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Hábitos saludables en esta cuarentena

"Enfoquémonos en la mejor forma de sobrellevar este periodo por la salud mental de adultos y niños"
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Lo impensado llego para quedarse, con esta cuarentena que estamos viviendo todos, lo más saludable es no resistirnos, es lo que nos está tocando vivir y debemos enfocarnos en sobrellevarlo de la mejor forma, sobre todo por la salud mental tanto de nosotros como adultos, como también de los niños, y la mejor forma de hacerlo es mediante la formulación de un horario, dejando tiempo tanto para la diversión, la ejercitación física, como también para el estudio.

¡Hay tiempo para todo! Si, exactamente ahora que estamos en esta cuarentena obligada veámoslo como una oportunidad de hacer todas esas cosas que poníamos en segundo y quizás hasta en tercer lugar de importancia, y no sucumbamos a lo más fácil que es pasar todo el día pegado en la televisión o viendo series de Netflix, si tenemos mucho tiempo pensemos en algo que nos gustaría aprender y aprovechemos el internet para aprender lo que siempre quisimos, pero que quizás por falta de tiempo no pudimos.

Para las personas que están en teletrabajo quizás hasta es más estresante llevar esto desde el hogar, tomando en cuenta el cuidado de los hijos y las obligaciones que se deben llevar a cabo cuando estás en casa, para esto obvio que en el principio será más difícil, pero al ir acomodando, ir también aceptando esta nueva forma de vida y también al ir organizando todo, con el pasar de los días todo se hará más fácil, todo siempre depende de cómo veamos las situaciones, si lo vemos desde un punto de vista negativo, nos costara más aun el poder acostumbrarnos y llevarlo de la mejor manera, por lo que el pensamiento positivo es primordial en todo este proceso.

Bueno por el momento seguimos en cuarentena y seguiremos por lo visto, lo más importante en este momento es la salud, no arriesgarse innecesariamente y tratar de alimentarnos de forma saludable para subir las defensas, realizar ejercicios en casa aunque sea 15 minutos, hay muchos tutoriales en internet, tratemos de hacernos una rutina y de mano de esta cuarentena tratar de formar hábitos saludables tanto para nosotros como para nuestros hijos.

Espero que pronto salgamos de esta situación y salgamos fortalecidos, con mejores lazos familiares, con una mejor conciencia social y ambiental, y por sobre todo siendo mejor personas, recuerda vivir el presente y aprovecharlo al máximo, hoy más que nunca el futuro es incierto. Abrazos.

Patricia Canales Rojel

Psicopedagoga

Las instituciones funcionarían, si quisiéramos

"Las instituciones funcionan solo si estamos de acuerdo en que funcionen. ¿Estamos de acuerdo?". Pablo Manterola Domínguez, Facultad de Ciencias Jurídicas UCN
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El exPresidente Ricardo Lagos dijo alguna vez que "en Chile, las instituciones funcionan". No es una trivialidad: las instituciones podrían no funcionar, pues ninguna regla escrita tiene vida si no hay personas dispuestas a darle cumplimiento, aunque ella amenace con las penas del infierno. Las instrucciones pueden indicar lo contrario, pero nada me impide utilizar el alicate como un martillo o el desatornillador como un formón. Sin embargo, así no duran mucho las herramientas.

Se observa en Chile cierto deterioro de nuestra institucionalidad, anterior al 18 de octubre pasado. Hay varios ejemplos, como la acusación constitucional esgrimida por algunos diputados en contra de una ministra, por no haber ejecutado el presupuesto anual… de un año que no había finalizado (rechazada el 1º de octubre).

Antes había sido empleada contra jueces de la Corte Suprema, por aplicar leyes dictadas por el propio Congreso (rechazada el 13 de septiembre, por poquito). Siempre hubo algún abogado dispuesto a sacarse de la manga una tinterillada (la más notable son las "mutaciones constitucionales", estilo X-Men). La Corte Suprema no puede quejarse de esta subversión de las instituciones, pues ella misma traspasó su competencia al revisar, mediante un recurso de protección, la constitucionalidad de una sentencia ¡del Tribunal Constitucional! (7 de octubre, y esta vez con éxito). Tenía argumentos, pues el papel lo aguanta todo.

Los acontecimientos posteriores al 18 de octubre crearon un contexto adecuado para profundizar la crisis de las instituciones: piénsese en las sentencias que ordenaron a Carabineros prescindir de los rifles antidisturbios (jueces diseñando políticas públicas), o en la idea del senador Alejandro Guillier de declarar inhábil al Presidente Sebastián Piñera (el profesor Corral ha recordado que esta estrategia también fue sugerida en 1973).

Y la actual crisis sanitaria ofrece nuevos ejemplos de subversión institucional: el decreto de cierre de malls que emitieron algunos alcaldes en exceso de sus atribuciones, o el recurso de protección presentado ante la Corte de Apelaciones de Valparaíso para exigir que se ordene una cuarentena (ofreciéndole una oportunidad de caer en activismo judicial: veremos en qué queda esto).

No se trata de que esas medidas sean o no convenientes o incluso necesarias; los hechos han confirmado la oportunidad de algunas, mientras que otras se manifiestan desacertadas.

El verdadero problema es que se utilicen (o se proponga utilizar) instituciones que tienen un fin, con el objeto de alcanzar otro fin totalmente distinto -y obtener, de pasada, un rédito político-. Usar, a sabiendas, el alicate como martillo (o el martillo como arma electoral).

El asunto es especialmente delicado durante este 2020, pues no tiene objeto alguno que discutamos la conveniencia de redactar una nueva Constitución, si luego vamos a prescindir olímpicamente de ella; antes, es preciso ponernos de acuerdo en que habrá de ser respetada, nos convenga o no. Las instituciones funcionan solo si estamos de acuerdo en que funcionen. ¿Estamos de acuerdo?

Un invierno muy oscuro y difícil

La velocidad y profundidad del avance del coronavirus encontró al mundo de sorpresa y más deteriorado a Chile que suma cinco meses de crisis social. Distintos países y organismos internacionales están dando cuenta de las complicaciones económicas que acarreará la pandemia. Los efectos recién los estamos sintiendo en Chile.
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Todo indica que los efectos de la pandemia de COVID-19 durarán varios meses. En especial en el Hemisferio sur, donde recién comenzamos el período otoño e invierno por los siguientes seis meses.

Este será un lapso complicado desde el punto de vista sanitario y económico. Ya estamos viendo el despido de muchos trabajadores, recortes salariales importantes y otras medidas que apuntan a que distintas compañías sean viables financieramente.

Las razones son obvias: miles de emprendimientos en el país, millones es el mundo, son golpeados por las necesarias restricciones de operación. El comercio -altamente intensivo en el uso de mano de obra- es uno de los más afectados, peor aún considerando el detrimento que ya presentaba por la violencia que caracterizó parte de la crisis social desatada a partir del pasado 18 de octubre.

Esta no es una crisis cualquiera, es un problema mayúsculo, tremendamente difícil de abordar y muy desafiante por lo inédito en tiempos modernos.

Ante eso, todas las medidas de ayuda para la población se hacen muy necesarias. El país comenzó a debatir la posibilidad de suspender el pago de servicios básicos como agua y electricidad (y por qué no la telefonía e internet), reponerlo en aquellos casos de corte existente, en especial el agua, porque la magnitud del fenómeno puede ser inmanejable para muchas personas y familias.

El gobierno hizo ayer anuncios en ese sentido, lo que podría entenderse como un primer paso y no como el final de las disposiciones que se consideran.

Lo mismo con las instituciones financieras, que, si bien han dispuesto algunos beneficios, deben estar disponibles para mejorar más la oferta presentada a los mercados.

No pretende este escrito dibujar un escenario pesimista, menos gatillar una profecía autocumplida, sino dejar en claro que Chile entero debe tomar consciencia de esta nueva realidad que ya ha parado buena parte de la actividad productiva del mundo en los cinco continentes.

Serán semanas y meses cuesta arriba que exigirán esfuerzo, paciencia y buen ánimo.