumbres que se comparten con los guías.

Novedad

Justo Zuleta es gerente del Programa Territorial Integrado (PTI) Turismo del Desierto en la ruta de la identidad ancestral; un programa que está dirigido hacia las comunidades indígenas de la provincia.

Un PTI hace referencia a una propuesta de desarrollo económico territorial impactando principalmente, en las economías locales, gestionando además una serie de iniciativas que podrían ser una competencia para el mercado tradicional.

En el sector, este programa nace como respuesta a las necesidades existentes en la zona norte del país relacionadas especialmente con la mejora del flujo turístico en Alto Loa y Atacama la Grande. Para ello, se crearon las rutas ancestrales con el fin de desarrollar otro foco en el turismo, que es el turismo comunitario.

De esta forma, además, se descongestiona San Pedro de Atacama y sus atractivos más visitados, puesto que la mayoría de ellos sobrepasan su capacidad de carga aceptable y se benefician otros sectores que han quedado de lado en los alrededores de la comuna, desarrollando nuevas experiencias turísticas en aquellos lugares.

"Se hacen cosas interesantes dentro del proyecto, como el desarrollo de un tipo de turismo que no se había visto antes y que es el turismo hecho por las mismas comunidades", dijo al respecto Zuleta.

Explicó además que "siempre existió la queja de que el turismo lo hacían otras personas y no las comunidades, entonces decidimos hacer un tipo de turismo que es el comunitario rural indígena, para lo cual no existe competencia", señaló.

A través del turismo comunitario se pretende compartir y conservar nuestra cultura. Para ello, son las mismas comunidades las que se encargan de hacer vivir a los turistas una experiencia única e inolvidable y los valores de ellas parten desde los 15 mil pesos.

Ante la buena recepción que ha tenido esta nueva forma de turismo en la región, así como también a nivel internacional, Justo Zuleta señala que "el objetivo no es solo trabajar con las comunidades de Alto Loa, sino ir más allá, posicionando un nuevo tipo de turismo con una identidad en un territorio específico, por ejemplo, turismo Amazona o Patagonia".

Para llevar a cabo las redes de turismo comunitario en todas sus áreas, ya sea hotelería, gastronomía y más, ha causado gran impacto a nivel internacional, el programa territorial integrado trabaja en conjunto con diferentes asociaciones de turismo, además de la secretaría regional ministerial de Salud, el Servicio Agrícola y Ganadero e incluso, con organizaciones extranjeras, con el principal objetivo de detectar cuáles son los destinos que se encuentran en estado de exportación.