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Alertas Ciudadanas

"A a través de ellas nos dicen en qué están fallando las empresas en distintos mercados". Marcelo Miranda, Director regional de Sernac
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Desde la entrada en vigencia de la nueva ley del Consumidor en marzo de 2019, el SERNAC dispuso la herramienta de "alertas ciudadanas" para detectar conductas de las empresas que pueden afectar los derechos de todos los consumidores, más allá de los casos particulares que se abordan con un reclamo.

Con esa información podemos detectar malas prácticas y tomar diversas acciones, como fiscalizar, abrir procedimientos Voluntarios Colectivos, interponer denuncias o demandas, u oficiar a las empresas para el ajuste de alguna práctica.

Lo entendemos como una verdadera fiscalización ciudadana donde las personas reportan a nuestro Servicio cualquier situación que afecte los derechos del consumidor. Por tanto, es una acción que apunta al bien común, porque los ciudadanos nos alertan para que hagamos algo que ayude a todos y no sólo a su caso particular como cuando se ingresa un reclamo.

Hasta la fecha, los consumidores han ingresado 2.159 alertas ciudadanas aludiendo a malas prácticas cometidas por 914 empresas a lo largo del país.

Al analizar los motivos de estas alertas, un 32% se refiere a incumplimientos de las condiciones ofrecidas por las empresas; seguida de casos relacionados con información y publicidad (26,5%); y, en tercer lugar, malas prácticas respecto de cobranzas extrajudiciales (6,5%). De ellos, el mercado del retail concentra el mayor número de alertas ciudadanas, seguidas del financiero y las telecomunicaciones.

Entre los ejemplos que han derivado en acciones concretas, se encuentra la alerta de ciudadana que reportó al SERNAC que una silla de retención infantil comercializada por la tienda Baby Infantil había sido alterada luego de obtener su acreditación.

Además, presentaba publicidad que podía inducir a error a los consumidores. Por lo que se decidió denunciar la situación ante los tribunales de justicia, solicitando, además del retiro del mercado del producto, las más altas multas contempladas en la normativa.

También se recibieron alertas respecto a dudas con los precios de las farmacias, lo que derivó en que el SERNAC desarrollara un cotizador para transparentar la información de los medicamentos y que los consumidores pudieran elegir la mejor opción.

En síntesis, las alertas ciudadanas son una forma efectiva para escuchar las necesidades de los ciudadanos, pues a través de ellas nos dicen en qué están fallando las empresas en distintos mercados. Es una manera en que los ciudadanos toman un rol más activo para exigir sus derechos.

Los consumidores pueden adjuntar fotos, pantallazos, videos o cualquier medio de prueba para que quede registro de la conducta que se busca reportar, por ejemplo, una oferta que no es tal, o un cartel que desinforma del derecho a garantía.

Para ingresar una alerta ciudadana los consumidores pueden hacerlo a través de www.sernac.cl, llamando al 800 700 100 o en las oficinas de atención del SERNAC.

Bailar

"El baile es voluntario, no un mero acto reflejo, en ningún caso un deber social". Héctor Martínez, Periodista
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Bailar es un acto voluntario liberador, no solo divierte sino que favorece la interacción social, se libera dopamina que inunda el cuerpo de una sensación placentera. Con el baile, presente en todas las culturas, se comunica, hay quienes se enamoraron bailando, lo que en ningún caso podría ocurrir en caso que bailar fuera forzado.

Aunque se haya nacido con dos pies izquierdo y, a riesgo de pisar callos, todos más de alguna vez hemos bailado, ya sea un Vals, Bolero, Foxtrot, Charleston, Twist, Disco, Rock, Hip- Hop, Reggae o Reggaeton. En los sesenta se bailaba a Go-Go, en los 80, el de los que sobran era furor, incluso hasta hoy, pero también perdura el Corrido mexicano y hace unos años llegó la Cumbia villera. Se baila a cualquier día y hora, por más que John Travolta, prefiera de manera febril hacerlo el "sábado por la noche"; se baila también en el trabajo, como pausa activa.

Si hasta Nosferatu bailaba, claro está que "La Danza de los vampiros"; Elvis movió la pelvis y Michael Jackson, como eximio bailarín, impuso el "Paso lunar".

Se puede bailar de manera colectiva, en masa, o individual, ya sea en una pista de baile o, como Miguel Mateos, con la sombra en la pared. Si uno es tímido, bailará en la ducha, o como Billy Idol consigo mismo, ahora si se atreve a romper barreras a lo Gene Kelly, bajo la lluvia.

Pero también para recordar a un ser desaparecido, como Sola Sierra cuando bailaba "La cueca sola" o para denunciar una injusticia como lo hacen "Lastesis". Aunque no todo baile es inocente, hubo uno que tuvo un fin innoble, el de Salomé, que con su danza obtuvo en bandeja de plata la cabeza de Juan el Bautista. Mas cualquiera sea el baile, siempre debe estar presente el hecho de querer bailar.

Como no bailo mucho, más bien nada, ojalá nunca me ocurra toparme en medio de la calle con una barricada, deba bajarme del auto y forzado a bailar. Si ello acontece recordaría lo que hizo el bailarín Rudy Nureyev, cuando en el aeropuerto de París corrió y saltó la barrera de la zona de seguridad, para desertar de la Unión Soviética, pedir asilo en Francia y lograr su libertad; por cierto que no lo imitaría, bailo poco, menos sé pasos de ballet, no soy tártaro y tengo miedo que me pueda fracturar, lo más sano, entonces, sería dejar el auto y ponerme a caminar.

Ahora bien, si alguien piensa que para conducir un vehículo se requiera bailar, debiera ser entonces requisito para sacar licencia de conducir. Para promover la regionalización en La Araucanía los conductores bailarían Purrún; en Magallanes, Cueca chilota y en el Norte Grande, Trote nortino.

Pero sería un desastre, porque el baile es voluntario, no un mero acto reflejo, en ningún caso un deber social, menos, entonces, si voy conduciendo un vehículo alguien tiene el derecho de obligarme a bailar para dejarme pasar, porque hacerlo a la fuerza, es del todo contrario a la esencia de bailar.

Los medios de comunicación

Los ataques recibidos por diarios, televisión, radios y otros medios, son una muy mala y peligrosa señal para la democracia. El periodismo debe ser libre. Son los medios formales los que han destapado casos de corrupción; no hay ningún asunto relevante que no se haya tocado, evitado o censurado, tal como algunos quieren hacerlo ver.
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El derrumbe de las instituciones ha afectado también a los medios, en especial a la televisión. Estos son observados por parte de la población como entes que tergiversan o manipulan los hechos.

El avance de la democracia y las redes sociales hace que un ejercicio de ese tipo sea casi imposible, en el entendido de que la contrastación de hechos proviene de distintas fuentes. Vivimos en una sociedad más transparente. No se trata de establecer verdades, sino de entregar la mayor cantidad de elementos a las audiencias para que estas se formen una opinión lo más amplia posible y así acercarse a la verdad.

Estos días se han observado ataques a distintos medios, radiales, televisivos y escritos: los más graves afectaron a El Mercurio de Valparaíso, el diario de habla hispana más antiguo del planeta y el Líder de San Antonio.

Vándalos provocaron un incendio y provocaron destrozos que no pueden tener justificación.

Algo similar ocurrió con El Mercurio de Antofagasta el pasado 13 de enero.

En todos los casos, había personas al interior de los inmuebles. Seres humanos que son padres, madres, hijos, hijas, hermanos, abuelos, nietos; tienen amistades, sueños y vidas por desarrollar. Pero lamentablemente, para unos pocos que hacen muchísimo daño, la vida humana tiene distintos pesos, dependiendo si se trata de quienes piensan igual a ellos.

Los medios apoyan la democracia, alientan el diálogo, no avalan la violencia y no pueden trabajar con tranquilidad si eso no se comprende y se acepta como un absoluto. Necesitan libertad, lo que no significa ausencia de responsabilidad, en absoluto.

Son los medios formales los que han destapado casos de corrupción; no hay ningún asunto relevante que no se haya tocado, evitado o censurado, tal como algunos quieren hacerlo ver. Y ciertamente han ayudado al levantamiento del país en cada instancia crítica, siempre han estado comprometidos con el desarrollo de la nación.

Pueden -podemos mejorar- claro que sí, y para eso necesitamos de la participación activa, democrática e informada de la sociedad.

Sin prensa libre no hay información ni democracia.