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Informarse, calcular, predecir y controlar

"La pandemia produce un tiempo interno, una deriva temporal propia, al hacer emerger en forma contingente nuevos y nuevos factores relevantes". Mario Valdivia, Escritor y consultor
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Es lo que hace el experto. (Por lo general, masculino). Su afán de fondo es controlar; hoy, la expansión y el costo de la pandemia COVID-19. Posee modelos - epidemiológicos, macroeconómicos - con los que calcula predicciones. Para hacerlas, debe alimentarlos con información - datos.

Cuando se cree que se busca información, que con ella se calcula, que con esos cálculos se predice, y que con esas predicciones se controla, todo suena tan "objetivo", tan racional e indiscutible… Pero la práctica va en la dirección opuesta: el afán de control, con sus estándares de lo que se considera una situación normal, define los modelos que se usarán para predecir, cuyas exigencias de datos predefinen la mirada de lo que ocurre y especifican la información.

Hay expertos y expertos. Están los que creen que su metodología es objetiva y racional - la única capaz de observar el fenómeno de la pandemia y sus conexiones económicas, tal cuales son. Y que la única alternativa es el prejuicio y la subjetividad. Son extremadamente peligrosos. No observan su predisposición a observar ciertos datos como relevantes, no otros, a encerrasen en moldeos calculativos, a colgarlo todo de su evaluación de lo que es normal y anormal en el mundo. No ven ni sienten sus prejuicios y predisposiciones. Y no sospechan que son ciegos e insensibles a ellos. (En el extremo, no cree tener prejuicio alguno sobre nada - pura objetividad y razón. Es terminante, habla golpeado).

Y están los que saben que sus métodos son frágiles, tentativos, nunca definitivos, siempre bajo prueba. Achuntes de los que toman responsabilidad a partir de prejuicios y predisposiciones implícitos.

¿Qué ocurre cuando el control falla, como lo hace normalmente? El primer experto culpa a la falta de información - "yo no sabía". O a alguien que no se comportó como dicen sus modelos que debió hacerlo, seguramente por irracionalidad o mala intención - "nunca imaginé que no se respetaría hasta tal punto la cuarentena". O quizá alguien se equivocó con los cálculos. O bien los criterios de control y normalidad de la gente son equivocados. Nunca se acusa a sí mismo de falta de perspicacia. Esa mezcla de comprensión y sensibilidad, interpretación y afecto, que mantiene despierta la atención al carácter indefinido, contingente e inesperado de la situación. No. Este experto no asume responsabilidad, se escuda en su metodología y en errores de aplicación de ella. Vuelve a la carga con lo mismo, parchado.

Es incapaz de presentir el paquete de presuposiciones, prejuicios y predisposiciones afectivas que lo poseen, desde las cuáles caracteriza y modela la situación como lo hace. No tiene conciencia de esa jaula, como sí la puede tener el otro experto, y no podrá salir de ella. Por lo mismo, no podrá tomará responsabilidad por ella - es decir, tomar responsabilidad real.

La pandemia es un evento con historia. Produce un tiempo interno, una deriva temporal propia, al hacer emerger en forma contingente nuevos factores relevantes que la hacen evolucionar. Predecirla con el tiempo externo y abstracto del calendario es inútil y peligroso. Navegarla, sometiéndose a ser transformado por ella, sí. Predecirla para controlarla, no.

Mutiplicar

No basta lamentarse o encogerse de hombros. No basta comprender lo que los otros necesitan. No basta sentir compasión. Arturo Mardones,, Rotary Club Chuquicamata
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Es impresionante contemplar las diversas necesidades que tienen los seres humanos .Desde comer hasta jugar. Pero es importante tenerse en las necesidades más profundas. Hay quienes necesitan estímulo para continuar con sus trabajos o motivación para emprender tareas nuevas. Otros necesitan ser valorados como personas y ser tratados con dignidad.

Otros, muchos necesitan relacionarse con amor y con bondad con sus semejantes. Las necesidades humanas son inmensas, numerosas, urgentes. La pregunta claves es: ¿Cómo lograr satisfacer esas necesidades? ¿Qué hacer ante ellas?

No basta lamentarse o encogerse de hombros. No basta comprender lo que los otros necesitan. No basta sentir compasión. Lo importante es saber qué hacer concretamente. Y es posible que la experiencia de Jesús en este sentido nos pueda iluminar. En una ocasión mucha gente seguía a Jesús porque estaba entusiasmada con sus palabras. Tanto que se olvidó llevar comida y estaba fatigado por el hambre.

¿Qué hizo Jesús? Había allí un joven que tenía cinco panes y dos peces. Onerosamente los entregó. Y Jesús los tomó y los multiplicó para que comieran. ¡Admirable respuesta! ¡Ingeniosa solución! ¡Todo un desafío y una tarea para nosotros.

Hoy es necesario multiplicar servicios, multiplicar soluciones, multiplicar los panes con que se alimentan multitudes. No basta con ganarse el propio pan haciendo sudar la frente. Nuestro sentido social y el testimonio de Jesús nos hacen poner los ojos más allá de nuestras necesidades y mirar a quienes caminan con hambre por la vida, a quienes están solos o se sienten tristes. Ahí está el desafío urgente. ¿Qué hacer?

"Multiplicar" es el verbo que hoy nos quieren hacer pronunciar los rotarios de esta tierra generosa de "Sol y Cobre". Recientemente nuestros hermanos del circo Fox recibieron en sus manos la ofrenda de los cinco panes y dos peces-cajas de alimentos y útiles de aseo y los interactianos San Ignacio de Rotary Club Chuquicamata hicieron realidad esta palabra de sólo once letras llamada solidaridad.

Problemas en Sudamérica

En estos momentos, esta parte del continente es la más golpeada por la pandemia de coronavirus. No debe haber competencia, sino colaboración mutua. A las políticas contradictorias, sumamos que muchos infringen las cuarentenas, las barreras sanitarias, y las recomendaciones de distancia social o del uso de mascarilla.
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Brasil, con medio millón de casos; Perú, con 15 mil y Chile superando los 100 mil, son uno de los fenómenos más complejos de la pandemia de COVID-19. América del Sur se está convirtiendo en el nuevo epicentro de la enfermedad, dijeron directivos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), quienes ven con preocupación el notable incremento de casos en los tres países citados, anticipando que el coronavirus traerá "semanas muy duras" a Latinoamérica, por lo que no es momento de relajar las restricciones impuestas para su control.

Según las proyecciones del organismo, Brasil llegará a un peak de 1.020 muertes diarias el 22 de junio y hacia el 4 de agosto habrá acumulado 88.300 fallecidos, casi cuatro veces más que los reportados hasta esta semana, mientras que la mayoría de las naciones sudamericanas no están haciendo las pruebas suficientes para detectar el coronavirus, No obstante, ha habido un reconocimiento a la confiabilidad del sistema estadístico de salud chileno.

Mientras en algunos países de Europa los contagios ya comienzan a descender y se inicia una flexibilización de las medidas de protección, como es el caso de España, en la última semana Latinoamérica superó a Europa y Estados Unidos en la cantidad de casos de personas infectadas diariamente. La OPS está especialmente preocupada por la situación en Brasil, que junto a Estados Unidos y Rusia se encuentran entre los que presentan más casos de contagios. Por ello, sugiere no relajar los controles sino que mantenerse fuerte, vigilante, e implementar las medidas de salud pública que han sido probadas en otras naciones.

En el continente americano, más de 2,4 millones de personas se han contagiado del virus, incluyendo a Estados Unidos, el país con más muertos e infectados del mundo. En Latinoamérica, más de 143.000 han muerto, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, que sospecha que las cifras podrían ser incluso más elevadas, por las deficiencias en las estadísticas de algunos países.

El desafío para revertir las cifras es enorme y exigirá, tanto a los sistemas sanitarios, como a las personas, lo mejor de sí mismos. Eso debe estar en el centro.