Algunas de las 80 demandas que arrojó el primer escrutinio de la plataforma creada para canalizar las exigencias ciudadanas, son conocidas y largamente esperadas en la provincia. Entre ellas la estatización del litio, la reducción de provincias y entregar mayor gobernanta a las regiones.
Algunos dirán que muchas de ellas están siendo abordadas por reformas o proyectos de ley, pero bien vale la pena preguntarse si lo hecho es lo que la gente espera.
Por ejemplo, hace años se discute respecto a la autonomía de las regiones. Se determinó elegir los intendentes por voto popular y la fecha de inicio se fijó para el próximo año.
Lo malo es que las competencias de esta nueva autoridad, denominada gobernador regional, aún son desconocidas y tampoco se conocen de sus atribuciones en comparación con el delegado presidencial, que seguirá siendo la voz del ejecutivo en las regiones.
En este sentido, si se pudiera cambiar las actuales condiciones, gran parte de la ciudadanía votaría por ello, porque tras acuerdos y concesiones el proyecto original dista mucho del objetivo de autonomía regional.
Junto a lo anterior surge una alternativa distinta y es la reducción en el número de provincias. Iniciativa muy distinta a la de quienes lideran la creación de nuevas regiones, pero que se fundamenta en la teoría que seguir dividiendo el país solo irá en desmedro de formar regiones sólidas y con poder de hacer respetar sus necesidades.
Otra de las opciones que llama la atención es la que se plantea respecto al litio. Se habla de la estatización de este mineral, el que en realidad pertenece al Estado pero que está sujeto a contratos y concesiones que son prácticamente eternas.
Si bien estas no son las demandas prioritarias emanadas de las movilizaciones, igualmente merecen ser abordadas porque plantean un sentir ciudadano y que si son tomadas con seriedad abrirían espacios de bienestar para quienes no viven en Santiago y que tienen problemáticas distintas pero que requieren atención de parte de nuestras autoridades.