Bancos
Las promesas de algunos bancos se veían bonitas hace algunas semanas, pero resulta que con la letra chica queda claro que solo eran promesas de campaña; igual que la rebaja de sueldos de los parlamentarios.
Paola Castillo
Oposición
La oposición no debiese ser sinónimo de maldad ni obstruccionismo, sino de diálogo y acuerdos.
Todos sabemos que es difícil Gobernar, pero más aún cuando en el Congreso hay dos oposiciones: una democrática y una que no comprende que hay que alinearse con los intereses de la ciudadanía y la segunda con empeñada en sus intereses políticos.
La primera ha colaborado en la aprobación de las iniciativas planteadas por el Ejecutivo, pero la segunda, convive en un sector oscuro donde la comprensión del bienestar de la ciudadanía es desplazada por politiquería e ideologías autoimpuestas.
No nos dejemos engañar por falsos discursos de unidad opositora, porque quien no piensa en la ciudadanía, en su propio pueblo por sobre sus intereses, dudo mucho que pueda ayudar a su hermano de doctrina.
Francisca Matamala J.
Cuarentena I
La culpa de la cuarentena es el resultado de la gente inescrupulosa y de la autoridad que entregó señales equívocas, llamando a la población a tomarse un café. En esto los errores son compartidos, pero hay que salir adelante. El reclamo sirve poco.
Andrea González P.
Cuarentena II
Ahora estarán contentos los parlamentarios y alcaldes que pedían cuarentena en esta y otras comunas del país. Da la impresión que por sus cabezas no pasan las necesidades de miles de chilenos que, precisamente, viven del desplazamiento, ya sea porque tienen pequeños negocios o porque ejercen una actividad independiente. Esto sin considerar los miles que ya han quedado cesantes por la disminución o el término de actividades en empresas de todos los tamaños. Estos funcionarios públicos, que han insistido majaderamente, en todos los medios y oportunidades que han tenido, para que se decrete la cuarentena, tienen sus ingresos asegurados y aunque se los disminuyan a la mitad, seguirán siendo fabulosos, en comparación al resto de la población. No cabe duda que parlamentarios y alcaldes solo buscan mejorar su imagen pública y/o evitar sanciones judiciales. Sus medidas paliativas, con fondos públicos desde luego, no solucionan las reales necesidades de todos los afectados por esta terrible situación y aunque gastaran todos sus ingresos personales, que por supuesto no lo harán, en socorrer a los necesitados, no bastaría para resolver el problema.
Lo que si hace falta es que se apliquen sanciones draconianas para quienes, estando afectados del COVID-19, no respetan su individual cuarentena. Tal vez sea necesario que esos irrespetuosos contagiados sean tratados como los potenciales terroristas que son y aislarlos y/o atenderlos médicamente lejos del resto de la población.
Rafael Mella Hernández
Mayo de 1960
Mañana viernes 22 se cumplirán 60 años de la ocurrencia del megaterremoto de Valdivia. A todos nos afectó de una manera u otra. He aquí la visión del gran periodista Julio Martínez en la revista Estadio:
Las tres y cuatro minutos de la tarde. Juegan Universidad de Chile y San Luis en el Estadio Nacional y gana el cuadro quillotano. La "U" se vuelca sobre el pórtico norte en vigorosa reacción. El partido se entona y, de repente, surgen algunos gritos. De pronto la tierra empieza a moverse...
El público se asusta. Hay gritos distintos... ¿Qué pasa? Por los parlantes piden calma. Sigan, sigan, dice el árbitro. Y el partido prosigue porque, en su movimiento, los jugadores no se han dado cuenta del vaivén. Dichosos ellos.
Junto al arco de Zazalli parece que el pasto aún no se afirma. Tiene que haber sido terremoto. Claro, en alguna parte habrá sido grande... ¿Recuerdas el 39? Son los reporteros gráficos los que comentan.
Al rato se sabe que ha sido grande, muy grande. Y de nuestra mente no hemos podido apartar el recuerdo. Mientras cargaba la "U" nuestro Sur cambiaba de fisonomía. Tarde infausta, que todavía nos tiene a todos con un crespón en el alma.
José Ledezma A.
Leyes
Nuestras leyes no quedan muy buenas porque el sentido común no hace lobby.
José Luis Hernández Vidal