La defensa penal en tiempos de COVID-19
"Hemos seguido cumpliendo también nuestra función con el esmero y profesionalismo de siempre".
En el tiempo se han sucedido muchas plagas y pestes. En esta segunda década del siglo XXI en que nos creíamos invulnerables llegó el COVID-19 a alterar sensiblemente nuestra cotidianidad. La OMS la declaró pandemia, lo que da cuenta de su impacto global. Todo ha sido afectado por su pesada sombra: mercados, instituciones, sistemas educativos, sistemas de salud, etc.
Son días complejos. Más de alguien ha dicho que está en juego la supervivencia. Puede ser que de algún modo importante nada vuelva a ser como era antes. Son días complejos porque son días en que la incertidumbre se ha instalado. ¿Quién puede decir con certeza cuánto durará esta "crisis sanitaria"?
En tiempos difíciles es encomiable el esfuerzo que todo el personal de salud hace para seguir cumpliendo sus funciones. Así como ellos muchos otros trabajadores de este país siguen saliendo de sus casas para cumplir sus roles. ¿Ha pensado Usted que pasaría en cada una de nuestras ciudades si no hubiese alguien que saliese todos los días a retirar sus desechos, a transportar alimentos, a reparar desperfectos eléctricos? Son tareas imprescindibles. Son personas imprescindibles.
Estos días han sido también difíciles para la defensa penal. Nuestra tarea se desarrolla en oficinas, comisarías, tribunales y cárceles. Lugares en que se congrega mucha gente. Hemos seguido cumpliendo también nuestra función con el esmero y profesionalismo de siempre. No obstante, hemos tomado decisiones que van en la línea de privilegiar la atención remota de público, a fin de contribuir a evitar la propagación del virus. Hoy el trabajo a distancia, gracias al avance tecnológico, es una posibilidad en áreas como la nuestra. Por ello, estamos realizando desde la semana pasada entrevistas telefónicas o videoconferencias con nuestros usuarios privados de libertad. Y seguiremos en las que vienen
Sin embargo, la atención en tribunales es un punto crítico en nuestro trabajo, pues exige el desplazamiento de muchas personas, lo que en un escenario de recrudecimiento del COVID-19 es una fuente de riesgo para usuarios, defensores/as, fiscales y jueces. Nos estamos preparando para ello, explorando y probando la realización de audiencias a través de videoconferencia que exijan el mínimo traslado y, con ello, generen el mínimo riesgo. Ésta forma de trabajo exige, en todo caso, contar con los antecedentes que permiten la imputación que se hace a una persona y la entrevista previa a ésta.
Nuestro compromiso en estos aciagos días es seguir cumpliendo nuestra función legal, sin exponer innecesariamente a nuestros compañeros y compañeras de trabajo. Estamos seguros que "Sin Defensa no hay Justicia", pero que sin defensores no hay defensa posible.
Ignacio Barrientos Pardo
Defensor Regional de Antofagasta