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Crear comunidad

Chile debe dejar de verse como un país de enemigos de izquierda y derecha (cuestiones ya superadas) y comenzar a habitar conversaciones de encuentro. Hoy vemos con sorpresa e incredulidad una guerrilla verbal y desencuentros entre los liderazgos políticos, pero también entre las personas, es decir, no se trata solo de un problema de la élite.
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El país está entrando al período más difícil de la pandemia, con una crisis social latente y una división entre los chilenos que dificulta más la ejecución de cualquier política. El crítico momento nos encuentra con demasiados flancos abiertos, con intoxicaciones ideológicas, una sociedad atomizada, liderazgos febles, con escasas ideas, una subordinación de las personas a sus propias subjetividades, lo cual se traduce en poco ánimo para conversar y crear comunidad.

Teníamos una sociedad y un ordenamiento en "piloto automático", que funcionó durante años, a pesar de las señales de desgaste; sin embargo, ante las crisis de magnitud, como las que hemos padecido, emergen con toda su fuerza.

Crear comunidad es muy necesario y estos escenarios lo han dejado en claro: las personas requieren y necesitan sentirse parte de algo trascendente que supere al individuo. Chile ha descansado y errado el camino al deslindar ese desarrollo solo en el éxito económico personal y en apenas un par de hitos que dan sentido al concepto de conjunto: el fútbol, con la Selección, las Fiestas Patrias, la Teletón y no muchas cosas más.

Construir comunidad exige respeto por el otro y eso solo será posible si hay conocimiento de aquel que es distinto, lo que también es consecuencia de las conversaciones que deben existir entre quienes participan de ese grupo, en este caso, los chilenos.

Hoy vemos con sorpresa e incredulidad una guerrilla verbal y desencuentros entre los liderazgos políticos, pero también entre las personas, es decir, no se trata solo de un problema de la élite, sino de algo generalizado y amplio, una consecuencia de los malos citados antes, porque no hay esa necesaria complicidad derivada de la confianza que caracteriza a una verdadera comunidad.

No es tarde para enmendar el camino, no es tarde para enfrentar los desafíos nacionales del futuro, pero requerimos un voto de confianza colectivo y comenzar a conversar, a escuchar, a empatizar con los demás, lo que no significa que solo mi visión debe imponerse.

No somos enemigos, extirpemos la violencia del lenguaje. Vamos por algo mejor y distinto que nos una y no que cause más divisiones. Para crear una comunidad con sentido, de la que todos se sientan partícipes, no hay otro camino más que el de la magia de conversar y construir algo posible.

Perseverancia

"Sigan, persistan, no se detengan. Los cristianos de los primeros siglos así lo hicieron, y así lo hacemos hasta hoy".
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Hay una interesante historia en 2° de Reyes, capitulo 13: 14-20: el profeta Eliseo es visitado por un rey que deseaba su bendición. Lo pone a prueba, diciéndole que golpee la tierra con un manojo de flechas, el rey lo hace 3 veces y se detiene. Al ver esto, el profeta enojado le dice: si hubieras golpeado más veces hubieras vencido totalmente a tus enemigos. Este ejemplo bíblico, grafica la limitación humana de pensar que ya hicimos lo suficiente y no podemos más. En las actuales circunstancias que vivimos, eso también se manifiesta en nosotros: Ya hice mi cuarentena, ya cumplí, ya trabajé, etc. Y pensamos que eso es suficiente. No queridos lectores, nunca será suficiente, siempre podemos hacer más. No existen los límites para los hijos de Dios.

Esta pandemia que nos afecta pondrá a prueba nuestra resistencia ante las adversidades. Quizás debamos usar mascarillas un año o más. El lavado de manos será costumbre permanente. Quizás pasara mucho tiempo antes de volver a abrazarnos. Nadie lo sabe; pero si podemos aprender de esta porción bíblica que el secreto está en no desistir; no se rinda, siga, aun podemos hacer más. Cuando nuestro Señor fue a la cruz, también se sintió desfallecer, pero persistió y venció. ¡Aleluya!. Luego ordena a sus seguidores: ir y hacer discípulos…hasta lo último de la tierra. Sigan, persistan, no se detengan. Los cristianos de los primeros siglos así lo hicieron, y así lo hacemos hasta hoy.

El mundo actual se ha desviado tras lo mediático y el tiempo de reemplazo de todos los productos manufacturados ha llegado casi a cero. Esto provoca: consumismo, ansiedad por alcanzar las metas, y pérdida de paciencia. Niveles de estrés cada vez más altos y las enfermedades cardiovasculares aumentan, así como los problemas mentales. Hace falta paz. Si nuestra humanidad pudiera entender que la paciencia es necesaria para alcanzar muchas metas, no se desesperaría por lograrlas. Mi Señor Jesús dijo: no os afanéis (San Mateo 6: 25-34) Y este virus parece decirnos lo mismo. Volvamos a disfrutar de lo esencial, a gozar de la vida solo por el hecho de tenerla. Hagamos la pausa, pero no nos detengamos, siempre podemos hacer algo por construir un mundo mejor. Falta devolver a nuestra naturaleza aquello que le arrebatamos con nuestra codicia. Falta volver a ser familia, barrio, ciudad, unidas y con identidades claras y buenas. Falta enmendar el rumbo de nuestra economía que solo se dedicó a las ganancias, olvidando la importancia de los seres humanos que construyen esas ganancias. Falta volver a esa gobernanza que busca el beneficio de las mayorías. Hace mucha falta volver a leer, aprender y vivir todas las enseñanzas del Nazareno que recibimos en el sermón del monte (San Mateo capítulos 5, 6 y 7) y tenerlo como lectura obligatoria.

Jesús Aranda Valverde

Pastor evangélico

Respetar la elección de gobernadores/as

"La lucha de los líderes y comunidades regionales y comunales ha hecho posible conquistar este derecho". Fernando Cortez Guerra, Gerente General, Asociación de Industriales de Antofagasta
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Aun cuando existe una decisión y compromiso político nacional que estableció para el mes de abril de 2021, por primera vez en la historia de nuestro país, la realización de la elección de Gobernadores Regionales, en los últimos días se han levantado voces que pretenden que la Constitución vigente, que contempla la figura de un Gobernador/a Regional electo en cada Región del país, se postergue. Esta pretendida suspensión indefinida o postergación discrecional es simplemente inaceptable. Esto sería cerrar las puertas para que las regiones se asuman como verdaderos sujetos protagonistas constructores de su desarrollo integral. En esta coyuntura y frente a la "retroexcavadora centralista", debemos alzar la voz para plantear con mucha claridad y energía colectiva que se respete la elección de Gobernadores/as Regionales para abril de 2021. La elección de Gobernadores Regionales es un hito en nuestra historia republicana que significará transitar desde el modelo de Estado unitario-centralizado, a un modelo mixto, unitario-descentralizado. Un paso gigante en el proceso descentralizador chileno.

La Fundación Chile Descentralizado y 81 Parlamentarios y Parlamentarias y, más de 280 líderes regionales, han hecho un llamado a quienes tienen la responsabilidad de la conducción política del país a asumir el enorme poder simbólico e histórico que tiene la elección de Gobernadores/as Regionales, y a respetar, como se ha aprobado, dos periodos electorales claramente definidos en Chile: uno de nivel territorial el 11 de abril de 2021 que comprenda las elecciones regionales y locales; y otro, de nivel nacional, que agrupe la presidencial y las parlamentarias en noviembre del próximo año. Adicionalmente, plantean que incumplir la Constitución vigente con el pretexto de que ella podría ser modificada en el futuro es una falta de rigor republicano e institucional que puede tener consecuencias políticas e institucionales catastróficas.

El pretexto se limita, hasta ahora, a la elección de gobernador/a regional. Pero ¿Qué ocurriría si otros comienzan a extender el argumento a las elecciones de alcaldes (as), parlamentarios/as o del propio Presidente de la República? Razones habría, pero es obvio que resultaría dañino al respeto a las instituciones, al espíritu republicano y al Estado de Derecho: impresentable. La República de Chile y, especialmente los habitantes de sus regiones, merecen acatamiento institucional, respeto de las reglas y apego al Estado de Derecho.

La lucha de los parlamentarios regionalistas, líderes y comunidades regionales y comunales ha hecho posible conquistar este derecho. No debemos aceptar excusas para seguir posponiendo la soberanía ciudadana. A cumplir la palabra.