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Se reactiva la discusión por el turno 7x7 tras su aprobación en los sindicatos de Chuquicamata

CODELCO. Si bien la nueva modalidad de trabajo extenderá la vida productiva del rajo y asegurará la empleabilidad del área hasta 2022, es resistida, pues generaría efectos económicos y sociales negativos como desarraigo y emigración de la ciudad.
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Cristián Venegas M.

El Sindicato Minero fue el último de los cinco gremios de trabajadores de Chuquicamata, que aprobó el cambio de jornada de trabajo de guardia compacta a la excepcional de 7x7. Nueva modalidad laboral que comenzará a implementarse inicialmente en el área Operaciones Mina, donde se desempeñan cerca de 400 personas, para extenderse luego y de manera paulatina a toda la Gerencia Mina de la estatal, donde se desempeñan 850 trabajadores.

Cambio de jornada, según explicaron desde Codelco, que responde a una necesidad de negocio y empleo, pues el plan minero de la división consideraba la progresiva reducción de equipos de la mina para 2020. Sin embargo, se abrió la oportunidad de continuar explotando la actual Fase 49 Este. Decisión que entrega la posibilidad de mantener 35 equipos mineros adicionales.

El proceso, válido considerando que asegura la empleabilidad de una área laboral de cierre, reabre la discusión en torno a las jornadas de trabajo 7x7, pues facilita la emigración de los trabajadores locales y dificulta que los conmutados se arraiguen en la ciudad, con las consecuencias económicas y sociales que eso implica.

No hay compensación

El decano de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica del Norte, Dusan Paredes, ha estudiado los efectos del turno 7x7 en ciudades mineras como Antofagasta, por lo que recalca que esta jornada laboral no es un "problema" ni para los trabajadores ni para las empresas, pero sí para las ciudades mineras donde se implementa.

"Para los trabajadores no lo es, porque pueden elegir dónde vivir y, es más, pueden vivir en lugares más baratos. Mientras que la empresa puede acceder a trabajadores de otras regiones y donde los salarios son más bajos, por lo que están dispuestos, eventualmente, a recibir menos que una persona local", explicó el académico.

Otro fenómeno que se produce es que el trabajador conmutado puede recibir el mismo sueldo que los residentes de la zona, pero teniendo un compromiso mucho mayor, y, por otra parte, agregó el economista, "hay estudios que demuestran que la capacidad de conexión social, de interacción de los trabajadores, es mucho menor cuando el trabajador ejerce estos turnos. Eso implica que existen menos posibilidades que persigan demandas colectivas, porque en el fondo, no comparten el tiempo".

Paredes detalló que las principales consecuencias negativas se dan en la ciudad que alberga a los conmutados, como Calama, pues no pagan impuestos territoriales o de bienes raíces en la ciudad donde se genera la actividad productiva y no existe un tipo de compensación. Sumado a eso, la minería genera externalidades negativas, como las ambientales, y la ciudad se transforma en una zona de sacrificio.

El economista dijo además que existe bastante literatura que indica que "cuando una persona no vive en una ciudad tiene poco cuidado con los espacios públicos, no los cuida, porque ahí no vive. Entonces, eso implica que los municipios mineros tienen que sobre pagar por los servicios de aseo y ornato y nuevamente nadie los compensa".

Necesitamos arraigo

El alcalde de Calama, Daniel Agusto, lamentó la decisión, pues considera que la ciudad se necesita habitantes con arraigo y que los recursos que se generan efectivamente la beneficien. "No queremos que nos tomen como una ciudad de paso, como un campamento, al contrario, queremos un compromiso de parte de las mineras con la ciudad, esperamos que Codelco piense en su vecino, en la casa en donde está", dijo la autoridad.

En este mismo contexto, Agusto advirtió que seguirá insistiendo en que Codelco favorezca la contratación de mano de obra local y que sigue creyendo que el 1% de los recursos de la minería deberían destinarse a las zonas productoras, como Calama, donde operan tres de las divisiones de la Corporación.

El diputado y ex alcalde, Esteban Velásquez, asegura que históricamente ha existido un "menosprecio por Calama" y si bien reconoce que cada trabajador tiene derecho a elegir sus jornadas de trabajo, "este tipo de turnos son negativos, porque provocan desarraigo, emigración y distanciamiento con las ciudades aledañas. Las empresas, especialmente del Estado deben tener coincidencia con las políticas comunales. En el caso de Calama estos sistemas de trabajo atentan contra la identidad y esfuerzos por hacer de esta ciudad, un lugar para establecerse y no de paso".

El político, dijo además que es muy necesario legislar esta materia, que "tiene que ver con descentralizar y que los territorios defendamos nuestra supervivencia y desarrollo. Molesta que ninguna política del Estado ni de Codelco consideren a Calama de verdad, nos conciben con fecha de vencimiento".

No conocen calama

Para la dirigente del Sindicato N°2, Liliana Ugarte, las jornadas extraordinarias -en general- "propician la contratación de trabajadores de otras ciudades que, muchas veces, ni siquiera conocen la ciudad donde está ubicada la faena; eso ocurre con casi todas nuestras mineras. En el caso de Chuquicamata, afortunadamente, nuestra gente de la mina reside en Calama, paga sus impuestos acá, gasta sus ingresos acá".

"Esperamos que siga siendo así y, sobre todo, que este esfuerzo que se hace, signifique estabilidad y empleabilidad para nuestra gente hasta que se cierre la Mina a rajo y la mina subterránea comience a producir y justificar la tremenda inversión realizada".

Pensar el futuro

El arquitecto y docente de la Universidad de Aconcagua, Rodrigo Rojas, sostiene que efectivamente, desde el punto de vista productivo, el turno 7x7 beneficia la productividad de las empresas mineras, pero tiene un costo, pues impacta en el desarrollo y crecimiento de la ciudad, debido a que este formato "no genera relación con el territorio".

"Por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos es: qué ciudad queremos más allá del cobre. Declarar que podemos ser una ciudad más allá del cobre, implica imaginar Calama sin el cobre. Recientemente tuve la gran oportunidad de recibir a los estudiantes de último año de la Universidad de Carleton de Canadá, y su misión fue observar Calama y el desierto de Atacama para diseñar sus proyectos de tesis", detalló el profesional.

Fue así que Jonathan Caron, uno de los estudiantes que participó de esta iniciativa, diseñó un plan urbano titulado "Calama a city for less" (Calama una ciudad para menos), donde plantea una forma distinta de mirar el problema. "Puede que la respuesta esté en observadores externos", planteó Rojas.

"Si hay algo que los turnos 7x7 alientan es que tengamos cada vez menos calameños residentes. La pregunta es: y si imaginamos Calama con menos habitantes, con fomento de la innovación y emprendimiento en tecnología, energías renovables y turismo. Esta mirada que nos regala un estudiante que nunca ha estado en Calama, sin duda que abre la posibilidad de que 'otra ciudad exista'. No aquella que depende de la minería como una suerte de campamento con mall, sino que una que es capaz de autosustentarse", analizó, sobre la discusión que apenas comienza.

"También tenemos consecuencias negativas en el concepto democrático, porque en el fondo la gente, al no vivir en la ciudad, no genera un concepto de conciencia social, de monitereo, en el fondo, y en buen chileno, no le interesa".

"La ventaja de hacer la pregunta correcta es que la industria del cobre, más que determinar el futuro de la ciudad, puede ponerse al servicio de este Calama que aún debemos imaginar. La verdadera transformación, es cuando somos capaces de mirar lo mismo con otros ojos".

"Cuando se generan este tipo de medidas, me parece que no hay ningún gesto con la comuna, ninguna consideración ni una mirada social con su entorno. Es importante que Codelco tome cuenta de la responsabilidad social que tiene".

"Las empresas, especialmente del Estado deben tener coincidencia con las políticas comunales. En el caso de Calama, estos sistemas de trabajo (turno 7x7) atentan contra la identidad y esfuerzos por hacer de esta ciudad, un lugar para establecerse y no de paso".

"Esperamos también que la administración local de Codelco aproveche esta tremenda oportunidad de negocio (cambio a la jornada de trabajo 7x7) y la transforme en un ganancial para nuestra división Chuquicamata y el país".

850 trabajadores integran las distintas áreas de la Gerencia Mina de la división Chuquicamata de Codelco.

400 personas componen el área de Operaciones Mina de Chuqui, donde debutará la jornada de trabajo 7x7.

2022 35 equipos se mantendrán en el rajo de la mina gracias a la aprobación de la jornada de trabajo 7x7.

4.899 trabajadores propios se desempeñan en Chuquicamata, según la Memoria Anual 2019 de Codelco.

Dusan

Paredes

Economista

Rodrigo

Rojas

Arquitecto

Daniel

Agusto

Alcalde

Esteban

Velásquez

Diputado

Liliana Ugarte

Dirigente