El informe de Cuentas Nacionales por Sector Institucional del Banco Central, correspondiente al tercer trimestre de 2019, reveló que la deuda de los hogares chilenos continúa al alza y que tocó un nuevo máximo histórico.

Así, de acuerdo al documento publicado, el ente rector consignó que el stock de deuda que presentaron las familias equivale al 75% del ingreso disponible, 0,7 puntos porcentuales más que lo registrado en el trimestre anterior y 2,9 puntos respecto al mismo periodo de 2018.

Paralelamente, según el último informe de la Universidad San Sebastián y Equifax, son 4.733.305 las personas mayores de 18 años que mantienen al menos una deuda. Un 58% de estas corresponden a deudas con bancos, mientras la morosidad aumentó en el último trimestre de 2019 según el mismo informe.

El tema es económico, pero tiene enormes consecuencias políticas, tal como lo hemos visto en la crisis social, pues buena parte del estallido está explicado por el incremento de la deuda, de los servicios básicos y el menor desarrollo de los salarios.

De acuerdo al análisis del Central, el principal componente de la deuda de los hogares son los préstamos bancarios hipotecarios.

Respecto al ingreso disponible bruto de los hogares chilenos, este creció un 5,8% respecto al tercer trimestre de 2018, "principalmente incidido por las rentas de la producción (salarios e ingresos de trabajadores independientes) y de la propiedad (retiro de utilidades e intereses)".

Es obvio que la complejidad del asunto hace muy difícil la disposición de soluciones, que ciertamente no vendrán desde el nivel central.

Ante eso, el llamado es a la prudencia de las personas, a tener un comportamiento sensato y educado respecto del manejo del crédito y las deudas. La mayoría de las compras son impulsivas, cuestión que debe superarse, indagando en detalles que no son menores: hay que comparar precios, preguntar por el costo de la deuda y ojalá exigir el detalle del monto a pagar.

El crédito es una buena alternativa para acceder a muchos bienes, pero todo exige mucha información para una correcta toma de decisiones.

La Corporación Nacional Forestal tiene presencia en la Región de Antofagasta desde hace unas tres décadas. No obstante ello, es frecuente oír de nuestros interlocutores preguntas como ¿qué hace Conaf en el desierto más árido del mundo? ¿Tenemos bosques en Antofagasta?

Si bien estamos emplazados en medio del Desierto de Atacama, contamos con un importante patrimonio natural compuesto de especies arbóreas, arbustivas y florales de carácter nativas e inclusive podemos observar expresión de algunos oasis de bosques espinosos principalmente en San Pedro de Atacama, Quillagua y alrededores de Calama.

Algarrobo, Chañar, Tamarugo, Queñoa son algunos árboles nativos de nuestra zona; a ellos también podemos sumar el Pimiento, árbol que ha logrado adaptarse a situaciones extremas como el estrés hídrico y que fuere introducido en nuestro territorio durante el Imperio Inca hace varios siglos.

Más hacia el sur, en Taltal y alrededores, contamos con pisos vegetacionales compuestos de formaciones xerofíticas, arbustivas y suculentas con una riqueza en flora endémica de tal magnitud que podríamos considerarla como "el Jardín del Norte de Chile" donde hay presencia de especies de flora como la Dalea Azurea o cactáceas como la Copiapoa Atacamensis, estas últimas en peligro de conservación o en estado vulnerable.

Es en este escenario que como Conaf, a través de nuestro Departamento de Fiscalización Forestal y Evaluación Ambiental, llevamos a cabo el diseño, seguimiento y evaluación de diversas estrategias y acciones destinadas a la protección de este patrimonio ambiental asegurándonos a través de fiscalizaciones en terreno apoyados por última tecnología el que estas malas prácticas vayan en franca retirada y potenciar así nuestra vegetación nativa.

Existen cuerpos normativos que resguardan este importante patrimonio natural, no obstante ello estamos conscientes que la legislación vigente en cuanto a la aplicación de sanciones no se adapta a la realidad de la macrozona norte de Chile pues gran parte de las leyes, decretos y reglamentos están creados tomando en consideración la realidad de las regiones del centro y sur del país.

Es imperativo actualizar este sistema de normas y nuestra Corporación, como entidad con los conocimientos técnicos en la materia ha tomado el guante y desde hace un tiempo nos estamos ocupando de ello trabajando en propuestas de agregación de especies de flora a decretos que regulan la materia y en una Política Forestal con enfoque verdaderamente representativo de nuestro Norte de Chile y así continuar fortaleciendo nuestras labores de protección evitando y sancionando de manera ejemplar todo tipo de acciones que atenten en contra del patrimonio forestal y florístico tan frágil y exquisito con el que cuenta nuestra Región de Antofagasta.