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"El teatro me ayudó mucho"

DESAFÍO. Ingresó a la escuela de Teatro de la Corporación hace un año y medio atrás, y hoy ya es uno de los alumnos más destacados y responsables.
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Con sólo 16 años, Gianfranco Paredes Olivares, es uno de los talentosos actores de la escuela de Teatro de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama.

El profesor de dicha escuela califica a este joven como un alumno talentoso, aplicado y trabajador. Además de ser un compañero solidario y con mucha disciplina y compromiso.

Paredes cuenta que su primer acercamiento a esta disciplina artística fue cuando cursaba la enseñanza básica y participaba de la academia de su escuela. Dice que, pese a ser una experiencia que sólo duró un par de meses, fue gratificante y dejó sembrada la semilla de la actuación.

Luego, cuando ingresó a la enseñanza media en el Liceo Luis Cruz Martínez, se motivó e ingresó a la academia de teatro de dicho establecimiento, una decisión que dice "apretó un botón ".

Dice que, lo que más le llamó la atención, fue el ambiente que ahí se generaba y que se hacían obras con contenido y más maduro, además conoció a dos compañeros que le recomendaron unirse a la escuela de la corporación de Cultura, donde ya lleva un año y medio. Llegar a esta última escuela fue un acierto, porque lamentablemente la academia del liceo cerró.

Como integrante de la escuela de la corporación, ha participado en diversas obras como "La casa de Bernarda Alba" y "Lamento Indio", que es una obra escrita por el profesor de esta academia.

También participó del musical Aladín, que se presentó en 2018 y en el que él hizo el personaje del pájaro Iago. "Antes de salir a escena estaba nervioso, pero con ganas de actuar. Una vez que estuve ahí fue maravilloso, la sensación para poder repetirla y la repetí todas las veces que pude", explica.

Agrega que las clases de teatro le permitieron desarrollar su personalidad, pues dejó de ser un joven introvertido, lo que se refleja por ejemplo, en las disertaciones o cuando trabaja de mesero durante los veranos.

Constancia

Gianfranco está consciente que pertenecer a la escuela de Teatro, es algo que requiere de mucha disciplina, constancia y responsabilidad. "Trato de ser lo más responsable posible".

En el caso de los textos explica que lo más importante, más allá de aprenderse de memoria los libretos, es entender lo que debe decir y también lo que dirán los demás actores.

Reconoce que requiere también de algo de sacrificio , de ocupar parte de su tiempo libre y que complementar los horarios para que esta actividad no le impida rendir bien en el liceo.

"Pero es algo que me gusta, quizás al principio cuesta un poco sobre todo cuando uno está ajustando los tiempos, pero si a uno de verdad le gusta, lo logra", manifestó Paredes.

Este joven quiso destacar el trabajo que se está desarrollando en Calama en el área de la cultura y valoró que existan instancias para que los jóvenes se puedan desarrollar y esperó que se puedan crear más.

"La gente que le gusta el arte aquí en Calama debe tener las alternativas para poder practicarlas y ojalá se creen más escuelas", finalizó.

Gianfranco Paredes Olivares, 16 años

"La danza es como una terapia y amo bailar"

ENTUSIASMO. Esta bailarina loína utiliza sus conocimientos en el K-Pop para enseñarle a las nuevas generaciones y además orientarlas.
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Entregar las oportunidades que ella no tuvo cuando era niña, es uno de los motores que mueven la vida de Traicy Fernández Vicencio, quien ha hecho de la danza algo más que un hobby, sino que su verdadera pasión.

Cuenta que desde siempre le interesó todo lo que estaba relacionado con el baile, durante sus estudios básicos y medios, se destacaba porque era una alumna que le gustaba participar en todas las actividades que estuvieran relacionadas con esa área.

En 2012 conoció el K-Pop, o pop coreano, un estilo que recién se estaba masificando en el país. Junto a unas compañeras decidieron formar una agrupación y comenzaron a practicar las coreografías de los grupos asiáticos.

Fue así como nació "Lovely Dolls", su grupo de baile en el que participan 10 integrantes y que en la actualidad, es uno de los referentes de este estilo en Calama.

Traicy se considera una amante de todos los estilos, pero que el K-Pop le motivó debido a que su dinámica. "Yo amo la danza en general, pero qué me cautivó del K-Pop, fue la dinámica de las posiciones y transiciones y pasos, aunque hoy día han evolucionado las coreografías y son mucho más difíciles", detalla la bailarina.

En 2015, mientras ella y sus compañeras ensayaban en uno de los espacios del Parque José Saavedra (Los Lolos), la encargada de las escuelas de la corporación, la invitó a participar en un musical y también a ser parte de la escuela de formación. "Ahí comencé a tener clases con profesionales y empecé a perfeccionarme en la danza".

Como alumna de la escuela de Formación de Danza de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, se destacó por ser responsable, entusiasta y comprometida con el aprendizaje y con sus compañeros.

Paralelamente, siguió con su interés en el K-Pop y el año pasado, personal de la Corporación Municipal de Desarrollo Social (Comdes), le ofreció hacerse cargo de una academia de este estilo, en la escuela Grecia.

Es así como, cuatro veces a la semana, les enseña coreografías a cerca de 50 alumnos, de segundo a octavo año básico. "Yo siempre he estado dispuesta a entregar lo que yo sé y también a aprender", dijo.

Pero esta no es la única academia en la que Traicy Fernández es monitora de danza K-Pop, pues también le enseña a adolescentes, tanto hombres como mujeres, en otra academia cuyas clases se realizan en un gimnasio de Calama.

Autoestima

Esta joven bailarina dice que uno de los objetivos que la motiva a enseñar este estilo, es que contribuye a que muchas de las alumnas, que están en situación vulnerable, mejoren su autoestima, aprendan a quererse y a cuidarse. "Es impresionante el cambio de cómo llegaron y cómo están ahora y la verdad, es que eso es lo que a mi me inspira".

Entre sus planes futuros está el seguir perfeccionándose como bailarina, para luego entregar esos conocimientos a las nuevas generaciones loínas. "Mi idea es poder darle esas oportunidades que yo, cuando era una niña, no tuve".

Traicy Fernández Vicencio, 24 años