Crisis hídrica: "Aguas regeneradas, sucias y grises pueden ser parte de la solución"
CLIMA. Prestigioso investigador y académico de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, experto en cambio climático, invitado a Chile por la USM, explica la relación entre fenómenos climatológicos mundiales y la crisis del agua.
El agua es un bien fundamental para el desarrollo armónico entre los seres vivos y el ecosistema. Nuestro continente, y específicamente América latina, posee la tercera parte de agua dulce del planeta, aunque uno de los principales problemas es su distribución natural. Es muy desigual geográficamente hablando. Existen zonas extremadamente lluviosas y otras con una escasez pluvial importante. Desde que se declaró el problema del calentamiento global, el ecosistema y el crecimiento de las naciones en materia social y económica se ha visto afectado significativamente, todo ello, sumado a que las temperaturas van en alza y que, cada vez, llueve menos.
Según un informe desarrollado en 2017 por la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF, 2100 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable gestionada de manera segura, y más del doble de aquella población no cuenta con saneamiento de las mismas. Por consecuencia, cuatro de cada 10 personas sufren de escasez hídrica. Si a eso le sumamos que el 80% de las aguas residuales no cuentan con un tratamiento adecuado para retornar al ecosistema o ser reutilizadas por el hombre, la situación es crítica.
Gestión del agua
Durante estos días, y en el marco del lanzamiento del magíster en Gestión del Agua de la Universidad Técnica Federico Santa María, se encuentra en nuestro país el Dr. Javier Martin-Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, quien llegó a Chile invitado por esa casa de estudios. Martín-Vide es Licenciado en Ciencias Matemáticas, Doctor en Geografía e Historia, especialista en análisis probabilísticos de precipitaciones y director del Instituto de Investigación del Agua (Universidad de Barcelona). En materia de crisis del agua y cambio climático señaló que existe un conjunto de factores que afectan y agudizan el problema en nuestro país. "En el mundo mediterráneo y en latitudes subtropicales o tropicales, va a llover menos. ¿Cómo esto se traduce en el caso de Chile que es un país geográficamente extraordinario? Pues bien, en el caso chileno lo que ya se empieza a apreciar y que se reforzará muy probablemente en el futuro es que en las regiones de clima mediterráneo y en las de clima templado oceánico (centro-sur), ya hay registros y series con reducción pluviométrica. Claro, hay lugares en el sur que sigue lloviendo mucho, pero la tendencia es que llueva menos. Y la vegetación, sobre todo los bosques, va a sufrir la merma de la falta de lluvia".
Para Martín-Vide, la zona más problemática del país es la situada entre las regiones de Coquimbo y de Los Ríos. Al recibir menores precipitaciones, se pone en riesgo a la población, condicionando aspectos como la productividad, la vida cotidiana, la agricultura y la urbanización. El caso más crítico se da en la Región de Valparaíso. La provincia de Petorca sufre de escasez de agua debido a la plantación de paltos, desencadenando la sobreexplotación y la utilización excesiva del recurso hídrico. Este escenario tiene a más del 70% de sus habitantes recibiendo agua de camiones aljibes, específicamente en los sectores de Petorca, Cabildo y La Ligua.
"Uno de los ODS (Objetivos del Desarrollo Sostenible) que Naciones Unidas propone en 2015 y hemos de cumplirlos en 2030, dice que todo humano debe tener acceso al agua potable y saneamiento, entonces, esas personas tienen un acceso limitado que les va a condicionar en su higiene, consumo, etc. Es una situación crítica. Uno de los lemas más importantes es que el agua es un recurso eco-social. Es decir, cumple en la naturaleza un papel de primer orden, ecológico. Si no, no habría funcionamiento de los ecosistemas. Hay que comprender, además, que es un derecho humano tener agua limpia y potable, y relativamente generosa para todos. El tema es que nos encontramos en una situación difícil por culpa del calentamiento global, y hay procesos que contribuyen a que las cosas sigan empeorando. Entonces, uno se plantea cuál sería la solución en estos casos, porque el cambio climático no lo podemos revertir de inmediato… es algo que no se puede cambiar de hoy para mañana", señaló.
Cultura del agua
- ¿Qué tipo de responsabilidad tiene la participación pública y ciudadana en la crisis del agua en Chile?
Considero que es contraproducente bajo mi punto de vista imputar al ciudadano toda la culpabilidad de la crisis que actualmente vivimos a nivel planetario. Ciertamente, todas las personas tenemos responsabilidad, todos contamos con una cuota de participación en el problema. Y debemos intentar dar soluciones antes de culparnos los unos a los otros. En la crisis del agua y el calentamiento global hay una responsabilidad pública, privada y no solo del ciudadano de a pie.
Respecto a la responsabilidad pública y de las empresas privadas, Javier Martin-Vide señaló que en la nueva cultura del agua se debe trabajar consensuadamente abordando la problemática de manera integral y gestionando la demanda más que la oferta del agua potable.
Aguas regeneradas
Una de las esperanzas en países con problemas hídricos, como por ejemplo España y California en EEUU, está en las aguas regeneradas. "En España, por ejemplo, se intenta utilizar las aguas regeneradas para usos diversos que no requieren un agua totalmente potable. Considero que todas las nuevas promociones inmobiliarias debiesen tener un segundo circuito para las aguas grises, las derivadas por ejemplo de la ducha, que pueden servir muy bien para limpiar el inodoro. La próxima generación considerará una aberración seguir lanzando agua potable por el inodoro. Es una locura, con lo que cuesta potabilizar el agua, indica Javier Martin-Vide.
¿Qué medidas recomienda implementar para asegurar el agua como derecho para todas las personas, tanto en Chile como a nivel mundial?
Debiese existir un acuerdo en que participen todos los agentes sociales, públicos, y privados buscando consenso en un tema grande como este. Todas las partes debiesen estar implicadas, desde las pequeñas comunidades que pueda haber en cualquier lugar, hasta la industria minera, y las grandes multinacionales. Todas se tienen que sentar alrededor de una gran mesa del agua, en que los gestores públicos y las autoridades coordinen, pero que el camino sea llegar a grandes consensos con todos los actores implicados. Un mundo interconectado es básico, donde prime el papel eco-social del recurso hídrico, el papel del agua como centro de los parámetros del desarrollo sostenible y como derecho humano. Es decir, el agua forma parte de un ciclo planetario que, al privatizarlo, estamos infringiendo una ley de la naturaleza, de solidaridad y compromiso entre los humanos. Por lo tanto, es muy difícil dar fórmulas concretas, ya que lo que puede funcionar en el Norte será distinto a lo del Sur. Pero en conjunto y con la participación de todos los agentes implicados, hasta los más modestos, aquellos pequeños agricultores que viven en territorios con escasez de agua, funcionarán. Hay que convencerse de que el agua es un activo colectivo. Habría que plantearse esta idea, más aún bajo el contexto de lo que estamos viviendo con el cambio climático", concluyó.
"El agua es un recurso eco-social. Es decir, cumple en la naturaleza un papel de primer orden, ecológico"
Javier Martin-Vide, Universidad de Barcelona
Doble circuito
"Las aguas que llevan jabón limpian mucho mejor el inodoro que el agua potable. Si en Chile todas las viviendas tuvieran un doble circuito para aguas grises jabonosas, del lavamanos, de la cocina y de la tina, sería distinto. Eso es muy fácil hacerlo, una nueva construcción debiese cumplir con esto a cabalidad", sostiene el especialista Javier Martín-Vide.
Regenerar aguas sucias o grises
Actualmente, la tecnología permite que las aguas sucias o grises puedan regenerarse, de modo que, aunque no sirvan para uso potable, puedan ser utilizadas para el riego de parques, ciudades y jardines. En febrero de 2018 se promulgó la Ley N.º 21.075 que regula la recolección y reutilización de las aguas servidas que provienen desde duchas, tinas de baño y lavaplatos, entre otros. Desde el punto de vista sustentable, las denominadas aguas sucias podrán utilizarse para usos industriales y de irrigación, reduciendo la utilización de agua potable en beneficio de las personas y del planeta.