El juzgado de Familia de Calama agiliza las condenas por casos de violencia sicológica
HECHO. La medida se adoptó tras un dictamen de la Corte de Apelaciones de Antofagasta.
El 24 de octubre pasado, el Juzgado de Familia de Calama condenó a un hombre por cometer, en reiteradas oportunidades, violencia sicológica contra su esposa de 39 años. El hecho, que pudiese pasar como una condena más de las múltiples denuncias que recibe este tribunal por violencia intrafamiliar, marca un hito a nivel regional ya que, en opinión del abogado del Centro de la Mujer de Calama, Mauricio Hernández Barrera, en los últimos ocho años este tribunal ha emitido sólo dos fallos semejantes.
La principal traba se sustentaba en la delgada separación entre una falta y un delito. Tratándose de un delito, compete a las Fiscalías y los Juzgados de Garantía pronunciarse sobre la materia. Por este motivo, en gran parte de los casos, cuando este Juzgado de Familia recibía una denuncia por violencia sicológica, sexual o económica, el caso era derivado a la Fiscalía donde "era difícil satisfacer el estándar probatorio en materia penal", afirmó Hernández, con el riesgo que la afectada no viera frutos a la denuncia interpuesta.
Opinión que fue compartida por Marilyn Neira Mendoza, jueza encargada de conocer este caso que terminó en condena el 24 de octubre. La profesional explica que las dificultades se presentan principalmente, porque la violencia sicológica se da, generalmente, dentro del hogar común, y como se dice en buen chileno "queda entre cuatro paredes".
Esto significa que no existen testigos que puedan exponer lo que sucede, y si los hay, en materia de violencia sicológica prefieren mantenerse al margen, con la idea de que "no deben intervenir, que son cosas de pareja".
El dictamen nació como resultado de un recurso de apelación interpuesto por el abogado del dispositivo Centro de la Mujer de Calama, el 24 de abril de este año, ante la Corte de Apelaciones de Antofagasta para revocar de la declaración de incompetencia del Juzgado de Familia de Calama y que finalmente fue aceptada en julio.
La directora regional del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Généro (Sernameg), Claudia Meneses Oliva, comentó que este caso, "nos señala el camino a seguir de aquí en adelante, ya que a contar de esa fecha ya suman cuatro condenas más a favor de las mujeres que han acudido al Centro de la Mujer".
Agregó que "queremos dar una señal a la sociedad que los daños provocados por las constantes amenazas y menoscabos, insultos y ejercicio del poder para reducir a una mujer a nivel de objeto, del querer hacer uso de ella y su cuerpo sin hacer caso a su voluntad, provoca daños no sólo a la valía en su condición de mujer y ser humano, sino que asimismo redunda en un daño que afecta nuestra sensibilidad social y nos retrotrae a un nivel de maltrato y humillaciones que no podemos tolerar", manifestó Meneses.
Caso
En abril de este año ingresa al Centro de la Mujer de Calama una madre de cinco hijos, después de acercarse al Juzgado de la Familia cansada de las constantes humillaciones vivenciadas por el actuar de su marido desde que se conocieron en Tocopilla hace veinte años. La decisión de pedir ayuda fue tomada cuando decidió poner fin a la relación.
La denuncia abarcaba la violencia sicológica y económica en estado grave y sexual, en su fase inicial. Según señalan los informes sicológicos del Centro de la Mujer, la afectada había tomado la decisión de no tener más hijos, pero su pareja se deshacía de las pastillas anticonceptivas y le pedía demostraciones de amor más concluyentes.
"Como Servicio sabemos lo que esto significa. La violencia de género siempre va en aumento. Parte por restringir las amistades, revisar las cuentas personales de correos electrónicos y mensajes de otras aplicaciones de internet, actitudes que después consideran empujones, golpes físicos y que eventualmente podrían gatillar en la forma más extrema de este tipo de vulneración de derechos que es el femicidio", afirmó Meneses Oliva.
Las estadísticas más actualizadas que posee el SernamEG datan de 2017 las que dan cuenta que en Chile las mujeres que viven violencia sicológica representan el 21% del total de las encuestadas, le sigue la violencia física con el 4,3 % y la violencia sexual con el 2,1 %. Quienes vivencian este tipo de actos poseen en general entre 19 y 25 años de edad.
"Lo importante es que las personas deben saber que el ejercicio de todo tipo de violencia, habitual o no, física o sicológica, puede ser sancionada y la ley provee a los jueces de las herramientas para brindar protección a la víctima y su grupo familiar, desde el mismo momento en que se efectúa la denuncia", sostuvo la juez Marilyn Neira.
Neira dispuso en la sentencia del 24 de octubre que el hombre debe pagar una multa de cinco UTM (Unidad Tributaria Mensual) al Gobierno Regional, dinero que servirá para financiar proyectos de un Centro de la Mujer o Casa de Acogida de la región, prohibición de acercarse por el plazo de un año y que, en caso de desacatar esta orden, recibirá como apremio el arresto inmediato durante quince días.
Anteriormente, el condenado ya había sido conminado a tratarse en el programa de resocialización para hombres que ejercen violencia contra la pareja dependiente del municipio de Calama, al pago de una pensión alimenticia de $600 mil y a que los hijos recibieran atención de parte de profesionales de la Oficina de Protección de los Derechos de la Infantoadolescencia de esta localidad.
21% de las mujeres que son violentadas por sus parejas, sufren de violencia de tipo sicológica.
24 de octubre el juzgado de familia de Calama entregó una ejemplar condena por violencia sicológica.