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COVID-19: impacto económico

Las grandes empresas tienen mucho que aportar con sus decisiones, pero fundamentalmente es el Estado el que tiene el mayor poder en estos momentos. El FMI proyectó una caída de hasta 4,5% en el crecimiento nacional 2020, la cifra es incluso peor que la del Banco Central que estimó un retroceso de hasta un 2,5%.
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La economía mundial está muy golpeada por los efectos del coronavirus y la generación de riqueza, crecimiento y empleo son los datos que registran mayor daño, a nivel planetario, nacional y regional.

Esta semana fue conocido, por ejemplo, que se tramitaron 15 mil cartas de despido en las oficinas de la Dirección del Trabajo (DT) de Antofagasta durante abril. La cifra es un 52% superior respecto del mismo mes del año pasado y van en línea con lo observado en los primeros cuatro meses, lapso en el que fueron despedidos más de 48 mil trabajadores en la zona.

Debe recordarse que el desempleo regional está en torno al 9,8%, de acuerdo a la encuesta del INE para el período enero- marzo 2020, es decir, todo indica que las cifras -que ya son las peores del país- seguirán incrementándose.

El primer Informe de Política Monetaria del banco Central también da detalles y precisa que "el escenario económico que enfrenta Chile ha sufrido un empeoramiento drástico desde el IPoM anterior El Central pronosticó que la economía del país decrecerá entre 1,5% y 2,5% en 2020, muy por debajo del rango entre 0,5% y 1,5% que había estimado en el IPoM de diciembre, cifras inéditas en varios años.

Otra de las correcciones relevantes que hizo el instituto emisor fue notar la profunda caída de la inversión para este ejercicio: en torno al 8,2%, datos especialmente relevantes en el sector minero. Vale decir, los inversionistas serán cautos en sus desarrollos para los próximos meses y aquello tiene importantes efectos sobre las distintas actividades.

Pero análisis incluso peores. El Fondo Monetario Internacional (FMI) citó en su informe de Perspectivas Económicas Mundiales, que la economía chilena caerá incluso hasta 4,5% este año.

Números más o menos, es claro que el rol del Estado en este período será fundamental. Hay una discusión en torno a la capacidad de endeudamiento del país y las posibilidades que abre para una recuperación rápida. Ello es parte central del futuro inmediato.

La responsabilidad y empatía del sector empresarial también es muy relevante (las personas observan esos detalles), pero en lo fundamental, la tarea fiscal será la primordial en estos días complicados.

Productividad y educación: mucho trabajo por delante

Chile ha avanzado en educación, pero hay falencias en coprensión lectora y resolución de ejercicios matemáticos de baja complejidad.
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Hace un tiempo se publicaron los resultados del estudio "Estrategia y plan de acción para el desarrollo de competencias y habilidades técnicas en el mundo del trabajo", desarrollado por la Comisión Nacional de Productividad (CNP). Este órgano del Estado tiene por misión asesorar y recomendar a la autoridad "en materias orientadas a aumentar el crecimiento económico de largo plazo y el bienestar de los ciudadanos a través de la generación de ganancias de productividad".

Mueve el quehacer de este panel de expertos la convicción de que la productividad es fundamental para generar un mayor crecimiento económico y bienestar a la ciudadanía pues no solo ahorra tiempo en el trabajo, sino también ahorra capital, siendo sus beneficios muy evidentes: mejor calidad en el empleo, mejores salarios, jornadas más acotadas, más eficiencia (lo que significa menores costos de producción), mejores productos y a menores precios. Lo anterior, como evidencia empírica en países ubicados en el tope en los rankings de productividad mundial, claro está, en un escenario muy distinto al actual. De allí la importancia clave de estudiar el fenómeno y proponer a partir de esos estudios, formas, métodos y sistemas para mejorarla.

¿Qué nos dice este estudio? Primero las buenas noticias. Chile ha avanzado una enormidad en dotar de mayores niveles de calificación a su población lo que queda demostrado en tres hechos, a todas luces indesmentibles: en primer lugar, un gran aumento en la cobertura de todo el sistema educacional. En segundo, un aumento en la tasa de matrícula y en tercero, un aumento notable del acceso a la educación superior. Las no tan buenas noticias: persisten problemas graves asociados a una muy baja comprensión lectora y capacidades de resolución de problemas matemáticos de baja complejidad, lo que nos ubica casi 30 puntos porcentuales bajo la tasa media de países de la OCDE en la medición de estas competencias básicas.

Contamos con un sistema poco articulado entre los distintos niveles formativos y especialidades, muy atomizado y sin un trabajo conjunto e integrado. En este contexto los desafíos son grandes y apremiantes y tienen que ver a los menos con 4 grandes ejes: trabajo en las competencias actitudinales de los estudiantes; mejor y más profunda articulación con los sectores productivos; sistemas efectivos de certificación de calidad y pertinencia de los programas de estudio y finalmente corrección en las grandes asimetrías existentes respecto del financiamiento del sistema.

Soluciones hay, requerirán un tiempo y un nuevo contexto, pero lo más importante, hay deseos de aplicarlas para seguir mejorando por el bien de Chile y de las futuras generaciones. Aquí estamos, para poner nuestro aporte en esta noble tarea.

Daniel Solis Igor,

Rector CFT Estatal de la Región de Antofagasta

Los niños y niñas primero

"La realización de una prueba censal, que ha estado altamente cuestionada en los últimos años, es un factor de estrés". Dra. Macarena Yancovic, Directora Escuela de Educación Básica Universidad Finis Terrae
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En medio de la crisis sanitaria generada por la pandemia de COVID-19 y el progresivo aumento de contagios en Chile, recibimos la confirmación de que se realizará la prueba nacional SIMCE.

En la actualidad los establecimientos educativos están luchando por implementar y readecuar una enseñanza que ha sido históricamente presencial a una enseñanza a distancia, mayoritariamente de carácter online o de trabajo en base a material enviado para que los estudiantes desarrollen en casa. Esto ha afectado tanto a docentes como estudiantes. Por una parte, los docentes han tenido que adaptar sus formas de enseñanza y aprender a la vez a desempeñar su labor a través de herramientas digitales, todo con el fin de poder apoyar a sus estudiantes en la promoción de competencias y habilidades necesarias para que puedan desenvolverse de manera óptima en un futuro.

Por otra parte, los estudiantes han debido aprender a tener clases en casa, donde sus espacios de reunión familiar, juego o descanso se han transformado en mini aulas, lugar donde trabajan realizando sus guías o asistiendo a clases a través de algún dispositivo que se lo permita.

Pero ¿qué pasa con el desarrollo socioemocional? ¿los lazos con sus docentes? Estos aspectos se han hipotecados en aquellos casos en que los estudiantes no tienen acceso a conectarse online o han mutando a una nueva forma de relacionarse.

Sin duda el aspecto socioemocional está mermado y es algo que debe ser trabajado una vez que comience el retorno presencial a las aulas: reencontrarse, volver a jugar con sus pares, conocerse (en el caso de aquellos niños que se estaban integrando a un curso y colegio), desarrollar lazos con sus compañeros y docentes, apoyarlos a comprender lo vivido desde cada una de sus propias historias, entre otras, para poder así comenzar a levantar nuevamente un aspecto que es fundamental para la promoción del aprendizaje.

Las prioridades deben estar centradas en los estudiantes y en aquellos aspectos necesarios de trabajar para que puedan desarrollar las competencias requeridas. En ese sentido, la realización de una prueba censal, que ha estado altamente cuestionada en los últimos años, es un factor de estrés adicional para los docentes y sus estudiantes que resulta innecesario en momentos como este.

En tiempos en que los establecimientos educacionales y sus actores van a estar adaptándose una vez que se retomen las clases presenciales, en que van a estar aprendiendo una nueva forma de trabajo y de relación, los esfuerzos deben priorizarse.

En ello el primer esfuerzo debe ser formar comunidad y el desarrollo socioemocional de cada niño y niña, que son la base para que el proceso de aprendizaje sea óptimo y efectivo.