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La "primera línea" calameña contra el COVID-19 relata cuál es su diario vivir con esta pandemia

TRABAJADORES DE LA SALUD. Al igual que en el resto del mundo, cumplen intensos turnos y resguardados con el máximo de implementos para no contagiarse. Algunos de ellos, han debido hasta cambiarse de casa, para no llevar el virus a su hogar.
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Katherine Jofré S.

Temor, tensión y mucha incertidumbre, es lo que se vive a diario en los pasillos de Urgencia del Hospital Carlos Cisternas de Calama. Es ahí donde llegan en cada momento, personas con distintas patologías, entre ellas, la más letal de los últimos tiempos: el coronavirus. Los pacientes se categorizar por síntomas, para que posteriormente sean derivados a diferentes áreas. La labor es ardua para todos estos funcionarios de la salud, que se ven enfrentados a diario con esta nueva pandemia. Nos contaron de sus miedos, anécdotas y también esperanza.

Alina Pava, de 37 años, es enfermera de Urgencia de este recinto hospitalario y recordó emocionada aquellos días en que se levantaba junto a sus dos hijos pequeños a eso de las 5 de la mañana, para vestirlos, darles desayuno y llevarlos a la escuela, para luego dirigirse a su turno de trabajo.

Una situación que quedó completamente detenida, desde que apareció el temido COVID-19. Atrás quedaron esas risas mañaneras, incluso se tuvo que cambiar de casa para evitar que los pequeños se contagiaran y ahora vive en un intenso aislamiento social, producto que sus vecinos indirectamente la rechazan por ser funcionaria de salud.

"Esto nos ha golpeado anímicamente a todos. Hay una gran parte de la población que por estos días nos respeta mucho, pero hay otra que sin mentir, nos mira como bichos raros, solo por saber en qué trabajamos. Todos los días, cuando salgo de mi casa y bajo las escaleras, voy escuchando que a mi paso el spray que van tirando los vecinos, es una situación que desgarra el alma, porque yo no los conozco y ellos tampoco, pero sin conocerme me sienten un peligro", explicó la trabajadora.

Con un nudo en la garganta, explicó que lo que más le ha costado en este tiempo, fue alejarse de sus hijos de 7 y 10 años por prevención. Todo por que tiene terror de que ellos se puedan contagiar, pese a que ella extrema todas las precauciones para no enfermarse.

"Cuesta mucho, no puedo abrazarlos, acercarme a ellos, darles un beso, ya no queda esa parte materna, porque uno queda como perseguido. Cuando los voy a ver, debo hablarles desde lejos, antes nos dábamos bendiciones y mucho cariño. Ahora no hay nada de eso. Yo tomo todas las medidas preventivas, me protejo al máximo, el lavado de manos, me baño constantemente, pero igual tengo mucho miedo de que ellos se contagien con el coronavirus", añadió Pava.

Primera línea

Alina representa el sentir de varios de sus compañeros del HCC, a los cuales denominó "su familia", ya que llevan semanas trabajando intensamente en medio de esta pandemia.

Ya no es lo mismo de antes, deben incluso exagerar al momento de cubrir su cuerpo de forma preventiva para evitar contagiarse.

Lo primero que deben hacer, es vestirse completo con sus determinados uniformes, tomarse el pelo, cubrirse toda la cabeza y encima ponerse overoles blancos, hasta dos pares de guantes junto a una mascarilla que les cubre absolutamente todo el rostro. Ahí comienza su diario vivir.

"Nosotros nos estamos capacitando a diario sobre esto, el personal de epidemiología, de urgencias, para nosotros poder enfrentar cada situación, ya que no solo nos llegan pacientes con observación del COVID-19, también nos llega un paciente crítico que ahí en el momento uno debe determinar el manejo, de si es o no coronavirus. La gente no le toma el peso a lo que estamos viviendo, hemos visto pacientes con COVID-19, los que realmente están muy complicados, les cuesta respirar, desesperados, se les observa en sus cuerpos que la situación es diferente, es algo que no habíamos visto antes, un virus del cual estamos recién conociendo", añadió la enfermera.

Trabajo en equipo

Otro de los que relató su experiencia en este momento, es el médico y urgenciólogo, Igor Leyton. Luego de una gran experiencia en importantes recintos hospitalarios públicos a nivela nacional, llegó a este desafío en Calama, en enero del 2020, sin imaginarse que iba a vivir esta pandemia en el Hospital Carlos Cisternas.

"Claro que ha sido desgastante, porque nosotros como funcionarios de salud, también nos enfermamos y cuando enfermamos, dejamos de tener entre comillas a nuestros "soldados" en primera línea. Por supuesto que a ratos uno se siente un poco desvalido porque definitivamente el desconocimiento de esta situación a ratos nos ha puesto un poco en jaque. Pero afortunadamente, el esfuerzo mancomunado de todos que ha tenido un manejo y enfrenamiento en equipo, porque no hay manera de hacerle frente, el esfuerzo a nivel salud y gubernamental, nos ha permitido como región tener una gran respuesta hasta el momento, incluso mejor que en otros lados", indicó el médico.

Tal como otros profesionales, indicó que también se resguarda el doble de llegar a la casa para no llevar este virus, que se mantiene horas tanto en superficies como en la ropa. Más ellos que pasan largos turnos en el recinto.

"Es bien complejo y yo creo que es algo que tenemos compartido con muchos colegas, muchos de nosotros nos hemos visto en esta situación alegórica de decir llegó a mi casa y me debo desvestir en la puerta, porque claro uno se lleva este miedo porque inevitablemente este virus se queda en la superficie inanimada por muy prolongado tiempo. Este virus puede quedar depositado en la ropa, en la piel, etc, entonces cuando estamos casi las 24 horas frente a personas potencialmente contagiadas, claramente tenemos el riesgo de llevarnos estos bichitos para la casa y contagiar a nuestras familias entonces tenemos que hacer hasta el triple de precavidos", añadió Leyton.

El facultativo indicó que si han ocurrido problemas con personas que han tenido un rechazo hacia la función que ellos desarrollan en este momento, pero son los menos, ya que la gran mayoría agradecen todo el esfuerzo que están desarrollando a diario.

"La gente debe entender, que esto es un trabajo que debemos hacerlo todos. La disminución de los efectos de esto, deben ir de la mano, en que todos pongan de su parte. Es desgastante, claro que lo es, pero en la medida que todos entendamos que debemos salir en equipo de esta, lo vamos a hacer", remató el médico de Urgencias.

El Hospital Carlos Cisternas actualmente tiene una baja de 82 funcionarios médicos, debido a que están haciendo cuarentena, ya que 4 médicos del recinto tienen coronavirus. Funcionarios como Alina e Igor están en primera línea, haciendo turnos de 24 por 3, para poder darle de frente esta pandemia. Ellos dicen que las máscaras duelen, pero duele más, ver que la gente sigue indiferente en las calles, sin conciencia que detrás de esta primera línea hay hombres y mujeres batallando contra este virus letal.