Redacción
Fueron las constantes agresiones que sufrió, las que hicieron que decidiera dejar a quien fue por largos años su pareja.
Reconoce que en más de una oportunidad quiso pedir ayuda, pero no era capaz de denunciar la pesadilla que estaba viviendo al interior de su hogar, aquel donde debía encontrar seguridad y apoyo.
Finalmente no pudo soportar más los golpes y le pidió a su pareja, hoy de 21 años, que era mejor mantener las distancias.
El hombre no hizo caso y la agredió. La víctima realizó las respectivas denuncias y en consideración a los hechos que había vivido, recibió una medida de protección.
El tribunal decretó que el sujeto no podía acercarse a la víctima, sin embargo el hombre hizo caso omiso de esta determinación.
Llegó a su vivienda cuando el día recién comenzaba. Ella escuchó como cerca de las ocho de la mañana, llamaron a su puerta.
Mayor fue su sorpresa cuando se percató que se trataba de su expareja. El hombre finalmente ingresó al domicilio contra la voluntad de la mujer.
Desde ese minuto ella supo que lo peor estaba por venir e intentó escapar del lugar, lo anterior a pesar de que en la vivienda se encontraban sus pequeños hijos de cuatro y dos años. Ambos producto de la relación que mantuvo con su agresor.
"La víctima declara que el sábado a las ocho de la mañana, mientras estaba en su domicilio, golpearon a su puerta y de manera sorpresiva se percató que era el imputado, que era su pareja con quien terminó en junio de 2018. Con él tenía una orden de alejamiento por violencia intrafamiliar que sufría", explicó el subcomisario de la PDI, Marcelo Jara.
Salió desesperada a la calle en busca de ayuda, sin embargo no había quien la pudiera auxiliar por la hora en que comenzaron los hechos.
"Ella en el momento que se percata que era el imputado, trata de escapar estando sus hijos al interior del domicilio, escapó a la calle y el imputado la logra alcanzar a una cuadra y la trae nuevamente a la casa. Ya en el interior la comienza a golpear en varias ocasiones, siempre en la cara y cabeza", agregó Jara.
Según el relato fueron doce horas de horror, de constantes golpizas que terminaron dejándola con lesiones de gravedad e internada en el Hospital Carlos Cisternas.
Al agresor, quien hoy se encuentra en prisión preventiva, no le importó que en dicho lugar se encontraban presentes sus hijos, quienes se transformaron en víctimas colaterales de este ataque.
Los golpes no dejaron de repetirse, hasta que todo se salió de control y luego de cuatro años de relación, conoció la peor cara de quien hoy ya era su ex pareja y contra quien existía una orden de alejamiento.
"Los golpes los tenía en todo el cuerpo, siempre enfocado más en la cara y cabeza, con fuertes golpes de puño, patadas, mordeduras. Estuvo retenida por el sujeto frente a sus hijos las golpeó, que tienen 2 y 4 años. La estuvo golpeando desde las ocho de la mañana hasta las 20 horas que es cuando se va. Además hubo mordeduras, tanto en la cara, manos y piernas, también dentro de todo lo que le hizo. Le arrojó alcohol en el rostro", precisó Jara.
Formalización
Pero lo más bestial vino después. Los vejámenes a los que se vio expuesta son de tal gravedad, que son imposible de describir, pero hicieron gala de lo peor que puede llegar a mostrar un ser humano.
Pese a todo lo que tuvo que vivir el Tribunal lo formalizó por varios delitos, pero no por femicidios frustrado. La explicación es jurídica.
"Para que sea calificado como femicidio frustrado debe existir el dolo, es una calificación jurídica de los hechos. Dónde termina una violencia intrafamiliar y empieza un femicidio frustrado, es en relación a las conductas del agresor", explicó el fiscal jefe de Calama, Cristian Aliaga.
Desde el Servicio Nacional e la Mujer y Equidad de Géneros, SernamEG, están trabajando para que no exista relativización de los hechos y episodios de estas características.
"Existe una relativización y normalización de este tipo de conducta que ya no tienen cabida en nuestra sociedad y que de apoco hemos ido cambiando, pero aún falta mucho por avanzar. Es por eso que hacemos un llamado a la sociedad, a vecinos y al entorno a prestar atención ante cualquier acto de vulneración de derecho hacia una mujer. Que no hagan vista ciega y denuncien estas conductas que transgreden y afectan a las mujeres", destacó la director regional del SernamEG, Claudia Meneses.
El llamado es a denunciar a tiempo y que las víctimas comprendan que existen redes de apoyo, contención y orientación para hacer frente a este tipo de situaciones.
Y que quienes son testigos de este tipo de casos, denuncien de forma oportuna, para que las víctimas reciban asesoría para cortar el círculo de violencia.