Con una videollamada a cuatro personas y transmitida por televisión, el Presidente Sebastián Piñera promulgó ayer la ley que regula el trabajo a distancia o teletrabajo, que pretende "dar más oportunidades y más libertad" a quienes integran la fuerza laboral, sin que esto represente una merma en sus ingresos.
"Este proyecto lo que busca es darle más oportunidades y más libertad a los trabajadores chilenos, y va a ser muy útil para todos, pero especialmente para las mujeres, los jóvenes y los adultos mayores", dijo el Mandatario en la videoconferencia donde también participó la ministra del Trabajo, María José Zaldívar.
La nueva normativa, explicó Piñera, "no pretende precarizar o debilitar los derechos de los trabajadores", sino que "lo que busca es que respetemos las preferencias que libremente adopten los trabajadores, cualquier modalidad de teletrabajo o trabajo a distancia necesita un acuerdo, entre los empleadores y los trabajadores. Por tanto, nada se hace sin la voluntad libre o soberana de cada trabajador".
"En cualquier momento un trabajador puede ponerle término a esta modalidad de teletrabajo o trabajo a distancia, y volver a las condiciones de su trabajo original", detalló el Presidente, agregando que "estamos contentos, porque además viene en un momento muy oportuno, porque (...) nos va a permitir protegernos mejor de esta pandemia del coronavirus".
12 horas desconectado
La ministra del Trabajo explicó que al adoptar esta modalidad laboral, las remuneraciones deben mantenerse tal como fueron acordadas previamente, y "todo lo que tiene que ver con los insumos, con el computador, con la impresora, con el Internet, es de cargo del empleador y eso queda ahora claramente establecido".
En cuanto al tiempo, Zaldívar dijo que se puede "mantener la misma jornada que tenía en su lugar de trabajo, o optar por tener una jornada flexible, pero garantizando siempre 12 horas de desconexión".
La nueva ley indica además que el trabajador y el empleador deben acordar en el contrato, o en un anexo, cómo se desarrollará el trabajo no presencial.
La normativa fue impulsada por el Mandatario en su primera administración, para compatibilizar la adaptabilidad espacio-temporal que requieren varias nuevas formas de contratación con los derechos que garantiza un contrato.