Sueño con recuperar el respeto a los profesores y que estos se ganen el de los alumnos
Esfuerzo, disciplina, ternura, responsabilidad
Los chilenos hemos estallado en emociones desbordadas, dolor, indignación, entusiasmo, ira, incertidumbre y esperanza. Un cúmulo de sentimientos que nos llevan a preguntarnos cuál es el Chile que hemos construido y cuál es el que soñamos. Qué país posible estamos heredando a nuestros hijos, cómo superamos la fragmentación de anhelos e intereses, en qué punto convergemos. Necesitamos reaprender a vivir en comunidad, establecer los valores que nos guían. Esta crisis que vivimos es una gran oportunidad para superarnos, mirar más alto y establecer la ruta de nuestros sueños. Tenemos muchas carencias, pero la educación es lo estructural en una sociedad. Una educación al más alto estándar posible, desde la primera infancia para todos, debiese ser nuestro mayor afán. El impulsar a los niños y jóvenes a descubrir y desarrollar sus talentos en la libertad inherente a todo ser humano, esa es la mayor responsabilidad que tenemos, allí están los sueños, esa es nuestra esperanza. Ello implica resignificar el esfuerzo, la disciplina, la ternura, la responsabilidad, el aprendizaje, la alegría, y recuperar la capacidad de asombro, de descubrir y crear el mundo.
Sueño con un país generoso, y me refiero a que aprendamos a mirar la realidad del vecino, del barrio, de la comuna, del mendigo, del drogadicto, del que vive en campamentos. Sueño que trabajemos para evitar que niños lleguen a esa condición. Sueño ver replicada la obra de Felipe Berríos en miles de miles, en todo Chile. ¿Por qué tiene que ser un cura, por qué no se puede organizar una empresa o varias chicas con personas que tienen esa vocación? Sueño con un chile sin campamentos, con un Chile en el que pongamos el país y su gente por delante de los egoístas intereses personales, sueño recorrer nuestro país maravilloso, en paz con nosotros mismos. Sueño que todos tenemos un gesto amable, sueño que jamás tiraremos un papel de basura al suelo, que reconoceremos la sabiduría del adulto mayor, con la cooperación de la justicia, para terminar todo tipo de abusos; sueño con recuperar el respeto a los profesores y que estos se ganen el respeto de sus alumnos. Sueño con empresas públicas y privadas comprometidas, mucho más allá de la simple ayuda con cara de beneficencia. Sueño con un país donde cada uno, dependiendo de su vocación, pueda desarrollarse y emprender. Sueño con un país industrializado, agregando valor a nuestras materias primas, sueño con un país en que todos nos respetamos. Sueño con un Chile lindo, amigable y generoso.
Iván Simunovic
Empresario
Pamela Ramírez
Directora ejecutiva, Corporación Proa
"Sueño con empresas comprometidas, con un país industrializado, agregando valor a nuestras materias primas, sueño con un país en que todos nos respetamos. Sueño con un Chile lindo, amigable y generoso.
La educación como bandera
Fin de año y temporada de buenos deseos van juntos en el mismo paquete. Y en esto de no caer en el clásico balance desde una óptica aislada, hice una pregunta por redes sociales abierta a quien quisiera contestarla sobre el sueño que los inspiraría para este 2020. Opiniones que reviso nuevamente hoy, cuando reflexiono sobre el sueño que el país debería enarbolar como bandera. Una mejor educación aparece entre las respuestas más repetidas. Y no es de extrañar que los sueños acerca de lo que esperamos para el futuro coincidan. Como no, si la inteligencia colectiva siempre ha sido más sabia que las respuestas que emanan de estancos cerrados. Una mejor educación -que aparece también entre las principales preocupaciones de la última encuesta CEP- es por lejos la demanda más sentida, el sueño más anhelado y al mismo tiempo nuestra mayor utopía. Una mejor educación que no sólo proporcione las herramientas para disminuir la pobreza material, la exclusión y la inequidad social, sino que además nos permita a todos, disminuir la pobreza valórica en la que nos hemos sumido y que es tan importante revertir para salir adelante.
Mi sueño para Chile es dejar de lado la polarización, las trincheras y la división intolerante. Lo que debe primar es la mejor calidad de vida en un país que a fines de los 80 pidió democracia pero olvidó luchar por dignidad. En el Chile del futuro no debemos concebir localidades sin acceso a servicios básicos, ciudades segregadas entre ricos, pobres y poco accesibles a discapacitados, zonas sacrificadas por contaminación, con falta de justicia ambiental, adultos mayores sobrevivientes con miserables pensiones y un Estado que subsidia pero que, de lo que se hace cargo, lo hace insuficientemente. Salud, educación, sistema banco-financiero, transporte, empleo y pobreza han sido ampliamente discutidos en el tiempo y no mejoran ni por voluntad ni frases. La mirada es optimista si enfocamos nuestros esfuerzos en luchar por disminuir estas brechas. Si una Constitución nos colabora a ello, dejemos los miedos, pongamos cráneo y tiza para dialogar y materializar un país mejor.
Dejar de lado la polarización, las trincheras y la división intolerante
Víctor Silva,, No más quemas, Esther Croudo
Alianza Antofagasta
"En el Chile del futuro no debemos concebir localidades sin acceso a servicios básicos, ciudades segregadas entre ricos, pobres y poco accesibles
Sueño con un Chile capaz de entender su propia historia para no olvidar las lecciones
Sueño con una Nación enfocada en la construcción del bien común, no como un fin en sí mismo, sino a través del desarrollo del individuo, basado en el respeto y la valorización de la diversidad, con ciudadanos éticos que den paso a la conversación profunda y empática.
Sueño con un país donde el reduccionismo económico transite hacia el pensamiento, la filosofía y la educación cívica. Sueño con un Chile capaz de entender su propia historia para no olvidar las lecciones y proyectar el futuro de manera conjunta. Vivir en un país con alma.
La ciudad es la cancha que debemos urgente nivelar
Nuestras ciudades son la mayor expresión de desigualdad, exclusión, segregación y la mala distribución de oportunidades. El futuro y prosperidad de nuestro país dependerá de que tengamos regiones y ciudades más inclusivas, con instituciones mas participativas, culturalmente más tolerantes y diversas, ambientalmente mas sustentables, espacialmente mas integradas y eficientes, con espacios públicos que fomenten el encuentro y la convivencia de todos sin exclusión. La ciudad es la cancha que debemos urgente nivelar, para que sea un lugar donde se pueda acceder al mismo nivel de oportunidades, sin que éstas dependan del lugar donde nacimos. Pero sabemos que estos desafíos, por su complejidad, ya no dependerán de las habilidades o liderazgo de una persona o institución, sino de la capacidad de desarrollar acción colectiva donde todos los sectores: público, privado, la academia y la ciudadanía activa puedan contribuir. Por lo tanto, aspiro también a que podamos como sociedad aumentar y mejorar nuestra capacidad de articulación y diálogo, que nos permita escucharnos y reconocer al otro, que nos permita construir una visión compartida de país. Para alcanzar un paÍs mas próspero e integrado, es fundamental que prioricemos nuestros recursos y esfuerzos desde todos los sectores primero para mejor el clima de diálogo, aumentar los espacios de participación y enfrentar los desafíos de equidad especialmente en los sectores donde más se necesita.
Andrés Letelier,, Director ejecutivo Creo Antofagasta, José Antonio Díaz
Director Fundación Minera Escondida
"Sueño con un Chile capaz de entender su propia historia para no olvidar las lecciones". Nuestras ciudades son la mayor expresión de desigualdad, exclusión, segregación y la mala distribución de oportunidades. El futuro de nuestro país dependerá de tener regiones y ciudades más inclusivas".
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