La tormenta perfecta
Estamos enfrentando cuatro crisis simultáneamente: las crisis hídrica, la social, la económica y la sanitaria por la pandemia; en un ambiente económico mundial en caída libre hacia la recesión, lo que golpeará la calidad de vida de los chilenos en los próximos meses e incluso años.
En medio de esta "tormenta perfecta" nuestros políticos persisten en continuar con un proceso constituyente que en nada aporta a contener y superar estas crisis, toda vez que la satisfacción de las demandas ciudadanas, la contención de los efectos de las crisis y la superación de sus estragos, se logran mediante leyes comunes, bajo el marco de la actual Constitución, que ha demostrado ser adecuada para superar emergencias y catástrofes; por el contrario, lo dificultarán al generar incertidumbre y comprometer esfuerzos legislativos y cerca de $ 200.000.000.000 en el proceso, que resultan más necesarios para superar las crisis.
El proceso constituyente pretendido ca debe ser suspendido, ya que obedece a una lucha político-ideológica y en nada práctico aporta al país; por el contrario lo perjudica en las condiciones actuales. De persistir los políticos en este innecesario proceso constituyente evidenciarán un egoísmo repudiable y se verán cada vez más alejados del sentir de sus votantes.
Pedro Urrutia Bunster
Respuesta
Don Pablo Manterola ha hecho en estas páginas una impecable y convincente exposición de lo que sería el riesgo de "tirar a la chuña" los derechos sociales. El meollo de esta exposición está en el cómo se hacen realidad los derechos constitucionales, algo que debe garantizar la política, y no los tribunales, donde tales derechos terminarían como él señala.
Don Pablo toca sensibilidad técnica cuando se pregunta qué es una "vivienda digna", una pregunta que en Chile los arquitectos nos venimos haciendo desde hace 100 años, siempre poniéndola en la perspectiva del costo, del impacto urbanístico, los recursos financieros, la materialidad, las distintas formas que adopta el déficit habitacional, etc.
En el camino hemos advertido que, por un lado están los legítimos derechos de los ciudadanos, con sus implicancias judiciales y políticas, y del otro, la objetiva capacidad del país para producir viviendas en cantidades suficientes como para reducir el déficit.
El grueso de la producción de viviendas de interés social hoy se adjudica a los beneficiarios mediante procesos institucionales complejos, que buscan precisamente evitar el "tirar a la chuña las casas". Pero, el problema no está allí sino en nuestras carencias como país: virtual ausencia de planificación urbana, inexistencia de políticas que desincentiven la emigración a una Región Metropolitana cuyo "costo de operación" debilita las economías regionales, pocos recursos financieros para sacar provecho de nuestra capacidad de producción y muchos otros factores que impiden un manejo estratégico del déficit habitacional, algo que tampoco puede resolverse en tribunales y requiere compromiso del Estado y de la política que lo timonea.
Juan Enrique Pimentel Bunting
Coronavirus I
El corona virus no acabará con ningún político en nuestro país porque si en algo son buenos estos señores y distinguidas damas es en lavarse las manos.
Mauricio Pilleux Dresdner
Coronavirus II
Leí un meme que decía más o menos así: Para salvarnos, no hay que hacer nada, salvo quedarnos en casa. Ni siquiera eso pueden hacer algunos idiotas, de los que tanto abundan en nuestro país.
Andrea González P.
Legitimidad
La medida adoptada por algunos alcaldes, de gestar cierres comunales, no posee ni pies ni cabeza.
No solo no tienen las competencias para realizar aquello -pues restringir la libertad de desplazamiento depende del presidente o de los jefes de defensa nacional de cada región en el contexto de un estado de excepción-, sino que es una medida que también carece de absoluto realismo. Ello en razón de que, desde octubre a la fecha, vemos una profunda anomia y falta de legitimidad en las decisiones.
¿Qué hace pensar que una medida como esa hará que la gente se quede en la casa por arte de magia? Las personas deben asumir el impacto de la crisis sanitaria que enfrentamos y, a partir de allí, seguir al pie de la letra las disposiciones que la autoridad de salud indique.
El importante grado de consciencia ante el fenómeno y el convencimiento propio de seguir en la senda de la prevención son factores sumamente determinantes y que no podemos soslayar.
José Luis Trevia