Desigualdades y Estado
Es muy común en la actualidad escuchar voces que apuntan a que el sistema económico imperante en Chile es el factor fundamental de las múltiples desigualdades. Si bien es cierto nuestro país, basándonos en los datos macroeconómicos, presenta el mayor índice de Desarrollo Humano en la región (PNUD, 2018), posee de las expectativas de vida más altas de América Latina (77,2 años los hombres y 82, 1 las mujeres), disminuyó en ocho puntos la desigualdad desde el 2000 hasta el 2015 (OCDE), cuenta con un ingreso per cápita de US$25,891 que lo posiciona en el primer lugar de Latinoamérica (FMI), ha logrado reducir considerablemente la tasa de pobreza (6,4%), y ha mantenido un nivel de crecimiento económico constante desde el retorno a la democracia, sólo por mencionar algunos indicadores, posee aún como principal falencia que dichos beneficios no han llegado e impactado en la totalidad de la población, existiendo esa sensación de que sólo algunos y algunas disfrutan de dicho éxito económico. De hecho, sin ir más lejos, de acuerdo con la Fundación Sol, hoy en día el 1 % más rico concentra el 33% de los ingresos.
Con lo anterior, qué duda cabe, se concluye que evidentemente existen imperfecciones propias del mercado en las cuáles el Estado debería - idealmente - corregir e intervenir. No obstante, lo que muchas veces no se considera al realizar este tipo de análisis, es el rol que justamente juega este ente en materia económica, el cual, sin exagerar, ha demostrado ser muy ineficiente a la hora de distribuir y asignar los recursos públicos en beneficio de la población nacional. Además, propicia desigualdades con los sueldos de los funcionarios públicos, con los presupuestos per cápita de Salud con los que cuentan los municipios en el país, datos con lo que rápidamente se identifican profundas y vergonzosas inequidades entre territorios: una de las comunas más pobladas del país (Puente Alto) cuenta con un presupuesto anual por ciudadano de $136.005 mientras a escasos kilómetros los vecinos y vecinas de Las Condes, Providencia y Vitacura superan los $830.000 por habitante. Las capitales regionales como Talca (Maule), Arica (Arica y Parinacota) y Puerto Montt (Los Lagos) poseen el presupuesto más bajo a nivel país al no superar los $185.000 per cápita, mientras Iquique (Tarapacá), Punta Arenas (Magallanes) y Santiago Centro (Metropolitana) son las únicas comunas que poseen recursos por sobre los $300.000 pesos anuales.
¿Es el mercado, entonces, el gran y exclusivo problema en cuanto a generación de desigualdades? Evidentemente no, el Estado - los gobiernos de turno y el poder legislativo - también tiene mucho de responsabilidad, y debe desarrollar un proceso más riguroso en priorización de necesidades.
Cristian Cárdenas Aguilar
Enap
Hace muchos años, se analizaba si se podían vender ciertas empresas públicas. Se argumentaba que, al menos algunas, como la Empresa Nacional del Petróleo, Enap, eran estratégicas en caso de conflictos bélicos por lo tanto no era conveniente privatizarlas. Otros decían en esa época que no habían empresas públicas estratégicas para el país y que ese concepto, con la apertura al mundo, había quedado en el pasado.
Hace unos días, el Presidente de un importante sindicato de Enap afirmó que, si se juntaban con los del Cobre y los portuarios, paralizaban el país y en cinco días dejaban a Chile sin combustibles. Así pues, la antigua discusión de si Enap era o no estratégica ha quedado zanjada: Enap es estratégica… para los sindicatos.
José Luis Hernández Vidal
Constitución
Como bien señaló el abogado Constitucionalista, Gastón Gómez, esta semana: hay que respetar el orden institucional para cambiar la Constitución.
Los que pueden conducir a una salida institucional no están en las calles. Son las autoridades de Gobierno y el Congreso quienes tienen las facultades constitucionales para iniciar y dar lugar a procedimientos correspondientes. Si no lo hacen serán ellos los responsables de que la situación se agrave aún más, no la sociedad civil, no los que marchan o repletan las plazas del país.
Un proyecto de reforma constitucional puede ser con una combinación de varias cosas, no sólo una Asamblea Constituyente, existen mecanismos a través del Congreso, del Presidente, o una fórmula acordada entre ambos.
Se valoras las palabras del presidente para abrirse a debatir estos temas, pero seamos responsables, existe una infinidad de posibilidades para realizar cambios a la constitución, las cuales no involucran temas partidistas ni una Asamblea Constituyente.
Soledad Rodríguez
Evo Morales
Evo Morales será recordado como el primer Presidente indígena de Bolivia y que logró mejorar los estándares de vida de su pueblo...pero también se recordará como alguien que se quiso eternizar en el poder.
Víctor Alvarez