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Bailando con el swing de Zadie Smith

Desde su debut literario esta escritora inglesa no se ha alejado mucho de Londres. "Tiempos de swing" cuenta la amistad de dos niñas mulatas que aman bailar.
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El 1 de febrero estuvo en el Hay Festival de Colombia presentando "Tiempos de Swing", novela que la trae de vuelta al ruedo luego del libro "NW London" de 2012, otra exploración de su barrio de la niñez en el noroeste de la capital británica.

El próximo otoño boreal publicará "Grand Union" (Hamish Hamilton), una selección de veinte cuentos. Además prepara para 2019 su primera ficción de corte histórico, una novela que tentativamente llama "The fraud" y estará centrada en bandoleros británicos del siglo XIX.

También nos enteramos que el ex presidente de Estados Unidos, Barak Obama, la tuvo en su lista de libros favoritos de 2018 con "Feel Free", la segunda colección de ensayos que publicó. En estos últimos escritos de 2018 se paseó con soltura por 33 temas que cautivaron su interés. Todos escritos entre 2008 y 2017. Se refirió a ellos como una especie de diario del Brexit con tópicos como Facebook y el rap, hasta personajes como la escritora de ciencia ficción Ursula K. Le Guin, el cineasta Hanif Kureishi o la pintora Lynette Yiadom Boakye y la cantautora Joni Mitchell.

Oda a willesden

Zadie Smith escribió "Dientes blancos" a los 22 años, mientras estudiaba Filología en Cambridge y recibió un suculento adelanto de dinero por las primeras 80 páginas que presentó al legendario agente literario Andrew Wylie, alias "El Chacal".

La historia se sitúa en 1975, en el barrio de Willesden, y sigue el devenir de dos amigos que fueron soldados en la Segunda Guerra Mundial: el inglés Archie Jones y el musulmán Samad Iqbal, a quienes los rodea un tinglado de otros personajes de diferentes procedencias como pakistaníes, italianos, jamaiquinos e hindúes.

En "Tiempos de swing" también retoma ese barrio multicultural pero a partir de 1982, bajo la voz de una innombrada protagonista que se presenta desde las primeras líneas como una sombra que carga con la culpa de no haber brillado nunca con luz propia.

Las primeras páginas nos la presentan en 2008, cuando ha caído en desgracia. Y comienza, en un tono confesional, a contarnos la historia de su amistad con Tracey, un encuentro nacido al amparo de unas clases de baile en un centro comunitario.

Las dos niñas son amigas como solo se puede ser a esa edad. Comparten infinitas tardes de juegos y risas, vienen de hogares muy distintos pero hacen frente juntas a lo que las rodea: hay peleas, lealtad a fuego y desencuentros que van haciendo mella hasta que la vida las separa solo para demostrarles que no son tan diferentes.

La narradora es hija de un hombre blanco, que es un cartero, y una mujer rasta de Jamaica que no tiene nada que ver con la madre de Tracey que es blanca, soltera y está cesante. "Mi madre era feminista. Llevaba el pelo a lo afro y muy corto, su cráneo estaba perfectamente modelado, nunca usaba maquillaje y nos vestía con la mayor sencillez posible", describe esta niña tímida que se deslumbra con su peculiar amiga. "Mi cara era más recia y melancólica, con una nariz larga, seria, y los ojos un poco mustios, igual que la boca. La cara de Tracey era vivaracha y redonda, parecía una Shirley Temple oscura, salvo porque tenía una nariz problemática como la mía, enseguida me di cuenta, una nariz ridícula: apuntaba hacia arriba como la de un cerdito".

El baile

Además de las peripecias de esta amistad femenina, Zadie Smith deja traslucir en esta -su quinta novela- su profundo amor por el baile. De hecho contó que la trama nació cuando vio un documental sobre el claqué o tap en los Estados Unidos, una expresión que mezclaba dos temas que también le interesaban: la danza y la diáspora que produjo la esclavitud.

Y junto al baile suena la música de Cole Porter al lado de Prince y Nina Simone en tándem con George Gershwin. "Si Fred Astaire representaba la aristocracia, yo representaba al proletariado, dijo Gene Kelly", nos cuenta la protagonista que también recuerda cuando vio por primera vez el videoclip de Thriller.

Otro tema que circula por la novela es el de la celebridad. La protagonista trabaja para una famosa cantante, que recuerda a Madonna. El personaje se llama Aimee y lleva la novela al África, a una remota aldea.

Y claro que allí también encuentra el baile: "El mejor bailarín que he visto en la vida fue el Kankurang. Sin embargo, en ese momento no sabía quién o qué era: una silueta anaranjada que se agitaba desenfrenadamente, de la altura de un hombre pero sin un rostro humano, cubierto bajo incontables capas de hojas que susurraban al rozarse unas con otras".

La danza del Kankurang acompaña a un rito masculino de iniciación mandinga que se practica en Gambia al son de tambores. Es un baile que a la protagonista le corta el aliento igual que lo hizo Michael Jackson cuando desafió la gravedad con esa inclinación de 45 grados de "Smooth criminal". Una proeza que ella, niña de enciclopedias exóticas, rastrea hasta sus orígenes cuando ve una vieja película musical de 1937: "Ali Baba Goes to Town".

La diva pop luego adopta a una guagua en África, un perfil en el cual Zadie Smith se detiene para preguntarse por el alcance de las acciones filantrópicas de las celebridades.

También aborda la relación madre hija, otro de los puntales de esta trama. Tanto la admiración como la aversión que provoca la progenitora a medida que se entra a la adolescencia, así como el final entendimiento desde lo femenino, una madeja en la que van entrelazados los hilos de la raza, la clase y el género.

Cuando tenía 22 años, a zadie smith le dieron un suculento adelanto por 80 páginas.


Otros libros de Zadie Smith

"Cambiar de idea", 416 páginas, $17.728.

"Dientes Blancos", 528 páginas, $19.980.

"NW London", 384 páginas $18.920.


"Tiempos de swing"

Zadie Smith

Editorial Salamandra

672 pgs.

$22.350

Por Amelia Carvallo

editorial salamandra