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Mercado de la entretención

El análisis a los reclamos en este rubro confirma un aumento de un 74%, casi 6 mil reclamos más, que el año 2019. Marcelo Miranda, Director regional del Sernac
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El Sernac realizó una radiografía de los reclamos del mercado de la entretención con el fin de transparentar los problemas, conocer el nivel de respuesta y promover mejores prácticas.

El análisis confirma un aumento de un 74% de los reclamos; casi 6 mil reclamos el año 2019.

El 56,8% de los reclamos se concentra en "Producción de eventos", lo segundo más reclamado son "Ticketeras" con un 21,2%, y finalmente lo relacionado con "Cine" con el 12,9%.

Los consumidores se quejan de conciertos, eventos o funciones suspendidas, que no les devuelven el precio de la entrada, eventos que no cumplen los horarios o las condiciones prometidas, entre otros.

La investigación reveló que este mercado es el que menos responde. De hecho, un 60% de este tipo de reclamos ni siquiera son respondidos por las empresas y un 24% entregan una respuesta negativa al consumidor.

Es decir, en más del 80% de los casos las empresas de este rubro no entregan una solución al consumidor. Sólo en un 16,5% la empresa acogió el reclamo.

Es preocupante que este mercado sea uno de los que peor comportamiento de respuesta tiene. Más de la mitad de los reclamos ni siquiera son respondidos que es lo mínimo que espera un consumidor cuando tiene un problema.

Por ello, el Sernac durante el pasado año, presentó dos demandas colectivas, 18 denuncias de interés general y aperturó procedimientos voluntarios colectivos en contra de productoras, empresas de espectáculos y ticketeras por diversos incumplimientos.

Las empresas del mercado de la entretención deben comprender que cuando un consumidor adquiere un ticket o entrada -generalmente con precios altos-, suelen haber expectativas y emociones involucradas.

El consumidor va a ver a su artista favorito o a pasar un momento agradable que se transforma en un dolor de cabeza cuando la empresa no cumple.

Un evento, una fiesta o un concierto son momentos únicos e irrepetibles, por lo que las empresas deben ser profesionales, con altos estándares y responder cuando no cumplen lo esperado.

La ley es clara, ante la suspensión del espectáculo, el cambio de las condiciones contratadas o incumplimientos, los consumidores tienen derecho a que se devuelva todo lo pagado, incluyendo el cargo por servicio y también a ser indemnizados por el daño que la situación de incumplimiento les haya causado.

Es de esperar que las empresas de este rubro mejoren su estándar de respuesta y vean en los reclamos una oportunidad de perfeccionar sus procesos.

Palabra de poeta

"Por lo mismo, falta la voz lúcida y de vívida experiencia, de un poeta. Una voz amable".
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Hace prácticamente 100 días que hemos estado viviendo en un delirio de fuego y de movilizaciones. De dolores incontenibles que han salido a la luz pública y que se han expresado en las calles. De malestares sociales que han sido comentados por un sinnúmero de personajes, estudiosos, columnistas, políticos, cientistas y otras personalidades de afanes similares.

Sin embargo, yo, extraño la voz de los escritores. Voces estéticas. Sin sesgos. Pero, fundamentalmente, extraño la voz de los poetas. Voces bellas y puras. De aquellos que trabajan la palabra de manera elegante, sensible y creativa. Echo de menos la palabra de esas personas que son casi videntes y que descubren de manera transparente la respiración de la sociedad. Es lo que se dice.

En la belleza de las palabras, hace algunos años, mejor dicho, siglos, un poeta persa, llamado Omar Khayyam, escribió a propósito de sensibilidades que "el hombre que conoce la grandeza (…) no siembra en su corazón los granos del terror y de la imploración". Y agregaba: "si quieres conocer la paz, la serenidad, vuelve los ojos a los desheredados de la tierra, a los que gimen en el infortunio".

Qué situación más infortunada, para la población, por ejemplo, tener enfermedades complejas, en este país, y no ser cubiertos por el sistema de salud. O, sufrir anhelantes por una oportunidad, independiente de la especificidad, y que aquella jamás aparezca.

¿Cuál es nuestro tesoro, entonces, en esta sociedad? ¿El ser humano? ¿O los edificios, las infraestructuras, los documentos? A decir, verdad, un poeta diría con absoluta claridad: el ser humano, la persona (aunque esta palabra signifique "máscara"). Porque, como alguien escribió "si el país no prospera, el pueblo se vuelve indócil".

Por lo mismo, falta la voz lúcida y de vívida experiencia, de un poeta. Una voz amable hacia lo que sucede en este estallido ciudadano, pero que bien expresada de manera escrita, alcanza una verdad suprema en el ánimo. Se extraña una palabra poética al servicio de un arte estético, pero también de carácter social, para calibrar, lo que nos sucede.

De otras muchas cosas podrán referirse un sinnúmero de personas. Y puede estar bien, en la generalidad. Así lo han realizado, varios, en distintos medios durante estos tres meses. Bienvenidos los análisis y las ductilidades de los pareceres, aunque en blandas seducciones. Pero, si como sociedad seguimos estancados y no damos con las respuestas adecuadas y con visión humanista, entonces, entreguemos la opción a un poeta. Después de todo, también ¿qué ha quedado de ese tremendo vigor poético, en la sociedad, cuando nos ha enmudecido el sentimiento?

Francisco Javier Villegas

Doctor en Didáctica

Una universidad estatal para Calama

Por décadas ha sido un tema presente entre la autoridades y la comunidad, pero nunca se ha concretado un proyecto que sea verdaderamente viable. La alianza entre Bienes Nacionales y la UCN llega en un momento preciso y particular. Cuando la necesidad se hace patente y se está dispuesto a responder a una demanda de décadas.
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Contar con una universidad estatal en Calama, debe ser una de las aspiraciones más sentidas por la comunidad calameña. Al menos eso es lo que se refleja cada vez que se presenta la oportunidad de sugerir proyectos para la ciudad. Y sus antiguos habitantes son conscientes que por lo menos hace cinco décadas que se plantea esta posibilidad, se logran mínimos avances y luego todo se olvida, queda en nada.

Quizás la razón más recurrida para desechar la idea que una casa de estudios, de las tradicionales, decida instalarse en la comuna es la exigua matrícula para la educación superior y que el interés de los jóvenes calameños es ir a otras ciudades a continuar sus estudios, una vez que concluyen la secundaria.

Son argumentos al menos discutibles, porque los jóvenes de hoy y los de ayer siempre demostraron interés por quedarse en la zona, pero la falta de oportunidades los hacía mirar más allá de las fronteras comunales.

Y ello se corrobora, incluso en las manifestaciones realizadas tras el estallido social, entre las demandas locales estaba la universidad para El Loa. Los carteles y la declaraciones públicas así lo comprobaban.

Entonces, la alianza entre Bienes Nacionales y la UCN llega en un momento preciso y particular. Cuando la necesidad se hace patente y se está dispuesto a responder.

La seremi de Bienes Nacionales, Tamara Aguilera, fue clara en comentar que como repartición pública están comprometidas con el proyecto de universidad para Calama y que dispondrán de un terreno, ubicado en el sector Topáter, para su concreción. Ofrecimiento que junto a la diputada Paulina Núñez, presentaron las autoridades de la UCN, institución que deberá resolver internamente el volumen de la inversión y los recursos que se requieren para ejecutarlo, y presentarlos al Consejo de Rectores del Cruch.

Es un importante avance, quizás tan similar al de la primera piedra puesta en el sector Las Vegas a inicios de los '90, y dependerá mucho de las gestiones que puedan seguir encabezando la parlamentaria y la seremi.

Contar con un terreno es un gran avance, pero se requiere de más y ello lo saben las universidades, institutos y CFTs que hoy están y son los que aportan a la educación superior de la ciudad.