No más leyes, más formación
Para que nuestras ideas sociales, se realicen no necesitamos de tantas leyes, ni fundar más dogmas, ni cohibir las libertades, sino formar mujeres y hombres mejores, de almas más puras y más fieles, que sientan ideales más elevados y sean más íntegros; mujeres y hombres que amen la justicia, que honren la verdad, que adoren la pureza, que aprecien la libertad, para asegurar la virtud y la estabilidad del orden social.
Bernardo Julio Rojas
Divisiones
Desde la época de los pitecos o de los pithecanthropus (y eso que no se sabía de escritura), que se aprendió instintivamente que para ganar a un adversario hay que dividirlo.
Es factible realizarlo dentro de un país para dominarlo e imponer las propias ideas. Se planifica en forma meticulosa qué áreas se van a atacar y de qué forma. Se empieza a distraer en primer término a la fuerza policial, en diferentes puntos de una ciudad y en diferentes ciudades al mismo tiempo. Se eligen los blancos que causen daños enormes, visibles. Se agregan ataques a los cuarteles policiales.
Así se observa y se toma nota de la reacción de la fuerza policial, en cuanto a cantidad de tropas y elementos disuasivos, como también de transporte. Analizan todo lo sucedido. Cualquier lector de los textos de la Segunda Guerra Mundial constatará ello.
A los partidos y movimientos políticos se le realiza algo semejante, desde el punto de vista filosófico y político. Se trata de captar a militantes y/o simpatizantes en ideas semejantes a las que tiene cada uno de ellos, pero, introduciendo cuñas bajo la tesis que los tiempos y las costumbres van cambiando (es cosa de leer a Nicolás Maquiavelo, en El príncipe: " Un príncipe de nuestro tiempo, cuyo nombre no conviene mencionar, predica continuamente la paz y la lealtad, siendo en realidad enemigo de ambas;"). La derrota o el triunfo depende del análisis de inteligencia de cada parte en conflicto. Nada nuevo bajo el sol.
Carlos Escobar
Salud
Hoy, Chile cuenta con un sistema mixto de salud, cuya estructura de financiamiento y distribución ha sido criticada por el papel que juega al momento de promover igualdad y equidad en el acceso. En un proyecto que trabajé denominado Barreras de acceso al sistema de salud chileno, identificamos las principales barreras de acceso a los servicios de salud, en las regiones II, VIII y RM.
Los resultados revelan que el principal problema es el desconocimiento de los programas de salud existentes, especialmente los del Senda, y de salud sexual y reproductiva; la distancia para llegar a los servicios de salud; la falta de disponibilidad de consultorios rurales, postas, centros de referencia o salud mental; largos tiempos de espera y la centralización médica.
Luego, se definió una lista de programas que ofrecieran una solución para superar estas barreras. De esta, un 34,7% cree que el programa de mayor urgencia y prioridad es el que tiene relación con el aumento del número de médicos y especialistas. Luego, un 16,5% se inclina por invertir en nueva infraestructura hospitalaria y, por último, el 15,7% prefiere ampliar la cobertura de los seguros de salud.
La importancia de este estudio radica en que provee información generada por y para la comunidad que sirve para priorizar soluciones y entregar una hoja de ruta que permita mejorar el acceso hacia los servicios de salud.
Alicia Núñez
Amiga yo te creo
A casi un año de la muerte de Agustín Muñoz, joven argentino que se suicidó al no poder aguantar la presión por una denuncia falsa, las funas se volvieron a tomar las redes sociales. La tónica es bastante simple, solo existe una regla: las mujeres no mienten.
En primer lugar, no puede sino resultar paradójico que la lucha por la igualdad pase por algo tan burdo como deshumanizar a tal punto la naturaleza de la mujer, haciéndola pasar por un ser tan puro que siempre dice la verdad, sin imperfecciones, sesgos personales o errores. Pero eso no es lo peor. ¿Cuántas personas han visto sus vidas arruinadas por una acusación infundada? ¿Qué clase de justicia estamos impartiendo en esta cacería de brujas donde solo un testimonio o denuncia basta para condenar socialmente a alguien?
No se trata de culpar a la mujer, tampoco de dejar sola a la víctima. Se trata de respetar el derecho a defensa, los conductos regulares, el derecho a la honra, y la presunción de inocencia. De lo contrario, no habríamos aprendido nada desde el siglo XVII en adelante.
Bárbara Haas, Fundación para el Progreso