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COVID-19: cómo se reinventa el turismo

"Si logramos ser resilientes y asertivos podemos ganar todos y mañana volvernos a encontrar viviendo experiencias únicas". Irina Salgado Gómez, Directora regional de Turismo
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Actualmente si hay un sector económico que está detenido a nivel mundial, es el turismo: hoteles, transporte, operadores turísticos, guías, gastronómicos, comunidades, artesanos; una cadena que por motivos de seguridad en esta pandemia ha debido paralizar sus operaciones y con ello afectar la normalidad de millones de familias en el mundo, Chile y nuestra región. Es cosa de observar nuestro destino turístico de San Pedro de Atacama que es una comuna 100% turística y que hoy se enfrenta a la dura realidad de tener calles desiertas y negocios cerrados; entendiendo que los 1.136 emprendedores registrados en Sernatur se encuentran sin funcionar, en las 9 comunas.

La crisis es una oportunidad y COVID-19 ha venido a traer ese desafío a la industria del Turismo, desde mañana cambiará la forma en que nos moveremos a la hora de viajar y el gran desafío que tendrán nuestras Pymes es como "reinventarse" para subsistir a la crisis; según las cifras de la Organización Mundial del Turismo -OMT-, 1 de cada 10 empleos en el mundo corresponde a este sector; es por ello que hoy en tiempos de "paz" que nos encontramos en cuarentenas preventivas por la salud de todos los habitantes de nuestra región es que el trabajo que estamos realizando desde la Seremi de Economía, Fomento y Turismo es en buscar soluciones para cuándo volvamos a la normalidad y el tan anhelado salto de implementar tecnología en las Pymes, en el levantamiento del 2019 en la región de Antofagasta solo un 30% de las Pymes turísticas tenía sus procesos de reserva, pago on line, carrito de compras, uso de publicidad en instagram; habilitado como una parte relevante de su negocio.

Aquí hay un desafío que debe ser tomado no sólo por el sector público sino también el privado, académico y social, como logramos el diseño e implementación de soluciones tecnológicas que logren mostrar las experiencias turísticas que miles de visitantes podrían encontrar en el desierto más árido del mundo mientras dura esta cuarentena. Sin lugar a dudas es una de las crisis más grandes que nos ha tocado ver en nuestra vida, la oportunidad es que nos tiene relegados a una instancia de pensar, inventar y estar interconectados con personas de todo el mundo a través de un dispositivo móvil. Por eso, el norte debe ser lograr la oferta turística "on line" y con ello llegar a las manos de esa persona que desea viajar, los millennial & centennial, que buscan recomendaciones y valoraciones a través de distintas aplicaciones.

La asociatividad será clave entre los distintos actores de nuestra industria, aquellos que deseen mejorar las experiencias turísticas, generando una oferta empaquetada que articule hotelería, servicios, transporte, gastronomía y más, diseñando tarifas de distribución masiva para OTAs, agencias de viaje, comunidades indígenas que administran atractivos turísticos, si todos logramos trabajar unidos podemos dar vuelta este difícil partido que estamos viviendo en todo el mundo. Si logramos ser resilientes y asertivos podemos ganar todos y mañana volvernos a encontrar viviendo experiencias únicas en la región de Antofagasta y sus más de 320 atractivos turísticos.

Impacto económico de la pandemia

Los efectos negativos de esta crisis ya son muchos y debemos enfrentarlos en forma responsable y realista para poder salir adelante. El rol del Estado en materia de protección del empleo, reguardo de las empresas y de los bancos, que deberán entregar más facilidades, será fundamental para la gestión de este momento que exige apoyo total.
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El Banco Mundial pronosticó que América Latina vivirá este año una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 4,6% como promedio, en una crisis que, debido a la semi paralización de las actividades productivas por la pandemia de coronavirus, sumirá en recesión a todos los países.

El impacto será enorme. A nivel local solo debemos pensar en restaurantes, pequeños comercios, hoteles, emprendimientos vinculados al turismo, estamentos que no requieren mucha inversión, pero generan mucho empleo.

De acuerdo con el Banco Mundial, la recuperación recién aparecerá en 2021. "Los gobiernos de América Latina y el Caribe enfrentan el enorme desafío de proteger vidas y al mismo tiempo limitar los impactos económicos. Esto va a requerir políticas dirigidas y coherentes en una escala raras veces vista anteriormente", expresó Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Los efectos de la emergencia sanitaria, con el cese de actividades productivas y las consecuencias de desempleo, significarán este año un duro golpe para las principales economías del continente, con una contracción estimada en 5% para Brasil, 5,2% en Argentina, 6% en México y una caída del PIB de 2% en Colombia, 3% en Chile y 4,7% en Perú.

Sin lugar a dudas que la crisis es generalizada en el mundo y golpea a países que tenían un crecimiento sólido en años anteriores. Si bien Latinoamérica tiene experiencias enfrentando las crisis financieras anteriores, la pandemia representa una nueva dimensión, pues las medidas necesarias para contener el virus generan un choque del lado de la oferta, es decir, de la producción de las empresas y los servicios. Hay que considerar que muchas fábricas han cerrado sus puertas, otras operan a media capacidad y hay actividades que enfrentan severas crisis a raíz de esta situación, como es el caso del transporte aéreo, del cual se menciona la posibilidad de quiebra de algunas compañías en el mundo; el turismo, el comercio o la construcción.

El rol del Estado y los bancos será fundamental.

Teletrabajo, en la senda correcta

"El trabajo a distancia y la utilización de medios electrónicos pone al país en el concierto internacional".
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El día 18 de marzo pasado, dada la situación de calamidad pública existente debido a la pandemia por Covid-19, el Presidente de la República decretó estado de excepción constitucional de catástrofe. Con ello, finalmente se promulgó la tan esperada ley Nº 21.220 que modifica el Código del Trabajo en materia de trabajo a distancia. A buena hora, el reconocimiento al trabajo a distancia y la utilización de medios electrónicos pone al país en el concierto internacional, donde debemos decir, tenemos mucho que aprender.

Después de un largo periplo legislativo, la norma entró de lleno a regular dos aspectos: el trabajo a distancia, esto es, la prestación de servicios, total o parcialmente, desde el domicilio u otro lugar o lugares distintos de los establecimientos, instalaciones o faenas de la empresa; y el teletrabajo, es decir, la prestación de los servicios mediante la utilización de medios tecnológicos, informáticos o de telecomunicaciones o su reporte por tales medios, ambas situaciones que no podrán afectar ni los derechos individuales ni colectivos de los trabajadores.

Así, el pacto de trabajo a distancia y/o teletrabajo podrá efectuarse al inicio o durante la vigencia de la relación laboral, en el contrato de trabajo o en documento anexo al mismo, permitiéndose además volver al contrato original.

Más allá de la innovación que constituye para nuestro país la modalidad -la que lleva varios lustros en otras latitudes, especialmente en Europa- es importante destacar que el gran avance lo constituye la protección con que se reviste al trabajador, inexistente hasta la fecha de entrada en vigencia de la norma, y que dice relación por ejemplo con: la jornada (la modalidad no puede superar la jornada ordinaria, se pueden pactar jornadas parciales, se permite la ejecución del trabajo parte en la empresa parte en el lugar que el trabajador elija) protección a la salud (que pone de cargo de la Dirección del Trabajo el generar un reglamento que lo regule), sindicalización (se garantiza la libertad sindical) y el importante derecho a la desconexión (se garantizan 12 horas continuas en un período de 24 horas en las cuales no estarán obligados a responder las comunicaciones, órdenes u otros requerimientos del empleador) todas situaciones que de contar con la colaboración de trabajadores y empleadores aseguran su éxito.

Constituye un gran avance en materia de trabajo a distancia, pone el énfasis en la protección a la salud, la jornada, el acceso a la protección de seguridad social y materia de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, sin duda en la senda correcta, más, se debe seguir avanzando en normativa relativa a las TI que realmente nos preparen para los actuales tiempos.

Sebastián Loins Campillay,

Fiscal CFT región de Antofagasta