Dos chilenos lideran la primera etapa del Atacama Challenger
MOUNTAINBIKE. Mientras que en las damas la primera en llegar a la meta fue una pedalera trasandina.
Partió la presente versión del Atacama Challenger, con el triunfo del chileno Gonzalo Aravena escoltado también por el competidor nacional, Cristóbal Silva. Mientras que en damas sobresalió la trasandina, María Lurdes en la primera etapa que consideró más de 30 kilómetros.
La prueba fue limpia de principio a fin, con la salida de más de mil 200 participantes en la meta ubicada a 3.800 metros de altura ubicada en los pies del Volcán Licancabur, donde la sorpresa fue la pelea estrecha de los chilenos por el primer lugar entre Cristóbal Silva y Gonzalo Aravena.
Más atrás quedaron Facundo Pérez y Felipe Sundblad, este último uno de los destacados de esta prueba de ciclismo extremo que congrega en tres días a figuras relevantes en la comuna de San Pedro de Atacama.
Otros que sobresalieron en las categorías de 35 a 39 años, Juan Pablo Pereyra; de 40 a 44 años, Óscar Pereiro; de 45 a 49 años, Juan Manuel Morandi; y de 50 a 54 años, Abraham Olano.
La jornada de hoy
Para hoy, se contemplan 70 kilómetros de recorrido, comenzando en San Pedro de Atacama para llegar en pocos minutos al primer obstáculo que romperá el pelotón; la subida del Valle de la Marte o la Cordillera de la Sal.
Este será el desafío para lograr llegar al camino que llevará al Llano de la Paciencia y la Quebrada de Tambores. Esto mostrará la verdadera soledad del un desierto.
Posteriores habrán quebradas, falsos planos y pendientes cortas hasta de 20 grados harán la combinación ideal para que este desafío sea extremo.
También pasarán por el famoso túnel del Atacama Challenger, que considerará una bajada, y continuará por un ya probado circuito en el 2017, que a diferencia de los primeros eventos de estas características desarrollados anteriormente, se ha convertido el paso por la Garganta del Diablo y Catarpe en un clásico para cualquier ciclista de mountain bike.
Y todo concluye mañana, con los 61 kilómetros de recorrido, en lo que fue denominado como el desafió final.
De acuerdo a la experiencia está etapa comienza a alta velocidad, y con un sin número de escapadas y neutralizaciones.
Para poco después bajarlos todos a tierra ya que el desierto les hace recordar a los ciclistas que todavía están en el altiplano y el desierto de Atacama. Cruzando el Valle de la Luna, la Cornisa del Valle de Marte y el camino al Río Salado con todo lo que podría poner como obstáculo el desierto.
Haciendo de esta etapa una de las más lindas del Atacama Challenger, manifestaron los organizadores de este evento deportivo que está comprometida con el rescate de las culturas ancestrales y también de los puntos turísticos de la localidad sampedrina.