Veintiséis son las mujeres que este año han sido asesinadas por su actuales o exparejas en nuestro país y la última fue Gabriela Estefanía Contreras Uribe de 28 años, una joven madre loína que tenía una vida por delante junto a su pequeño de tres años. Y si bien estas cifras son tristes y alarmantes no debemos olvidar los 49 casos que afortunadamente quedaron como frustrados.
Esta triste noticia hizo que nuestra rutina se detuviera. En pleno centro de Calama, un sector altamente concurrido fue escenario de una injustificable acción que no podemos seguir permitiendo como calameños ni como chilenos.
Como sociedad hemos fallado, todos hemos quedado al debe con estas 26 mujeres, quienes necesitaban de toda nuestra atención. Pero no debemos bajar los brazos, porque seguramente en este minuto hay muchas más mujeres que están siendo violentadas y no sólo con golpes, también con palabras y no queremos que existan más Gabrielas.
Por eso cada uno de nosotros, ya sea en nuestros hogares, en los lugares de estudio o de trabajo debemos estar alertas, porque si la víctima no puede, nosotros sí debemos denunciar y de verdad decir nunca más, ni una menos. No podemos seguir quedándonos callados y convertirnos en cómplices de una realidad que nos avergüenza y entristece.
Asimismo, como autoridades también debemos asumir la responsabilidad que nos corresponde. Y en El Loa precisamente lo estamos haciendo y aunque nos golpea el caso de Gabriela no queremos y no vamos a permitir que sigan ocurriendo más femicidios. Liderada por el SernamEG, como Gobernación de El Loa somos parte de la mesa intersectorial de femicidios, en el que estamos trabajando fuertemente para combatir la violencia, la que lamentablemente se está dando desde los primeros años del pololeo.
Como representantes del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera estamos absolutamente comprometidos con esta labor y lo seguiremos haciendo con aún más ímpetu, poniendo todos nuestros conocimientos técnicos, herramientas y beneficios al servicio de las mujeres que sufren de violencia para que nunca más piensen que están solas, pero también y como lo plantee, necesitamos de la valiosa colaboración de las familias, de los amigos, de los vecinos, de todos quienes sean testigos de estos hechos para que denuncien siempre.
María Bernarda Jopia,