Cambios que deben asimilarse
Las lluvias del verano fueron el indicador más claro que las faenas mineras tienen que adaptarse para no verse afectadas por la gran cantidad de agua caída. Codelco como las empresas privadas deberán realizar los ajustes para evitar inundaciones y minimizar los riesgos para los trabajadores que realizan labores al aire libre.
Sin duda que las tareas cotidianas que realizamos en la zona, muchas de ellas repetidas sin variantes por años, tendrán que de alguna manera adaptarse a la realidad que hoy nos ofrece el cambio climático. Y esto se ve preferentemente en las labores que desarrollamos al aire libre, como ocurre en la producción de la industria minera.
Ya en febrero las faenas mineras de las primeras regiones del país sufrieron los embates de las lluvias estivales, incluida tormentas eléctricas que obligaron a detener las faenas por días. Peligro de descargas eléctricas, inundaciones en las zonas productivas y cortes de camino mellaron la productividad de modo importante.
De hecho el último informe de crecimiento del país estuvo seriamente afectado por las lluvias de verano y así fue consignado por las autoridades del Banco Central, quienes entregaron las cifras del conocido Imacec.
Esta realidad tiene que incorporarse en el desarrollo de las políticas mineras, porque es una condicionante que seguirá a futuro. Ya el ministro de Economía Juan Andrés Fontaine, dijo que el "cambio climático llegó para quedarse".
Esto implica a que debemos aprender a convivir con situaciones que hoy son más agresivas de las que conocíamos.
Los planes de gestión tendrán que cambiar y las construcciones adaptarse. Tanto la empresa estatal como las privadas deberán realizar los ajustes para evitar inundaciones y minimizar los riesgos para los trabajadores que realizan labores al aire libre.
En Chuquicamata se aprontan para un cambio radical al pasar de explotación a rajo abierto a subterránea con todas sus implicancias. Serán faenas más seguras pero no implica que sufran afectaciones climáticas, ya hubo inundaciones en las galerías que deberán ser atendidas con antelación si es que no quieren que la producción sea afectada.
El gobierno y los privados saben que es urgente cambiar la mentalidad y centrarse en cómo hacer frente a fenómenos climáticos más agresivos y prolongados, con el objetivo que la producción no se detenga y evitar consecuencias económicas.