Estamos enfrentando lo que se ha denominado "Cuarta Revolución Industrial". Dicho término se utilizó por primera vez en 2016, en el Foro Económico Mundial. Por lo tanto, es un concepto del que aún existe poca evidencia en cuanto a las consecuencias económicas que pueda traer. En particular, para el mercado laboral no hay evidencia concluyente del impacto que tendrán los cambios tecnológicos.
El mundo ha atravesado por tres revoluciones industriales sin que esto haya significado a largo plazo una disminución del empleo, pero sí ha implicado una gran transformación de éste, lo cual, en muchos casos, ha terminado -contrario a lo que se pensaba- con una mayor generación de puestos de trabajo.
Un ejemplo de lo anterior son los servicios financieros. Cuando se crearon los cajeros automáticos y automatizaron otros procesos se esperaba una gran disminución del empleo en ese rubro, sin embargo, pasó todo lo contrario. La industria de los servicios financieros no ha disminuido la cantidad de empleo que entrega.
La velocidad a la que avanza esta "Revolución Industrial" es lo que marca la diferencia con las anteriores.
La importancia del mercado laboral
El trabajo es un pilar fundamental para la sociedad. Esto porque más allá de la necesidad de generar un ingreso, el trabajo es una fuente de integración social y la ocupación de una persona, en muchos casos, es parte importante de su identidad. Así, cualquier cambio en el mundo del trabajo trae consecuencias significativas en la vida de las personas.
Tipos de tecnologías con impacto en el mercado laboral
El Banco Interamericano de Desarrollo distingue dos tipos de tecnologías que impactan al mercado laboral:
• Tecnologías de Automatización: Son aquellas que permiten automatizar tareas que realizan las personas.
• Tecnologías de Intermediación: Son aquellas que tienen la capacidad de conectar la oferta con la demanda.
Desafíos para el mercado laboral
Los avances tecnológicos presentan importantes desafíos para los trabajadores, las empresas y el Estado.
Capacitación para la adaptación y/o reconversión: Muchas funciones serán automatizadas, sobre todo aquellas que son más repetitivas. La OCDE señala que nuestro país tiene en promedio un 52% de probabilidad de automatización de puestos de trabajo. También advierte que los trabajos de los sectores de agricultura, manufactura, transporte y mensajería son los que más riesgo de automatización presentan.
Para manejar los procesos automatizados es ineludible que las personas se encuentren debidamente capacitadas. Y, aquellas que queden fuera de este circuito, también deben ser capacitadas para lograr reinsertarse adecuadamente al mercado laboral.
Institucionalidad: Ésta no está preparada para adaptarse a los cambios tecnológicos con la rapidez que están evolucionando. En particular, para las tecnologías de intermediación aún hay puntos sin resolver.
Por ejemplo, respecto a las personas que trabajan con plataformas digitales (Uber, Cabify, Rappi entre otras) no existe consenso si hay o no relación laboral entre quienes realizan el trabajo y los dueños de la plataforma. No hay acuerdo sobre si estos trabajadores deben ser definidos como trabajadores dependientes asalariados o trabajadores independientes. Esta definición es relevante para determinar la participación en el sistema de seguridad social del país. Esto es: derechos y obligaciones de pensión, salud, accidentes del trabajo, licencia médica entre otras.
Oportunidades
La automatización presenta una innegable oportunidad de mejorar la productividad. De la misma manera, en la medida que los trabajadores se especialicen deberían ver reflejada la mayor productividad en mejoras salariales.
Las tecnologías de intermediación, también presentan ventajas. Una de ellas es la flexibilidad laboral que otorga, permitiendo a las personas balancear de mejor manera la vida laboral con la familiar.
Dicha flexibilidad no sólo otorga beneficios a quienes forman parte de la Fuerza Laboral Activa, sino que también abre la puerta a quienes estaban inactivos. Por ejemplo, permite que quienes tengan a su cuidado un niño o un adulto mayor, puedan dedicar algunas horas a ejercer este tipo de trabajo.
Conclusiones
La Cuarta Revolución Industrial, a diferencia de las anteriores, avanza a pasos agigantados. Si bien, puede parecer una amenaza para los trabajadores, no hay evidencia que demuestre que es así, por el contrario, para las Revoluciones Industriales anteriores se obtuvo una creación neta de empleos. Se debe estar consciente de los riesgos, para manejarlos adecuadamente, y de las oportunidades, para no dejarlas pasar.